lunes, 28 de mayo de 2018

Malestar socioconómico manifiesto + FMI: un deterioro que se agudiza

Comentando los datos de la encuesta de Management & Fit de mayo que venimos citando en el blog, Nicolás Trotta, de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, apuntaba: “Difícil imaginar que el gobierno logre revertir el aumento de su negatividad profundizando el ajuste, con inflación al alta y salarios a la baja”. En ese marco, el anuncio de que el gobierno buscaría un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a tenor de los datos conocidos, profundizó el desgaste ya visible desde fines de diciembre de 2017. Veamos:

Según una encuesta realizada por la Consultora D’Alessio IROL/Berensztein antes del anuncio presidencial, la gran mayoría de los argentinos opina que un acuerdo con el FMI es una medida inadecuada. Se trata de una encuesta nacional sobre una muestra de 1.077 casos mayores de 18 años. Consultados sobre el eventual préstamo del organismo crediticio internacional, el 75% consideró que se trata de una medida inadecuada. En tanto, el 2% la considera como adecuada, mientras que el 18% la ve como “adecuada pero resistida”. Incluso entre los votantes de Cambiemos, casi 6 de cada 10 (58%) la ve como inadecuada (ver datos arriba; click para agrandar), guarismo que trepa al 92% entre los votantes del kirchnerismo. Esto resulta crucial, porque implica que la desaprobación cruza “la grieta”: esto es, si bien con diferentes intensidades, tanto los votantes de Cambiemos como los del FPV no apoyan la medida. 




Igualmente negativa es la baja expectativa asociada al anuncio: más del 50% cree que el gobierno de la Alianza Cambiemos no logrará afianzar su programa económico a partir de las medidas asociadas a un acuerdo con el FMI, lo que sugiere que no sirven para dejar atrás la crisis de confianza. En este caso, el matiz entre los votantes de Cambiemos y del FPV es más nítido: si bien entre los primeros la primera minoría sigue siendo la de los pesimistas (37%), entre los segundos la actitud desfavorable es más del doble y trepa al 78%. En tercer término, recurrir al FMI también aparecía como una medida muy rezagada entre las posibles de tomar para superar la crisis de confianza: las recomendaciones más frecuentes fueron unificar el Ministerio de Economía y cambiar algunos ministros, ambas con el 54% de adhesiones, mientras que recurrir al FMI se ubicó con un escaso nivel de aceptación de apenas el 8% (ver datos abajo; click para agrandar).




En cuarto lugar, quizá el dato más negativo para el oficialismo: consultados sobre las causas de la corrida cambiaria, el 66% atribuyó culpas a la política monetaria del gobierno, mientras que el 50% identificó a la administración actual como responsable, contra un 39% que apuntó contra la política económica del kirchnerismo. Esto confirma algo que veníamos anticipando en este blog: el agotamiento del relato de la “pesada herencia” como discurso pregnante en la sociedad. Ya una mayoría asigna mayores responsabilidades a Cambiemos que a la gestión K. Recordemos que en marzo pasada la consultora Opina había detectado en un estudio nacional que el 47% de los argentinos consideraba que el presidente Mauricio Macri era el principal responsable de los problemas económicos, mientras que un 44% atribuía esa responsabilidad a la ex presidenta Cristina Fernández. Por entonces, la situación era estadísticamente de empate técnico, pero en lo cualitativo era la primera vez que el dato nacional resultaba desfavorable al oficialismo, lo cual ya insinuaba el quiebre que la encuesta de D’Alessio IROL/Berensztein viene ahora a confirmar. En síntesis, el gobierno pierde otro elemento que hasta el 2017 le había funcionado bien: trasladar las responsabilidades por los problemas económicos hacia la gestión anterior. Así, el gobierno pierde otro motor de la imagen: luego de haber cedido en la gestión de las expectativas futuras (que antes se mantenían altas incluso en momentos de caída de la imagen y ahora están atravesadas por el pesimismo), ahora también pierde en la gestión del pasado, al menos en lo relativo al contraste en el desempeño económico de la coyuntura. 



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