viernes, 5 de diciembre de 2014

Repaso de encuestas: más continuidades que rupturas (2)

Según Carlos Fara, a quien citamos en el cierre del post anterior, aunque una mayoría no avala la gestión presidencial (52%), la imagen de CFK es "bastante sólida teniendo en cuenta que van siete años de gestión propia y doce del proceso político: cuenta con un 44% por ciento de aprobación de gestión y un 36% por ciento de imagen personal positiva, mientras que posee una imagen negativa del 40% y regular del 24%. Está mejor de lo que estaba (el expresidente, Carlos) Menem en su último año, tanto desde el punto de vista de la opinión pública como de lo político", expresó el consultor, y añadió que, de no mediar algo extraño, Cristina Kirchner concluirá su mandato "con una imagen relativamente positiva, más allá de los problemas que atraviesa la gestión económica y de los casos de corrupción". A su vez, en términos electorales, Fara sostuvo que "es difícil que el Frente para la Victoria baje de un piso del 30 por ciento, más aún si el candidato finalmente es (Daniel) Scioli. Es probable que el FPV tenga el año que viene un 33% de intención de voto, pero hay que aclarar que es el espacio político con el piso más alto y al mismo tiempo con el techo más bajo", precisó Fara. Y describió: "El piso más bajo de la Presidenta fue durante el conflicto con el campo y la crisis de 2009, luego subió mucho en 2010 y 2011 y a partir de ahí empezó a bajar pero lo viene haciendo de una forma bastante amortiguada"

Sumemos datos. Según Enrique Zuleta Puceiro, titular de la consultora Opinión Pública Servicios y Mercados (OPSM), el apoyo a la Presidenta es del 33,5% y el rechazo alcanza el 65,1%, sobre la base de una encuesta que realizó el pasado 17 de noviembre. "Creo que muchos se conformarían con llegar a su último año con un 33,5% de apoyo, más aún cuando en enero y febrero de este año su piso llegó a estar en el 25% por los cortes de energía", evaluó Zuleta Puceiro. A su vez, proyectó que para las elecciones del año próximo "el FPV podría tener un piso de votos del 31 o 32% y si hay otras tres o cuatro propuestas opositoras con posibilidades, entonces el FPV se podría asegurar un lugar en el balotaje". Los datos de OPSM arrojan para el oficialismo un apoyo menor que los de Fara (34% contra 44%, 10 puntos porcentuales menos) pero coinciden en que no es un apoyo menor dado el tiempo de gestión y que el mismo muestra un repunte hacia fin de año. Además, en términos de inserción electoral, Zuleta Puceiro ratifica la solidez del “tercio de los sueños” kirchnerista en términos de inserción electoral. 

Por su parte, Analía del Franco, titular de la consultora Analogías, señaló que la Presidenta inicia su último año de gobierno con una imagen positiva (sumando las categorías "regular", "buena" y "muy buena") del 46%, de acuerdo a su último sondeo a nivel nacional, mientras que tomando sólo la provincia de Buenos Aires alcanza el 50%. Al respecto, Del Franco consideró que ese es un "buen nivel" de imagen positiva tras siete años de gestión y recordó que significa un porcentaje superior al de otros momentos de la administración de la mandataria, como "la crisis económica de 2009 o mismo 2012 (cuando se produjo la protesta del 8N) en los que no tenía la evolución positiva de ahora". Hay que decir, sin embargo, que a nuestro criterio la categoría de respuesta “regular”, más que positiva, es indicativa de un primer nivel de malestar, de baja intensidad. En cuanto a la proyección electoral del oficialismo, la consultora remarcó que si bien la aprobación de la mandataria podría beneficiar al candidato que elija como su sucesor, aclaró que imagen positiva no necesariamente se refleja en intención de voto: "La Presidenta tiene un perfil de gestión y personalidad que no implica debilidad y eso tranquiliza a la gente", remarcó Del Franco al ser consultada por los argumentos que esgrimen los encuestados que se inclinan por opiniones favorables a la mandataria.

En líneas generales, los datos de estos tres consultores ratifican las hipótesis que venimos manejando desde hace meses: el kirchnerismo es la primera minoría electoral, tanto que se lo mida por sellos (ver entradas anteriores) como si se considera lo que suman sus diversos precandidatos, aunque esta suma no puede tomarse linealmente; uno de sus precandidatos (Daniel Scioli) claramente está en el podio de los mejor posicionados; el oficialismo mantiene el protagonismo en la agenda y en la iniciativa política y esto se expresa en su firmeza en las encuestas, respecto a posiciones opositoras que, por contrapartida, se encuentran más bien dispersas. La hipótesis de que el kirchnerismo "cierra su ciclo" en términos comparables a los del menemismo es errada: se mantiene más sólido tanto en las variables de apoyo de gestión como en las electorales (recordemos que el menemismo fue derrotado por un frente opositor a nivel nacional en las elecciones legislativas de medio término de 1997, que antecedieron a las presidenciales de 1999; en cambio, el FPV se mantuvo como primera minoría electoral nacional en las legislativas de 2013, aventajando a las fuerzas opositoras, más allá de que algunas de ellas lo batieron en distritos decisivos como Capital Federal (PRO) y provincia de Buenos Aires (Frente Renovador). Asimismo, profundizando en la últimas encuestas de intención de voto (en especial, la más reciente de Fara), también se confirma que la oferta electoral está bastante saturada: hay unos 11 precandidatos que “miden”, pero de ellos, apenas la mitad aparece con guarismos por encima del error muestral (los tres del podio, es decir, Massa, Scioli, Macri, Binner, Cobos y Randazzo, y este último con reservas, ya que alcanza el 2,8%). Los demás (Carrió, Urribarri, De la Sota, Altamira, Sanz), aparecen lejos de la pelea principal. Esa "superabundancia de precandidatos" también tiene otra consecuencia: un nivel relativamente bajo de indecisos y enojados (8,1% de "Ns/Nc" y 8,3% de "Ninguno", respectivamente), lo que acota las posibilidades de crecimiento de las figuras rezagadas. 

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