viernes, 3 de enero de 2020

El triple juego: CFK-Alberto Fernández-Mauricio Macri (2)




En una entrada reciente sobre este tema repasábamos algunos datos de la dinámica perceptual de la opinión pública respecto al nuevo presidente (Alberto Fernández) y dos ex presidentes, la ahora vicepresidenta electa Cristina Fernández y Mauricio Macri, desde una perspectiva de análisis que los considera como actores relevantes del oficialismo y la oposición. Citábamos allí algunos datos de la consultora Opinaia; otra de las variables que midió ese estudio fueron las expectativas en cuanto a la línea política del gobierno de Alberto Fernández, las opiniones están muy divididas: casi un cuarto opina que debería ser más cercano a CFK y el kirchnerismo, contra un quinto que lo prefiere más cercano al peronismo de los gobernadores y a Sergio Massa; casi el 60% no se inclina por ninguna de esas opciones, o no sabe. Sin embargo, cuando se examinan las actitudes al interior de los votantes de la coalición Frente de Todos, casi la mitad (47%) prefiere una cercanía mayor a Cristina Fernández y la expresión política que ella lidera, lo que confirma su peso específico dentro de la coalición (ver datos arriba; click para agrandar). De alguna manera, eso tensiona al nuevo presidente, que tiene un electorado que lo acompañó en dos instancias (PASO de agosto y general de octubre), pero que ahora gestiona intereses más amplios que los del frente que encabezó, lo cual cambia de dimensión su representatividad y el liderazgo que puede encarnar ya en el poder.


Por su parte, una encuesta de Opina Argentina realizada en diciembre sobre una muestra nacional de 1.100 casos permite comparar las imágenes positivas de Alberto (54%) y CFK (48%) y también sus respectivas negativas (44% y 49%). Los matices entre ambas no son estadísticamente concluyentes (las brechas oscilan entre los 6 y los 5 puntos porcentuales), pero tienden a favorecer al presidente por sobre su vice (ver datos arriba; click para agrandar). Como nota metodológica, esa medición no incluye la alternativa de respuesta "regular", lo cual tiende a polarizar los datos. La expectativa acerca de la relación entre ambos es más bien favorable: 54% cree que será buena o muy buena, mientras que 38% responde mala o muy mala, lo cual acota la hipótesis de conflicto entre ambos al orden de magnitud de los votos obtenidos por Juntos por el Cambio el 27-O: 40,28%. Por otro lado, el 44% espera que el gobierno de Alberto Fernández sea mejor que el de su predecesor, contra apenas un 28% que responde peor, una proporción que está en el orden de magnitud del voto duro cambiemita (que ronda el 33%). 



La consultora Clivajes también midió la imagen del presidente. Al incluir la respuesta "regular", los datos presentan matices respecto a los que vimos recién: la positiva alcanza 47% (ubicándose en el orden de magnitud de los votos obtenidos por el Frente de Todos el 27-O, 48,24%), con 19% de regular y 32% de negativa, guarismo que se ubica en el orden de magnitud de los votos alcanzados por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto de 2019: 32,94%. Este estudio fue realizado en diciembre pasado también, sobre una muestra de casi 650 casos recolectados a través de una plataforma online, con un error muestral de +-3,85% (ver datos arriba; click para agrandar). 



Finalmente, la consultora Synopsis realizó su relevamiento más reciente en los tres días previos al recambio presidencial (del 6 al 9 de diciembre). La muestra fue de 1.302 casos, contactados de manera telefónica y online, en Capital, Gran Buenos Aires y las principales ciudades del interior. El margen de error es de +/- 2,9%, y presenta algunos matices entre la expectativa respecto al nuevo gobierno y la imagen del flamante presidente: la expectativa positiva es algo más alta que la imagen favorable (48,3% vs 43,6%, una diferencia que no llega a ser estadísticamente significativa) y lo mismo se observa al comparar pesimismo con imagen negativa (29,8% vs 32%) y la expectativa regular con su correlativa de imagen (12,8% vs 17,8%). En resumen, lo que surge de los diversos sondeos revisados es que tanto las expectativas respecto a la nueva gestión como la evaluación de la figura presidencial tienden a reproducir la distribución aproximada de las preferencias electorales más consolidadas. Probablemente haya que esperar un tiempo prudencial para ver si con el correr del ejercicio del mandato de Alberto Fernández comienza a plasmarse una impronta asociada al impacto de las primeras medidas de gobierno. 



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