En el posteo anterior citábamos una medición de la consultora Marketing & Estadística (M&E) realizada entre el 6 y 11 de noviembre de manera online sobre una muestra de 1.241 casos, según la cual los dos principales problemas a nivel país son el trabajo/empleo/desempleo, con 49% de las menciones, y la inflación, con 42%. Vimos, asimismo, que aungue la agenda de los votantes del Frente de Todos es diferente a la que plantean los electores de Juntos por el Cambio, en ambos casos la inflación está en el podio: segunda en el primer caso, con 44% de menciones, y tercera en el segundo, con 39%. Esto confirma la pregnancia del malestar socioeconómico en las preocupaciones de los argentinos y el peso de la inflación en su agenda. Profundizando en el análisis, cuando se comparan los datos blandos de las encuestas respecto a la percepción de la inflación e inflación esperada con datos duros que miden el fenómeno, se advierte que la inflación esperada y percibida en general son menores a la real, como surge de encuestas sistemáticas realizadas por la consultora Delfos en la provincia de Córdoba (ver datos arriba; click para agrandar).
Además de una brecha entre los datos perceptivos "blandos" de las encuestas y la inflación "dura" que mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC), también hay una brecha significativa entre la inflación promedio del IPC y rubros que ponderan alto en la canasta de los sectores sociales más vulnerables, como los alimentos y la salud. Así, por ejemplo, los alimentos aumentaron hasta un 90% por encima del IPC, mientras que la salud trepó 20 puntos por encima del IPC. Los datos surgen del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), que analizó los movimientos de precios entre octubre de 2018 y octubre de 2019. En este rubro, los mayores aumentos se dieron en lácteos: +90% en quesos y casi 88% en manteca y yogur firme (ver datos arriba; click para agrandar). Los datos son elaborados por la Undav sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-Indec) y se refieren al Gran Buenos Aires (GBA), uno de los más conglomerados más gravitantes en términos poblacionales y electorales en el total país. “En el GBA, de 59 productos relevados, 34 crecieron por encima de la inflación promedio, es decir, más de la mitad de los productos de la canasta básica”, sostiene el informe en cuestión.
Respecto al impacto de la canasta en los sectores más vulnerables, el informe elaborado por el equipo de economistas de Economía de la Undav apunta que un jubilado que cobra la mínima debe destinar el 87% de su ingreso para adquirir los productos de la canasta básica (vs 84,5% un año atrás). En el caso de los salarios mínimos, la canasta representa el 72% del ingreso (vs 68,2% un año atrás), lo que supone un aumento de 3,8 puntos porcentuales en sólo un año, cuando para la jubilación mínima este incremento fue de 2,5 pp (ver datos arriba; click para agrandar). Así, la inflación genera una “caída del salario real del 3,9% para los trabajadores del sector público; 5,5% para el sector privado registrado; 11,6% para los del privado informal y del 18% para los que cobran el Salario Mínimo Vital y Móvil”, enumera el informe.
Sobre la base de los datos del Indec-EPH, el documento de la Undav señala que los bienes y servicios vinculados a la salud aumentaron un 70,5% en un año y crecieron 20 puntos porcentuales por encima de la inflación general (ver datos arriba; click para agrandar). Según el informe, entre diciembre de 2017 y octubre de 2019 la salud aumentó un 130,3%, lo que la posicionó como el segundo rubro más inflacionario después de equipamiento y mantenimiento del hogar (+131,8%). En este proceso resultó clave la devaluación del peso registrada en el último año de la gestión Cambiemos/Macri. Este dato resulta consistente con una encuesta anterior realizada por la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Defensoría del Pueblo bonaerense entre 2017 y 2018, según la cual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la Provincia de Buenos Aires (PBA) se incrementó la cantidad de familias que resignan ir al médico o comprar remedios por falta de fondos para cubrir los costos de un tratamiento: 2 de cada 10 hogares de la Ciudad y el conurbano resignaron necesidades tan básicas como ir al médico, o al dentista, y comprar medicamentos porque no los pueden pagar debido a la crisis económica. Las personas sumidas en la pobreza fueron las que más tuvieron que resignar en materia de salud. Sobre 5.800 casos consultados, el 28,7% dejó de hacer una consulta médica anual entre 2017 y 2018. En CABA, eso se tradujo en uno de cada 10 hogares porteños. Los grupos que en su mayoría no accedieron al sistema de salud fueron los varones (36,5%), y los jóvenes de 18 a 34 años (38,9%).
La privación del derecho al acceso a la salud por falta de fondos se presentó en mayor medida en los hogares con mayor carencia económica y precariedad laboral: el mayor porcentaje se dio entre las personas pobres (43,3%) y las que pertenecen al estrato trabajador marginal (39,8%). En tanto, quienes residen en el norte del GBA presentan el porcentaje más alto de personas que no realizaron una consulta médica en el último año (36,5%). Asimismo, el informe también analizó cómo se autopercibe el déficit de la salud física y psicológica. En el caso del primer punto, el porcentaje de quienes observan esta carencia creció de 11,4% al 16,5% entre 2017 y 2018. Los pobres (20,2%), los trabajadores marginales (23,5%) y los residentes del sur del conurbano bonaerense (19,7%) fueron los segmentos donde más se registró esa tendencia. Respecto al malestar psicológico, entre 2017 y 2018 pasó del 18,6% al 22,4% y el desagregado para el último año también se repite respecto al caso anterior. Donde más se percibió fue entre los pobres (35,6%), los trabajadores marginales (34,5%), y en el conurbano sur (23,2%). "Este informe muestra la desigualdad social que existe principalmente en el conurbano, y que se hace visible en las condiciones generales de salud de las personas y de las comunidades como en el propio sistema que las atiende. Además, habla de un sistema fragmentado e inconexo para atender los estados de salud y enfermedad diferentes para cada estrato social", sostuvo el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.
Otro de los rubros que pesa fuerte en la canasta básica de los sectores más vulnerables es limpieza. Según el documento de la Undav, los productos de limpieza del hogar y aseo personal sufrieron aumentos de hasta casi el 90% entre octubre de 2019 y octubre de 2019. El pico lo marcó el jabón en pan, con casi 90%, y el piso el jabón en polvo para ropa, con 56,2% (ver datos arriba; click para agrandar). Finalmente, el informe concluye que “la inflación podría terminar entre un 51% (escenario optimista) y un 62% (escenario agresivo). Se evalúa un escenario estándar (escenario promedio) en donde la inflación acumularía en un año un 54,7%”. La proyección es plausible, dado que la inflación interanual a octubre de 2019 alcanzó un 50,5% (ver datos abajo; click para agrandar).
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