martes, 7 de octubre de 2014

Un escenario preelectoral de tránsito lento (1)

Asistimos a un escenario preelectoral que oscila entre una situación trabada y otra de lento fluir. Veamos: por un lado, los dos mayores frentes electorales (FPV-PJ y FAUNEN) presentan múltiples precandidatos, situación que no se definiría antes de las PASO, salvo que mediaran candidaturas consensuadas al interior de esos espacios o, en el otro extremo de las hipótesis, procesos de ruptura que desarmaran esos formatos de oferta preelectoral. Por otro lado, las dos fuerzas “personalistas” que también protagonizan la disputa (el PRO de Mauricio Macri y el Frente Renovador de Sergio Massa) siguen compitiendo en una suerte de juego de “suma cero”, tratando de ganar despliegue electoral nacional (es decir, la inserción territorial que, como elemento distintivo, favorece relativamente al FPV-PJ y algo menos al FAUNEN) a través de acuerdos, alianzas o cooptación de dirigentes. 

A la vez que el PRO y el FR disputan por el armado territorial, compiten por segmentos similares del electorado. Por esta razón, creemos que, contra lo que sostiene el consultor Jorge Giacobbe, son bajas las chances de que Macri y Massa compitan en una eventual segunda vuelta en 2015: de haberla, el que ingrese de ellos dos desplazará al otro, y muy probablemente dispute el ballotage con el candidato del FPV-PJ, habida cuenta de que el despliegue electoral de Macri y Massa también implica un estancamiento del FAUNEN en el cuarto puesto. ¿Qué podría pasar si Macri logra un acuerdo con este último frente? ¿Dicha alianza podría llegar a constituir una coalición ganadora mínima? Dudoso; en primer lugar, hay que descartar una sumatoria lineal de votos, dado que ella no aplica ni siquiera a la actual configuración del FAUNEN: los electores de los diversos precandidatos de ese frente no son sumables recíprocamente entre sí. Ese rasgo se exacerbaría en una coalición ampliada hacia el PRO, independientemente del formato que pudiera tomar un acuerdo entre cúpulas orientado a ese objetivo: "Los votantes ya no responden tan ciegamente a sus líderes, tienen un margen de autonomía. Y es obvio que Macri necesita los votos de UNEN, pero no está claro cuál es la mejor forma de conseguirlos", evaluó recientemente el consultor Alejandro Catterberg, de Poliarquía. "Un 50 por ciento de la gente rechaza una alianza Pro-UNEN. Y nadie haría alianzas si cree que puede ganar solo", reflexionó por su parte Mariel Fornoni, de Management & Fit, mientras que Graciela Römer  (GR y Asociados), planteó que "con celebrities en los distritos no alcanza, y Macri debería buscar una alianza con una fuerza política territorial que compense los gobernadores, que están con Scioli, y los intendentes, que apoyan a Massa".

Para el consultor Carlos Fara, los potenciales votantes del PRO son más propensos a apoyar un acuerdo que aquellos que se inclinan por el FAU:"Veamos cuáles es el potencial real a nivel nacional de un conglomerado electoral de este tipo. El 19% votaría una alianza entre Mauricio Macri y Unen. No es voto concreto: es un voto en potencial. Eso significa que hoy por hoy, aun juntándose, no les alcanza para competir con el más probable candidato del Frente para la Victoria –Daniel Scioli– y Sergio Massa. ¿Quiénes votarían a esta alianza? Su potencial es mayor a medida que sube el nivel socioeconómico de los encuestados, y en el área metropolitana Buenos Aires. No hay diferencias apreciables en otros segmentos (edad, sexo). ¿Qué sucede con los votantes de los distintos candidatos de ambas partes? Se inclinarían por apoyar dicha alianza el 35% de los votantes de Julio Cobos, el 20% de los de Hermes Binner y el 44 % de los de Macri. Es decir que sólo en los votantes del PRO habría una inclinación casi mayoritaria. Esto significa que resulta complejo reunir bajo un solo paraguas a un amplio arco opositor”. Así, este análisis confirma la imposibilidad de hacer una sumatoria lineal de los votos: agregar las intenciones de voto de los candidatos de esta posible coalición arroja como resultado que Macri recoge 16%, Binner 6%, Cobos 4% y otros candidatos del FAUNEN 2%, es decir, un total de 28%. “Bastante más que la potencialidad de una alianza. ¿Qué pasaría si se diera un hipotético escenario de tres candidatos: Massa, Scioli y Macri? Massa logra 31%, Scioli 27% y Macri 21%, con el 21% que no se define. Es decir que si Unen resigna su representación en Macri, el líder del PRO se mantiene casi igual. ¿Por qué? Porque sólo el 20% de Binner y el 25% de Cobos se trasladan a Macri en un escenario de tres postulantes, mientras que el resto de dispersa o no se define. En el caso del ex gobernador santafesino, por ejemplo, fluyen tantos votos a Macri como a Massa, desarticulando toda posibilidad de hacer sumas aritméticas de las intenciones de voto de los socios participantes”, apunta Fara. 

Otro clave de análisis explora el clivaje o divisoria de la “conjetura Carrió” (peronismo vs antiperonismo, o si se quiere, kirchnerismo vs antikirchnerismo). Aquí dice Fara: “Desde otro punto de vista, el 43% querría que el próximo presidente no sea ni peronista, ni kirchnerista. Sin embargo, la cuestión es que en este segmento el 24% elige a Massa y el mismo porcentaje a Macri, con 15% de indefinidos. El restante 35% se dispersa entre múltiples aspirantes. Conclusión: para este segmento mayoritario Massa no parece ser peronista, arrojando luz sobre la complejidad de las percepciones de los votantes”. Luego, se abren las siguientes alternativas: 1) Si el FAUNEN prosigue estancado, como las encuestas muestran hasta ahora, se incrementarán las presiones para conformar la alianza, porque será vista como la única probabilidad de llegar a un ballotage ante la falta de un candidato competitivo “propio”. 2) Sin embargo, la conformación de un frente ampliado tampoco asegura la competitividad ni constituye per se una coalición ganadora mínima. “Entonces la reflexión podrá ser "mejor salir cuarto manteniendo el perfil ideológico, y no volver a cometer el error de juntarse con De Narváez, que al final no fue ni chicha, ni limonada”, ejemplifica Fara (en referencia al acuerdo distrital que en las elecciones de 2011 celebró el candidato presidencial Ricardo Alfonsín con el candidato a gobernador Francisco de Narváez, que resultó ineficaz en términos electorales). En tercer lugar, en aquellos distritos en los cuales la elección para gobernador coincida con la presidencial puede producirse incluso una fuga de FAUNEN hacia Massa, si el diputado nacional tigrense sigue en punta y se mantiene como "ganador" en cualquier escenario de segunda vuelta (lectura tipo "plan B" para Gerardo Morales, a tenor de la foto conocida ayer). 

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