jueves, 25 de octubre de 2018

Ajustados: protocolo de crisis e impacto en la gestión

Que los cordobeses (según datos propios de Consultora Delfos) y los argentinos (según diversas encuestas nacionales) estén ajustados también impacta en la agenda social de prioridades, desplazando a ciertos temas en favor de otros. Según el estudio de Query que comenzamos a citar en el posteo anterior, dentro de los problemas que más preocupan a los argentinos la inflación está al tope, con el 43% de las menciones; le sigue el desempleo (28%) y completa el podio la inseguridad (13%). Corrupción, issue que el gobierno de Cambiemos fogonea con la ayuda de los medios hegemónicos en contra de la gestión anterior, queda relegada al cuarto lugar, con apenas 9%, casi en empate técnico con educación, que alcanza 6% (ver datos al lado; click para agrandar). 






Esto confirma que los efectos socioeconómicos de gestión tienen más pregnancia que otros issues, ya que impactan de manera directa en el metro cuadrado de los electores argentinos. Si se compara la evolución de las demandas con la suba del dólar, se advierte que la corrida cambiaria disparó las menciones relativas a issues socioeconómicos y, por el contrario, hizo mermar a corrupción e inseguridad (ver datos al inicio del post; click para agrandar). A su turno, el ajuste también permea en la evaluación de gestión. Según la más reciente encuesta nacional de Reale y Asociados que citábamos en el posteo anterior, hoy el 67% desaprueba la gestión del gobierno nacional, contra un 62% que la desaprobaba en agosto pasado. Si bien se trata de una variación en el borde de la significatividad estadística para un intervalo de dos meses, confirma que el desgaste del oficialismo no se detiene. La performance es similar en el estudio de Query: el 60% no aprueba la gestión presidencial, contra 27% que sí la aprueba, lo que da un saldo de gestión neto negativo de -33%, que ubica al gobierno de Macri en el piso de la serie evolutiva (ver datos arriba; click para agrandar).





También se erosiona la imagen presidencial, aunque en este caso los números son menos graves: 33% de imagen positiva y 56% de negativa, de lo que resulta un diferencial desfavorable de 23%, que también deja al presidente en el piso de la serie evolutiva (ver datos arriba; click para agrandar). Si pensamos en los números de Córdoba, distrito que acompañó a Macri con altos niveles de imagen positiva y un caudal de votos en torno al 50% en la primera vuelta de 2015 y las legislativas de 2017, datos propios ubican la imagen negativa de Macri en 50%, contra una positiva de apenas 19% y una regular de 29%. Si hacemos foco en la capital, según datos de consultora Feedback, el 40,1% tiene una imagen negativa del presidente, el 33,9% tiene una imagen regular y el 25,5% una positiva (ver datos abajo; click para agrandar); según datos propios, la negativa alcanza el 50%, la regular el 28% y la positiva el 21%. Promediando ambas mediciones, resulta una negativa de 45%, una regular de 30,9% y una positiva de 23,2%. 




Que cordobeses y argentinos estén mayoritariamente ajustados en sus economías domésticas también implica que estén atentos a su metro cuadrado y no pensando en las elecciones del 2019; aun así, esa situación sí construye actitudes electorales que es posible medir si las elecciones fueran hoy, en medio del actual ajuste percibido y sentido. Como vimos en un post reciente, el promedio de 6 encuestas nacionales recientes (Aresco, Analía del Franco, Synopsis, Trespuntozero, Tendencias y Gustavo Córdoba y Asociados) arroja el siguiente resultado para las tres primeras figuras/fuerzas: CFK/Unidad Ciudadana, 33,6%; Macri/Cambiemos, 30,2%; Massa/Peronismo Federal, 12,4%. Por su parte, la última encuesta nacional de M&F, basada en una muestra de 2.400 casos recolectados entre el 8 y el 11 de octubre con un margen de error de +/- 2% mide, a diferencia de las encuestas citadas recién, un escenario de "todos contra todos": allí, María Eugenia Vidal alcanza 20,6% y CFK 19,5% (empate técnico). Le siguen Mauricio Macri (13%), Sergio Massa (11,7%), Axel Kicillof (9,1%) y Juan Urtubey (5%). Agrupando por fuerza, Cambiemos totaliza 33,6% y el kirchnerismo 28,6%, lo que da una diferencia de 5 puntos porcentuales a favor del oficialismo, estadísticamente poco significativa. A su turno, las variantes del PJ no K suman 16,7%. 



Aun con sus matices, la medición de M&F confirma la paridad entre Cambiemos y Unidad Ciudadana y deja al PJ no K fuera de la pelea mayor. Por su parte, la consultora Opinaia muestra un panorama más favorable para el oficialismo. Su medición online, un relevamiento realizado entre el 1 y el 7 de octubre sobre una muestra de 2.338 casos y un margen de error de +-2%, ubica a Cambiemos en torno al 30% de la intención de voto tanto cuando mide a Mauricio Macri (29%) como cuando testea una eventual candidatura de María Eugenia Vidal (31%). En segundo lugar, CFK reúne en promedio un 25%. En tercer término se ubica el espacio peronista no K; con Sergio Massa como candidato llega al 10%, en tanto que compitiendo Juan Urtubey no supera el 5%. Por último, el Frente de Izquierda, con Nicolás del Caño como precandidato, oscila entre 3% y 4%. En tanto, la encuesta de M&R y Query establece las siguientes tendencias: CFK 28,8%, Macri 28,1%, Massa 9,0%, Del Caño 5,4% (con 28,7% de ns/nc). Si agregamos estas encuestas a la serie para tener un promedio de 9 mediciones, Unidad Ciudadana llega al 31,5%, Cambiemos al 30,3% y el peronismo no K al 12,0%, lo cual prefigura una nueva polarización y ballotage. En esa instancia, el gobierno no la tendría fácil, atendiendo a la tendencia que detectó consultora CEIS: "El 45% de quienes votaron por Mauricio Macri en el balotage 2015 votaría en 2019 por un candidato opositor" (ver datos arriba; click para agrandar). Según M&R y Query, el gobierno empata en ballotage con CFK, lo que sugiere que tensar la grieta se va agotando como argumento: Macri alcanza 35,1%, contra 36,2% de CFK (brecha de 1,1 pp que no es estadísticamente significativa; ver datos abajo, click para agrandar). En síntesis, comparando las actuales tendencias hacia 2019 con el resultado electoral del 2017, que parecía abonar una victoria oficialista en primera vuelta, el giro resulta evidente. 



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