En el posteo anterior vimos que la situación de la economía doméstica de los cordobeses no da pistas sobre su voto diferencial respecto al resto del país. Tampoco lo hacen los datos duros de la economía provincial: según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares-EPH, en el primer trimestre de 2019 subió el desempleo; según el Indec, la actividad industrial bajó 8,1% durante los últimos 12 meses, en gran parte porque el sector automotor se desplomó un 26,4%. Para más datos, el Observatorio de la Actividad Metalúrgica en Córdoba había mostrado ya en setiembre una nueva baja en los niveles de confianza empresaria del segundo trimestre del 2019, que acumularon en dos años una caída del 45,6%, esto coincide con que la producción de ese sector económico clave en la provincia cayó para el 42% de las industrias metalúrgicas. A eso se suma que el alza de la desocupación convive con el cierre de comercios, cadenas de electrodomésticos y pequeñas unidades económicas en distintos barrios de las ciudades cordobeses. Por otro lado, las ventas minoristas de los comercios pymes de Córdoba finalizaron octubre con una caída del 12,5% frente a igual mes del año anterior, de acuerdo con los datos relevados por la Federación Comercial de Córdoba (Fedecom) y sus cámaras y centros comerciales adheridos. En octubre de 2018 respecto a octubre de 2017, las ventas habían caído 8,6%, lo que significa que el desplome se aceleró. Así, visto el desempeño del décimo mes del 2019, las ventas acumulan en lo que va del año una baja promedio de 11,6% mensual en relación a enero-octubre de 2018. Con el dato de octubre, ya son 20 los meses de caída consecutiva en las ventas minoristas. En este marco, quizás haya que buscar la explicación del voto cordobés en las valoraciones políticas locales. Según la más reciente encuesta domiciliaria de la consultora Delfos, realizada sobre una muestra provincial de 1.800 casos, apenas el 27% de los cordobeses tiene una imagen buena de la gestión presidencial de Mauricio Macri y casi el 40% la aprueba (ver datos arriba; click para agrandar). Ambos guarismos están muy por debajo del más del 60% de los votos que el presidente alcanzó en esta provincia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en 2015 la elección en Córdoba se polarizó recién en octubre (dado que en las primarias de ese año compitió el gobernador José M. De la Sota, quien quedó fuera de la primera vuelta al perder la "interna" de UNA con Sergio Massa), mientras que ahora se polarizó ya en la PASO de agosto, lo cual lleva a contrastar la imagen de Macri con la de su contrincante, Alberto Fernández: el presidente electo empata en imagen positiva con Macri (la diferencia de 2 puntos porcentuales, 29% a 27%, no resulta estadísticamente significativa), pero tiene una imagen negativa 7 pp más alta (49% vs 42%; ver datos arriba, click para agrandar). Asimismo, su imagen desfavorable fue creciendo conforme se acercaba la fecha de la elección.
Los indicadores de adhesión y expectativa de Macri también resultan magros: apenas 30% en el primer caso y 36% en el segundo, siempre por debajo de los negativos (38% y 52%, respectivamente; ver datos arriba, click para agrandar). Así, no puede decirse tampoco que el voto haya sido motivado por una corriente de esperanza en el presidente, a tenor de estos datos. Sin embargo, nuevamente el contraste nos aporta un principio de explicación. Apenas un 32% de los cordobeses abrigaba expectativas positivas en Alberto Fernández antes del 27-O, un guarismo que está en el mismo orden de magnitud que el 29,31% de los votos que obtuvo el Frente de Todos el 27-O y que desde el ballotage del 2015 se constituye como el techo del kirchnerismo en esta provincia, luego del histórico 37% que alcanzó CFK en la elección récord del 2011 (cuando obtuvo 54,11% en todo el país). En cambio, casi un 40% tenía expectativas negativas (ver datos abajo; click para agrandar).
Por otro lado, si bien la imagen de Alberto Fernández en Córdoba es mejor que la de la ex presidenta (tiene casi la misma positiva, 29% vs 26, con menos negativa, 49% vs 57%), sus figuras siguen estando muy asociadas para los electores cordobeses: 2 de cada 3 (66%) creen que ambos "son lo mismo", contra apenas 27% que cree que representan cosas diferentes (ver datos abajo; click para agrandar).
Esa percepción doméstica es transversal a todos los NSE, si bien con matices. En el nivel alto supera el 50%, mientras que en los medio y bajo se ubica por encima del 60% (ver datos abajo; click para agrandar).
Finalmente, también a nivel de zonas la percepción dominante es que Alberto Fernández y CFK representan lo mismo, lo cual sugiere que el voto cordobés mayoritario, más que macrista, "es antikirchnerista. Si el candidato hubiera sido cualquier otro hubiera tenido un voto mayoritario. Hoy lo que era una amenaza de un retorno del kirchnerismo y el miedo a un nuevo aislamiento fue lo que edificó el voto para este domingo”, concluye el director de Delfos, Luis Dall´Aglio.
Cuando afirma: "Si el candidato hubiera sido cualquier otro hubiera tenido un voto mayoritario."
ResponderEliminar¿como podemos estar seguros que asi seria? Por ej si fuese Alberto Fernandez - Eduardo Fernandez, se cumpliria el pronostico en esta provincia? Carlos F.
¡Gracias x la lectura, Anónimo! Ese es un contrafáctico, no se puede saber. De todos modos, hice cita textual de la afirmación completa. Saludos!
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