Aunque 2022 es un año no electoral (para las primarias y las elecciones generales de 2023 falta más de un año), la agitación interna en las dos principales coaliciones políticas no cesa. En este marco, las últimas encuestas permiten analizar la correlación de fuerzas en el Frente de Todos (FDT) y Juntos por el Cambio (JXC). Según el más reciente estudio de Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP), entre los votantes del oficialismo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner mantiene su liderazgo, con casi 57% de intención de voto; la escoltan Axel Kicillof, con 16,38% (aunque el gobernador de provincia de Buenos Aires buscaría ser reelecto en ese distrito) y el presidente Alberto Fernández cierra el podio, con 10,34%. Completan el top 5 Eduardo “Wado” de Pedro y Sergio Massa, en empate técnico (la diferencia entre 6,03% y 4,31% no resulta estadísticamente significativa); otros e indecisos apenas acumulan 6,04% (gráfico arriba).
Con matices en las cifras, la última encuesta de Circuitos en provincia de Buenos Aires (PBA) coincide en ubicar al frente a CFK en la percepción de mejor cabeza de fórmula presidencial, con casi 44%; la sigue el presidente, que en ese distrito roza el 18%, mientras que Massa, Kicillof y De Pedro no llegan individualmente al 10% (gráfico arriba). Sintetizando ambas tendencias, la primacía de CFK en el oficialismo se mantiene respecto al análisis que hemos realizado en notas anteriores; al mismo tiempo, la ventaja que ella saca a otros actores de la coalición, como Alberto Fernández y Sergio Massa, probablemente opere como antídoto contra operaciones o intentos de ruptura, aunque no permita descartar totalmente esa hipótesis.
El mismo estudio de CIGP arroja un panorama muy diferente dentro de JXC. En primer término, hay un triple empate técnico entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, dado que las diferencias que se sacan no son estadísticamente significativas. Un segundo nivel de lectura permite apreciar que dos potenciales precandidatos presidenciales del radicalismo arrancan la carrera muy detrás y en clara desventaja respecto a las figuras del PRO: pese a su relativa buena elección en la interna de JXC en PBA el año pasado (que de todos modos perdió contra el candidato “amarillo”, Diego Santilli), Facundo Manes apenas alcanza 3,43% de intención de voto, mientras que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se ubica en la mitad de ese caudal (1,71%); gráfico arriba). En otro orden, más de la mitad de los potenciales votantes de Juntos cree que Javier Milei no debería estar dentro de la coalición, pero casi un tercio cree que sí y casi 10% no se define al respecto. Para más datos, la última encuesta de Rouvier sondeó la cercanía política percibida entre Milei y los partidos que integran la alianza: 47,5% de los electores a nivel general lo ve próximo al PRO, apenas 14,6% a la UCR y un escaso 1,6% a la Coalición Cívica de Elisa Carrió (gráfico abajo).
Con algún matiz, la última encuesta de Circuitos en PBA coincide en las tendencias generales de la interna: Macri figura en empate técnico con Bullrich (28,6% vs 26,2%, respectivamente), el jefe de gobierno de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) está un poco por atrás (21,4%) y Manes en 10,3%; Morales no aparece en esa medición (gráfico abajo).
Así, dentro de JXC se mantiene el predominio del PRO sobre la UCR. Para mejorar su competitividad, el radicalismo no sólo debería confirmar vocación de poder, sino fundamentalmente consolidar un programa alternativo al de la oferta amarilla; si su motivación para permanecer dentro de Juntos sigue siendo sólo desbancar al oficialismo, difícilmente pueda superar la condición de “vagón de cola” al que quedó confinada desde la convención de Gualeguaychú en 2015. Por otro lado, en el PRO se fortalece la línea dura por sobre la más moderada que pretende encarnar Larreta, dado que Macri y Bullrich suman más del 50% en una potencial interna, duplicando al jefe de gobierno de CABA, según CIGP y Circuitos. Esto sugiere que si alguno de los dos primeros decidiera no competir, el caudal liberado terminaría por zanjar la disputa interna. Sin embargo, otra posibilidad es que el corrimiento a la derecha de JXC y/o un ingreso problemático de Milei a la coalición precipitaran una ruptura entre el ala dura del PRO vs el ala moderada, o bien generaran una salida del radicalismo del frente hacia una propuesta propia o más de centro.
Finalmente, en este proceso, como hemos apuntado en notas previas, hay un claro conflicto de intereses: por un lado, Macri y Bullrich apuestan a un JXC más corrido hacia la derecha, pues plantean implementar en 2023 un programa más duro y menos gradualista; de ahí también sus coqueteos con Milei. Del otro lado, Rodríguez Larreta en el PRO y Morales en la UCR, con responsabilidades de gestión y buena imagen en los distritos que gobiernan (67,5% y 71,6%, respectivamente, según el último estudio interprovincial de CB Consultora; gráficos arriba y abajo) resisten ese corrimiento a la derecha para mantener su competitividad en una potencial interna de Juntos.