Oficialismo y oposición en el año electoral

Este año, entre las principales figuras de la oposición que procurarán revalidar sus pergaminos seguramente estarán referentes como Ricardo Alfonsín, Margarita Stolbizer y Francisco de Narváez (provincia de Buenos Aires), Elisa Carrió, Gabriela Michetti y Fernando Solanas (Capital Federal) y Julio Cobos (Mendoza), quienes ya tuvieron protagonismo en las elecciones legislativas del 2009, ya sea como candidatos o como referentes de sus respectivos espacios.

Sin embargo, hay una diferencia central para la oposición entre 2013 y 2009: este año, antes de las legislativas vienen las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) instancia que esas fuerzas y partidos podrían aprovechar (ya que la infraestructura comicial la aporta el Estado Nacional) para definir a sus candidatos legislativos y evitar arduas negociaciones para cerrar listas (eludiendo el consecuente costo político que suele quedar asociado a esos cierres).

Transversalmente, se insinúan dos bloques dentro de la oposición, que habrá que ver si confluyen o no electoralmente para dirimir sus candidatos legislativos en las primarias: por un lado, la UCR, el Frente Amplio Progresista (FAP), la Coalición Cívica, Proyecto Sur y otras fuerzas; por otro, el PRO, el Peronismo Federal (disidente o anti-K) y sectores peronistas no oficialistas. A priori, parece difícil que cuaje un gran acuerdo electoral de toda la oposición.

En cuanto al oficialismo, de cara al año electoral hay varias apuestas: una es reforzar los sentimientos patrióticos y reflotar la simbología del Bicentenario (que tan buenos resultados diera en 2010). Aquí entran la puesta en escena ya vista durante la recuperación de la Fragata Libertad y la conmemoración de hitos históricos, como los 200 años de la Asamblea General Constituyente de 1813.

En esa línea, a fines de 2012, medios periodísticos destacaron que el gobierno dictó el Decreto 2435,  begin_of_the_skype_highlightingque declara al 2013 como Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813, que dispone que a partir del 1º de enero toda la papelería oficial utilizará un sello con la leyenda 2013 - Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813 y habilita la organización de eventos, festivales, actividades, seminarios y conferencias en conmemoración de esa fecha histórica en la que se abolió la esclavitud y asumió la soberanía nacional, por primera vez en nombre del pueblo. En ese marco, el oficialismo podría celebrar actos, eventos, shows y megarrecitales como complemento del aparato proselitista a desplegar en los comicios parlamentarios. Según los mismos medios, esos festejos serían coordinados por Javier Grosman, el mismo funcionario que estuvo a cargo de la dirección general de la Unidad Ejecutora de la Conmemoración del Bicentenario (con amplia trayectoria en la organización de espectáculos, también el responsable de Tecnópolis y de contactar a los artistas contratados para los distintos recitales públicos organizados por la Presidencia).

Por fuera de lo simbólico, otra apuesta del gobierno es que la economía de 2013 juegue a favor de sus chances electorales, tema sobre el que volveremos en próximas entradas.