Las semanas poselectorales acusaron el
impacto del fallo de La Corte que declaró constitucional la Ley de Medios, el
cual desplazó rápidamente de la agenda al análisis de las elecciones. Una línea interpretativa de este hecho lo toma como una oportunidad que el oficialismo
podría capitalizar para fortalecerse y conjurar el peligro del “síndrome del
pato rengo” (la pérdida de poder que sufre usualmente un presidente que va por
su segundo mandato y no tiene chances de reelección), y por lo tanto como un
retardador del fin de ciclo y el poskirchnerismo.
Escribió Luis Majul: “Para el oficialismo, no pudo haber noticia
mejor. Nunca, desde 1983, los ganadores de una elección tuvieron menos tiempo
para analizarla o disfrutarla. En cuanto se termine
de recuperar y asuma el pleno ejercicio de sus funciones, la Presidenta podrá
matar varios pájaros de un tiro. Le dará a su retorno un tono épico y un aire triunfal.
Hará coincidir la empatía que generó su dolencia con el nuevo pico de imagen
positiva y lo usará para remontar, otra vez, la iniciativa política y
transformarse en la gran protagonista de la escena nacional. Además, como la
Ley de Medios siempre fue presentada por Cristina Fernández como la madre de
todas las batallas, usará este nuevo tempo político para recordarle a todo ‘el
círculo rojo’ que todavía sigue vivita y coleando. Es decir: con su poder
intacto como para impulsar leyes, bendecir a su futuro candidato a presidente y
contener, a quienes dentro y fuera del propio gobierno y del Partido
Justicialista, le sentían demasiado cerca de la ceremonia del adiós”, escribió Luis Majul.
Otro enfoque sobre este tema fue expuesto
por Gustavo Sylvestre: “La Corte Suprema
de Justicia, que ha demostrado ya en varias oportunidades no ser adicta ni
someterse a presiones políticas, demostró su independencia del poder económico
y no estar sometidas a las presiones de grupos mediáticos. Al declarar, por
amplia mayoría, en forma contundente, la Constitucionalidad de la Ley de
Medios, le da legitimidad a una norma votada por amplia mayoría política en el
parlamento nacional, y que fue discutida a lo largo y ancho del país, y que encontró
apoyo de la CGT, sectores religiosos, y empresariales del país. En el litigio
judicial abierto por el Grupo Clarín en contra del Gobierno, cuestionando 4
artículos de la norma, la Corte le dio la razón al gobierno y votó en contra de
los argumentos presentados por el Grupo Clarín. El fallo estaba prácticamente
definido desde julio de este año. Pero algunos de los supremos creyeron
necesario extender los plazos para no regalarle al gobierno un instrumento que
podría haber sido usado en la reciente campaña electoral”.
Apreciemos la lógica subyacente a estas
opiniones: Majul plantea que el fallo divulgado a posteriori de las elecciones beneficia
al gobierno pues puede capitalizarlo políticamente morigerando la debacle
oficialista (lo plantea como un hecho), en tanto que Sylvestre aduce que el
fallo fue divulgado a posteriori para evitar que el gobierno lo usara como herramienta
electoral (hipótesis que podría implicar la existencia de una potencial
relación causa-efecto entre fallo favorable y mejor resultado electoral
oficialista).
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