Los pronosticadores económicos más serios son los que admiten la dificultad de su trabajo: pronosticar los ciclos económicos es difícil, pues variables que funcionan como indicadores de tendencia durante un ciclo económico concreto pueden quedar obsoletas en el siguiente, y la confianza de las empresas tanto como la del consumidor no necesariamente se comportan de manera alineada. En el caso argentino, al revisar los más reciente estudios nacionales respecto a la situación socioeconómica surgen algunos matices que merecen ser destacados. Según la última encuesta realizada por –D´Alessio-Irol/Berensztein entre ejecutivos de IDEA, en cuanto a los principales problemas de la coyuntura el podio se compone con déficit fiscal, confianza y política monetaria; el top 5 se completa con falta de acuerdos entre las distintas fuerzas políticas (el rechazo opositor de este viernes 17 de diciembre al presupuesto 2022 presentado por el oficialismo viene a ratificar esta preocupación) y la falta de crédito. El déficit de la balanza de pagos y el tema corrupción no llegan al 10% (gráfico arriba).
Por otro lado, según el último estudio de la consultora Management & Fit (M&F), la agenda de problemas de la población general es diferente: inflación y suba de tarifas se mantiene al tope en el último trimestre (llega a 34,1% en noviembre), escoltada de cerca por corrupción (8,1 puntos porcentuales detrás). Luego, hay una disputa por el tercer lugar entre inseguridad (casi 14%) y pobreza (11%). Los demás problemas no llegan individualmente al 10% (gráfico arriba).
Respecto a la coyuntura socioeconómica, según M&F casi 63% de los argentinos tiene una mirada negativa, contra apenas 21,4% que la ve de manera más bien positiva, en tanto que 14,2% tiene una mirada neutra (gráfico arriba). Así, el pesimismo casi triplica al optimismo a nivel de la población general, de acuerdo a ese estudio. Comparando con el estudio entre ejecutivos de D´Alessio, que mide las percepciones por semestre, la mirada positiva alcanza 15% vs una negativa de 65% y una neutra del 17% (gráfico abajo), algo no muy diferente a lo que vemos en M&F.
En cuanto a la expectativa para el semestre que viene, los matices son menores respecto a la evaluación del actual: 12% de optimismo, 65% de pesimismo y una suba de 6 puntos porcentuales en la perspectiva neutra.
Sin embargo, con respecto a la medición anterior (julio de 2021), se insinúa una suba de 4 puntos porcentuales en quienes esperan un aumento de la ventas en su empresa en los próximos 12 meses, con mayor incidencia a nivel de empresas chicas y sector industrial (gráfico arriba). En tanto, en el perfil de quienes trabajan en empresas exportadoras se insinúa una suba de 3 puntos porcentuales en el sentido de avizorar una suba de las operaciones (gráfico abajo).
Aunque se trata de variaciones estadísticamente no significativas, dado el perfil del público en ese estudio sectorial entre ejecutivos de empresas, cabe plantear la hipótesis de que esas leves mejoras puedan estar anticipando un cambio de tendencia hacia una mayor reactivación y con menor pesimismo. Con todo, hay que observar que el estudio se cerró a fines de noviembre, es decir, antes de las últimas novedades globales, regionales y nacionales en materia de pandemia de Covid-19, que de alguna manera vuelven a abrir interrogantes en cuanto a la perspectiva de una nueva normalidad.
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