El estadígrafo estadounidense Nate Silver apunta en su libro "La señal y el ruido": “como la confianza de los consumidores afecta al comportamiento de los consumidores, es más que posible que existan todo tipo de bucles de retroalimentación entre las expectativas sobre la economía y la realidad de la misma”. Además, el autor también remarca la existencia de bucles de retroalimentación entre predicciones económicas y políticas económicas:“los datos pasados en los que se basa todo modelo económico fueron en parte un resultado de las decisiones políticas de la época”. En el caso argentino, lo que hoy están mostrando las encuestas es una suerte de bucle de retroalimentación entre la caída de expectativas socioeconómicas y el malestar con la situación actual también en el plano político, atravesado por un escepticismo que cada vez corre mayor riesgo de manifestarse como pesimismo abierto. Y estas tendencias, preexistentes al anuncio de buscar un acuerdo con el FMI la semana pasada, pueden acentuarse. Repasemos algunos datos.
Según la consultora Delfos, la percepción de problemas nacionales aparece hegemonizada por la agenda económica (ver datos arriba; click para agrandar). El 60% de las menciones se asocia a esa dimensión, con la inflación en primer lugar (casi 4 de cada 10 respuestas, 37%), la falta de trabajo (16%) en empate técnico con la inseguridad (18%), luego la pobreza y miseria (4%), que a su vez está en empate técnico con la nueva ley de jubilaciones (3%). Como venimos analizando en este blog, este tema en diciembre fue el punto de quiebre a partir del cual detonó el malestar que hoy se advierte en todos los estudios. Para peor, el 60% de los cordobeses cree que Macri no resolverá el problema de la inflación, precisamente hoy el principal reclamo en la provincia. Los datos surgen de una muestra domiciliaria de 1.800 casos en 14 ciudades de la provincia de Córdoba, con un error muestral de +- 2,3% cerrada a fines de abril. Otro dato clave, como apuntó el director de la consultora Luis Dall´Aglio, es que en Córdoba, distrito que le permitió a Mauricio Macri consagrarse presidente en el ballotage del 2015, hoy la preferencia electoral del presidente es de apenas el 29%. Asimismo, el 52% de los cordobeses califica como mala la gestión de Cambiemos (29% la califica de mala y el 23% la cataloga como muy mala), mientras que sólo un 14% la aprueba (1% muy buena y 13% buena); y el 34% la define como regular. En la misma línea, un 51% de los cordobeses considera que desde que Macri gobierna “las cosas están cambiando para peor” y el 55% desaprueba la gestión de Macri.
En otro distrito de gran gravitación electoral, provincia de Buenos Aires, el pesimismo también era visible antes de que el FMI se sumara a la agenda coyuntural. Según la consultora Analogías, casi un 35% de los electores bonaerenses cree que habrá estancamiento en la economía, mientras que un 32,1% espera una recesión; apenas 20,8% cree en la posibilidad de crecimiento y un 12,2% no sabe (ver datos arriba; click para agrandar). Asimismo, la imagen del presidente, Mauricio Macri tiene un diferencial negativo de 5,4 %: el 46,6% tiene valoración positiva de su desempeño al frente del Gobierno, contra un 52% que la valora de manera negativa (ver datos abajo; click para agrandar). Como hemos visto en otros estudios, lo que más gravita es el nivel de malestar de mayor intensidad: la imagen negativa de Macri está sesgada hacia la opción de rechazo más intenso, ya que el 22,5% tiene imagen “muy mala” del desempeño presidencial, mientras que sólo el 10,9%, tiene una imagen "muy positiva”. Pasando de su imagen como dirigente a la de su gestión, el 39,6% evalúa de manera positiva su gestión (con sólo 9,6% de imagen "Muy Buena") y un 59,4% la califica de manera desfavorable, nuevamente con la primera minoría de opiniones concentrada en el mayor nivel de malestar (un 33,5% que califica a la gestión como "Muy Mala"). Según la consultora, "el gobierno afronta un escenario bastante complicado a raíz de las tarifas", apuntó el economista Sebastián Senlle. "Los aumentos están afectando bastante los ingresos familiares, mientras la oposición toma iniciativas como el congelamiento o la reducción de los aumentos tarifarios. Esto no sólo afecta la imagen del gobierno nacional, sino que empieza a afectar la imagen de la Gobernadora María Eugenia Vidal, achicando los márgenes en los últimos meses y los bonaerenses la toman como corresponsable de los aumentos de tarifas".
Por otro lado, el pesimismo socioeconómico que se percibe en el clima de opinión a nivel del electorado en general también ha permeado en el microclima de los empresarios: el optimismo empresarial en Argentina cayó de forma drástica en el primer trimestre del año según una reciente investigación global, alcanzando un 16% neto, con una caída de 32 puntos porcentuales en relación al año pasado (ver datos abajo; click para agrandar). Las expectativas de aumento de las exportaciones en nuestro país disminuyeron en 6 puntos porcentuales hasta alcanzar el 12% neto, mientras que las expectativas de un mayor empleo han caído en 22 puntos hasta un 20% neto, un mínimo en casi dos años. Al mismo tiempo, el 10% neto de las empresas espera mayores ganancias durante el próximo año. Esta línea de pesimismo tiende a coincidir con los datos regionales, ya que el optimismo en América latina cayó 10 puntos porcentuales hasta el 25% en el primer trimestre de 2018, de acuerdo al informe del International Business Report (IBR), elaborado por la firma Grant Thornton. Ese dato regional se contrapone a una tendencia global en la que el panorama económico está en su punto más alto. Sin embargo, en el caso argentino el optimismo es apenas un tercio del registrado el año pasado (de 48% a 16%), lo que sugiere que a los factores regionales se agregan otros endógenos.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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