viernes, 30 de enero de 2015

De Lola a Nisman: evaluando las repercusiones en la opinión pública (3)

Aun con matices entre ellas, las opiniones de Carlos Fara y Artemio López coinciden en diferenciarse de las expresadas por otros especialistas de consulta habitual en opinión pública. En primer término, ninguno de los dos cree que el caso Nisman sea una bisagra, al contrario de lo que planteó tempranamente Mariel Fornoni, directora de Management & Fit: "Va a haber un antes y un después de la muerte de Nisman. Hay muchas preguntas y pocas respuestas y creo que esto se va a convertir en una prueba de fuego para la relación de la opinión pública y las instituciones"

En cuanto a quién perjudica el caso y quién puede, en sentido contrario, capitalizarlo favorablemente, López plantea categóricamente que no afectará al gobierno, pues sólo consolida las actitudes previas (favorables o desfavorables; queda irresuelto qué puede suceder con los electores no alienados, posición que para López no es de relevancia, aunque nosotros discrepamos con él en este punto). Por otro lado, Fara y otros consultores y especialistas se inclinan por sostener que el caso refuerza lo que para ellos es una demanda preexistente de cambio. "Con respecto la campaña, un hecho tan contundente como éste puede inclinar la balanza más hacia el cambio que hacia la continuidad", opinó Marcos Novaro.  Sin embargo, el sociólogo y filósofo no cree que eso beneficie linealmente a la oposición: "Si Macri y Massa hacen cosas demasiado alevosas para capitalizar el momento, como subirse a consignas del tipo #YoSoyNisman, la estrategia puede jugarles en contra". En la misma línea, la titular de Management & Fit advirtió que "es muy riesgoso que la gente perciba un cierto oportunismo electoral en la reacción de los candidatos". En cambio, según el politólogo Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, "la muerte de Nisman perjudica a cualquier candidato oficialista y beneficia a los de la oposición".  

En tercer término, en lo relativo al impacto del caso para los precandidatos del espacio pan-oficialista, las primeras evaluaciones de los especialistas (análisis y opiniones, no datos) tendieron a ser desfavorables para el kirchnerismo. Además de Fara, cuya posición ya repasamos, Novaro planteó que "el principal perjudicado es Scioli. Macri y Massa saldrán mejor parados, si es que pueden capitalizar la demanda de mayor transparencia e institucionalidad". A su turno, el director de la encuestadora Ipsos Mora y Araujo, Luis Costa, opinó que "el episodio como tal no beneficia a nadie por ahora. De todo el espectro, podría dañar al Gobierno y sus precandidatos, principalmente a Scioli, por su vinculación al kirchnerismo". Según Fornoni, de un monitoreo que realizó Management & Fit en la primera semana del caso, el 84% de los consultados dijo creer que la muerte del fiscal Nisman afectará la imagen de Cristina Kirchner, y casi la mitad de los entrevistados que antes pensaba votar al oficialismo (20% del total), manifestó tener dudas a partir de los sucesos recientes. Artemio López, como ya vimos, no cree que el caso erosione las chances del oficialismo, aunque su postura respecto a la "interna" de ese espacio es desfavorable a Scioli desde hace tiempo (y no por el caso Nisman). 

Repasamos y sintetizamos nuestra posición al respecto: a diferencia de Fara y otros especialistas, creemos que el caso Nisman, por su efecto suspensivo de las campañas, favorece la inercia previa que mostraba a tres precandidatos separados del resto en el lote de "presidenciables": Sergio Massa, Daniel Scioli y Mauricio Macri. En ese marco, dentro del espacio pan-oficialista Scioli se vería beneficiado relativamente, puesto que las campañas de los candidatos alternativos a él dentro del FPV se demoran un tanto a partir del caso. A esto se suma su condición de candidato oficialista no K puro, que lo ubica en una posición más distante que otras figuras del kirchnerismo, y por lo tanto lo hacen menos vulnerable a los embates desde la oposición (atributo que no tienen figuras como, por ejemplo, Agustín Rossi, Aníbal Fernández y Florencio Randazzo; en particular, consideremos la alta visibilidad de este último ministro en las semanas previas al caso Nisman y su “silencio de radio” a partir de la muerte). Asimismo, Scioli sigue siendo el candidato más “votable” para los electores no alineados con el kirchnerismo, pero tampoco netamente opositores. Por este marco, de análisis, sería curioso que resulte el gobernador bonaerense el más perjudicado; de todos modos, la cautela sugiere que, para un análisis de los efectos del caso a más largo plazo, veamos ver las tendencias que arrojen las próximas encuestas y cómo es procesada la agenda política en estas semanas. 

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