miércoles, 13 de julio de 2016

Lo que atraviesa las encuestas (2)

Planteábamos en el post anterior que había una sensible diferencia en el terreno de la valoración desfavorable entre las mediciones de Ipsos-San Andrés y la del CEOP: en el primer caso, la desaprobación alcanzaba el 33% neto, mientras que la encuesta de CEOP trepaba hasta el 51,3%. En un caso, el gobierno tiene un saldo a favor de 14 puntos porcentuales (diferencia entre 47% de aprueba y 33% de desaprueba, brecha estadísticamente significativa), lo que habla de un acompañamiento (o, al menos, de tolerancia) importante. En cambio, en el segundo tiene 7,4 puntos porcentuales en contra (diferencia entre 43,9% de imagen positiva y 51,3% de negativa, también una diferencia estadísticamente significativa) lo que marca un desgaste mucho mayor y un malestar ya expreso en más de la mitad del total de electores a nivel nacional. 

En este punto, se impone retomar nuestro planteo inicial en el sentido de distinguir aquellos datos que tienen que ver con lo que las encuestas captan a nivel de superficie de los movimientos que obedecen a tendencias más profundas en el tiempo. En este marco, es posible apreciar que, si bien las mediciones del CEOP están entre las que vienen mostrando datos más desfavorables al actual gobierno, con respecto al estudio anterior se advierte un amesetamiento del malestar, dado que en junio la imagen negativa era del 53,2%, contra una positiva del 45,1%. O sea, las calificaciones favorables y las desfavorables no registraron variaciones estadísticamente significativas en el último mes.  

Surge de la última medición del CEOP otro dato que es relevante en orden a captar las tendencias más profundas de la opinión pública, más allá de los vaivenes coyunturales. Según la encuesta, 60,6% de los argentinos en condiciones de votar cree que el sector más beneficiado por la presidencia de Mauricio Macri es la clase alta; apenas 10,8% cree que la principal beneficiada es la clase media, y un escaso 5,6% cree que es la clase baja. Un 15,5% se decanta por la respuesta “todos por igual”, y un 7,9% no sabe o no responde (ver datos arriba; click para agrandar). Esta impronta de que Macri encabeza una administración a favor de las clases más acomodadas parece asentarse, e incluso una parte de los que opinan bien del presidente sostiene lo mismo. El dato es clave en la medida en que esa óptica atraviesa evaluaciones de otras áreas de gestión, como el aumento de tarifas, la caída del salario real, el crecimiento de los despidos y la suba de precios en la carne y el resto de los alimentos. “Una de las principales críticas que se han escuchado en estos últimos meses es que se gobierna para los ricos. Mucho se habló al respecto y más se discutió. ¿Será cierto o es pura carga ideológica? En tal sentido nos pareció oportuno preguntárselo a los argentinos. Las respuestas obtenidas son más que contundentes: para el 60,6 por ciento de los argentinos la actual gestión de Cambiemos gobierna para los ricos. El dato es tan categórico que cualquier otro comentario nada agrega”, apuntó el sociólogo Roberto Bacman, director del CEOP. 

El dato ilustra una tendencia profunda de la opinión pública porque consolida un perfil del actual gobierno que las mediciones de Ibarómetro fueron las primeras en señalar. En febrero pasado, esa consultora fue la primera en hacer esa pregunta en una medición: la respuesta entonces fue que 44,8% decía que el actual gobierno beneficiaba a la clase alta, 32% que favorecía a la clase media y 10,9% a la baja (12,3% ns/nc). En abril del 2016, la percepción de que la administración de Cambiemos favorece a la alta creció al 51,1%, la de que favorece a la clase media bajó a 22,4% y la que que beneficia a la baja cayó a 8,4% (18,1% ns/nc); en junio pasado (última medición conocida de Ibarómetro), la idea de que Macri favorece a la alta trepó al 59,4%, la de que favorece a la media pasó a 21,2% y la de que favorece a la baja pasó a 9,3% (10,1% ns/nc). Es decir, cada vez que lo midió, Ibarómetro confirmó lo que en este blog llamamos el componente de sesgo clasista a favor de la clase alta, y ya en junio llegó casi al mismo valor que reporta ahora CEOP (la diferencia entre 59,4% y 60,6% no es estadísticamente significativa). Aun con matices en los guarismos y el modo de medirlo, todas las consultoras que sondearon este dato confirman ese sesgo clasista: en los números de Carlos Fara, la percepción sobre para quién gobierna Macri se traduce en un 50% que cree que lo hace principalmente para los ricos, 34% que lo hace para todos y sólo 11% para la  clase media.

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