También en mayo, la
consultora Analogías reportó en nuestro país un acuerdo similar con un concepto
aún más amplio: 75% estaba de acuerdo con cobrar todos los años un impuesto
anual a las 10 mil personas más ricas de Argentina, apoyo que era transversal
por género, edad y nivel educativo, mientras que 19,1% se mostraba en
desacuerdo (gráfico abajo).
Según la misma consultora, ese acuerdo trepaba a casi el 82% si el impuesto se focalizaba en las 1.000 personas más ricas del país y se destinaba a atender la emergencia generada por la pandemia; en ese caso, el desacuerdo apenas rozaba el 14% (gráfico abajo).
Analogías también midió el tema en su estudio más reciente, cerrado el 5 de septiembre: para casi el 60% de los electores argentinos el tributo que afectaría a unos 12 mil millonarios debería cobrarse todos los años, mientras que 27,2% se muestra en contra de esa idea (gráfico abajo).
De todos modos, si hacemos foco en las tres mediciones comparables de manera lineal que sondean las tendencias en torno a un aporte de carácter extraordinario sobre un grupo minoritario de grandes fortunas, ricos o millonarios por única vez en el marco de la pandemia, el promedio de acuerdo a nivel nacional es de 78,7% mientras que el desacuerdo es de 18,4%: esto pone de manifiesto un contundente aval a la iniciativa en todo el país.
Por su parte, la medición realizada también en AMBA por la consultora Circuitos en agosto detectó un acuerdo de casi 59% contra un desacuerdo de 31,3% (gráfico arriba). Haciendo un promedio de ambas mediciones en ese conglomerado obtenemos un acuerdo de 69% y un desacuerdo de 23,5%, lo cual confirma que incluso en la “vidriera” del país la iniciativa tiene un apoyo mayoritario. En síntesis, el cruce de datos arroja un claro aval a la propuesta de una contribución extraordinaria para los más ricos en el marco de la pandemia y pone en evidencia que, al igual que sucedió con el DNU referido a las telecomunicaciones, el rechazo de Juntos por el Cambio es una causa minoritaria. Para más datos, la posición de esa alianza no sólo está a contramano del consenso en el AMBA, a nivel país y en Latinoamérica, sino que además pierde de vista que el contexto sanitario ha favorecido la presentación de propuestas similares en toda la región y también en Europa (gráfico abajo).
Así, la actitud de Juntos por el Cambio, abrazando consignas impopulares y reclamando condiciones no razonables para sesionar en pandemia ya resulta obstruccionista: lejos de fortalecer el debate, disputa agenda con minorías intensas a la vez que reaccionarias, alejándose de un centro político que reclama moderación.
https://www.cba24n.com.ar/opinion/el-aporte-a-las-grandes-fortunas-en-las-encuestas_a5f5b959a4820286d85b850dc
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