El malestar socioeconómico con el gobierno ya era manifiesto y visible incluso en plazas donde la Alianza Cambiemos arrasó en 2015, como la provincia de Córdoba, antes de que el anuncio de la búsqueda de un acuerdo con el FMI y de que el tema tarifas coparan la agenda pública. Según una encuesta realizada por la consultora Delfos a fines de abril, el malestar con la forma en que el gobierno nacional maneja la economía alcanzaba el 52% considerando las respuestas “mal” y “muy mal”; un 34% lo consideraba “regular” (malestar de menor nivel de intensidad” y apenas un 14% (suma de las respuestas “bien” y “muy bien”) avalaba ese aspecto de la gestión Cambiemos (ver datos arriba; click para agrandar).
Sin embargo, a ese malestar manifiesto vinieron a añadirse el aumento de tarifas y el anuncio de la búsqueda de un acuerdo con el FMI, lo que agudizó el pesimismo socioeconómico y, desde lo político, aceleró el desgaste de la marca de la Alianza Cambiemos. Como venimos analizando en este blog, la ruptura de las promesas que le permitieron al presidente Mauricio Macri captar el voto de electores que no lo habían elegido en las primarias de agosto del 2015 ni en la primera vuelta de octubre de 2017 vienen haciendo mella en la marca, en especial a partir de diciembre de 2017, con el cambio en el cálculo de la movilidad previsional como detonante. Esas promesas marcarias, en su doble faz emocional (“podemos vivir mejor” y “no vas a perder nada de lo que tenés”) y propositiva (“pobreza cero”, “en mi gobierno ningún trabajador va a pagar Ganancias”), al ser incumplidas sistemáticamente, generaron una pérdida de legitimidad que se sumó a la crisis de confianza desatada entre fines de abril y principios de mayo. Esto perfila un escenario cercano a la crisis sistémica, atravesado por el pesimismo socioeconómico y el escepticismo político, lo que ha generado un envejecimiento prematuro de la marca Cambiemos, agravado con las tarifas y el “issue” FMI.
Dividamos el análisis en dos partes. Respecto a las tarifas, según el sociólogo Carlos De Angelis, coordinador del Observatorio de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de UBA, “el impacto del tarifazo está produciendo un cambio de humor en los sectores medios que son el núcleo del respaldo de Cambiemos. Hay una percepción extendida de que el gobierno actúa de un modo muy insensible sobre este tema. Están comenzando a circular respuestas, por parte del oficialismo, que caen mal, como decirle a la gente que hay que abrigarse, que hay que bañarse en tres minutos para no usar tanta agua, como alguna vez dijo Hugo Chávez en Venezuela. Se ve un Macri totalmente distante de la sociedad. Si se quiere, es otra cara del macrismo, con un estilo de comunicación más parecido al de la derecha vieja. Hay consignas que remiten la histórica frase de Álvaro Alsogaray de que había que pasar el invierno. La gente, además, no termina de entender por qué tiene que pagar tanto. Hay muy poca transparencia en los mecanismos”. El sociólogo apunta que, más allá de la existencia de una contradicción en los mismos sectores medios (varios argumentos que en su momento esgrimió el oficialismo le sonaban razonables a estos sectores), la ecuación está cambiando a partir de que esas palabras se corporizan en la vida cotidiana: “por ejemplo, la explicación de Alonso Prat Gay, en su momento, cuando dijo que la luz costaba lo mismo que dos pizzas, funcionaba. Mucha gente hasta podía pensar que tenía razón. El punto es que cuando las cosas aumentan más de un mil por ciento y te llega una boleta de 4.000 pesos de gas o de luz las cosas cambian. Se vuelven reales. El otro punto es que no se cumple la promesa que justificaba este sacrificio. Para decirlo de modo bien directo: los sectores medios creyeron que el esfuerzo era para bajar la inflación y eso sigue igual que antes y la economía no crece. La discusión de si Luis Caputo y Nicolás Dujovne tienen la plata afuera puede pasar desapercibida. A mucha gente no le parece tan grave. Pero, de nuevo, cuando llega la boleta eso también resignifica. Hay sectores medios que votaron a Macri que no lo van a volver a respaldar. El gobierno empieza a pagar costos por las decisiones que tomó. No hay marcha atrás con eso”. Este es uno de los factores clave para entender el envejecimiento de Cambiemos, ya que la marca queda asociada precisamente al significante que Jaime Durán Barba planteaba que había que evitar a toda costa: ajuste.
El otro “issue” que acelera el envejecimiento de la marca Cambiemos es el FMI. Viejo conocido de la política argentina, aun en una sociedad con problemas de memoria colectiva, el Fondo está asociado simbólicamente a momentos de crisis y no de solución. Según el politólogo Juan Germano, director de la consultora Isonomía, “lo más complicado para un gobierno es enfrentarse a un hecho que tiene mucha relevancia simbólica. Ante símbolos tan negativos como el FMI, no hay palabra, cambio de roles ni campaña que alcance. A los símbolos se los combate con otros símbolos, y para eso el Gobierno debe retomar el control de la agenda; necesita encontrar en su propio relato un símbolo que combata el símbolo negativo”. Esto se pone en evidencia en la encuesta de D'Alessio Irol & Asociados citada en el post anterior, realizada en los días previos al anuncio de búsqueda del acuerdo. Según Eduardo D'Alessio, titular de la consultora, “los relevos marcan un fuerte rechazo de la gente a un nuevo financiamiento de Fondo Monetario Internacional. El dato a tener en cuenta en esta encuesta es que el 60% de los votantes de Cambiemos rechazaron esta idea de volver al financiamiento del organismo internacional, lo cual es un dato muy preocupante para ellos porque determinará un costo político como nunca antes tuvieron. El resto de la gente casi siempre se va a mostrar en contra de esto, pero asombra el pensamiento de quienes votaron a este gobierno", remarcó. Así, el desgaste atraviesa “la grieta” que el gobierno había capitalizado entre 2015 y 2017, y va erosionando la propia base electoral de la Alianza Cambiemos.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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