Si en las entradas anteriores tomamos la
figura de Massa como eje en torno de la cual discutir la implicancia y la
pertinencia de los conceptos de fin de ciclo y poskirchnerismo, hacerlo en
torno a la figura de Daniel Scioli no es menos estimulante. Ante la ausencia forzada
de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (que finalizaría hoy), la cara
visible de la magra performance oficialista en las elecciones de medio término
fue el gobernador bonaerense, que conserva sin embargo el capital político de
ser “el de mejor imagen en el Gobierno y el PJ”, según Mariel Fornoni, de
Management & Fit.
Con el antecedente de haber acompañado
al proceso político del menemismo hasta el final y sobrevivirlo exitosamente en
el proceso político de cuño PJ que lo sucedió en el poder (el kirchnerismo),
Scioli brindó después de estas elecciones una interesante definición de la coyuntura.
Respecto a quienes pronostican el fin del kirchnerismo, Scioli plantéo que
“eso es una subestimación en base a la
concepción de esta política. ¿Qué expresa el Frente para la Victoria? ¿Cuál es
su contenido? Políticas".
Esa, lo hemos planteado antes, sigue
siendo una ventaja comparativa del kirchnerismo sobre el menemismo, que
hegemonizó la política argentina durante una década, pero a través de una línea
discursiva y de gestión que generaba su propia esterilización política a futuro.
El kirchnerismo, en cambio, se reivindicó desde sus inicios como un proyecto
netamente político y subordinando así la política económica al logro de determinados
objetivos del “modelo”. Profundizando en ese concepto, Scioli destacó que el actual
modelo de gestión "permitió
poner al país en la senda del desarrollo, y eso tiene una gran vigencia.
Incluso desde otros sectores se defendían estas políticas en la campaña",
alusión que puede calzarle perfectamente a Massa, potencial competidor de
Scioli en la carrera presidencial del 2015. Massa, entonces, se presenta como
un poskirchnerismo construido desde afuera (de ahí su candidatura por el frente
Renovador y su negativa a participar de la interna justicialista en la
provincia de Buenos Aires), mientras que Scioli representaría un
poskirchnerismo construido desde adentro.
Finalmente, en sentido institucional,
el concepto de fin de ciclo le cabe, además de a Cristina Fernández, a varias
de las figuras políticas que, de cara a 2015, no tienen chances de reelección
en sus distritos: dentro del espacio pan-oficialista eso le cabe al gobernador
bonaerense Daniel Scioli, al entrerriano Sergio Urribarri y al
chaqueño Jorge Capitanich (tres
potenciales presidenciables), junto a otros seis gobernadores del peronismo K a
priori con menos chances nacionales en 2015 (José Alperovich de Tucumán, Luis Beder Herrera de la Rioja, Eduardo Fellner de
Jujuy, el convaleciente José Luis Gioja de San
Juan, el Francisco "Paco" Pérez de Mendoza y Oscar Jorge de
La Pampa). Con la clausura obligada que les imponen
sus constituciones provinciales, estos referentes apuestan a que el fin de
ciclo institucional de la era K pura (Néstor + Cristina) no se traduzca en fin
de ciclo político, sino que les permita a ellos heredar el poder dentro del
esquema del PJ. Desde afuera de ese esquema, el jefe de gobierno porteño,
Mauricio Macri, quien también experimenta un fin de ciclo, dado que no puede
aspirar a la reelección en 2015, apuesta a que el fin de ciclo institucional
sea también un fin de ciclo político, para alimentar sus chances
presidenciales.
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