En el posteo anterior repasamos las inconsistencias y la fragilidad sistémica del programa de Cambiemos y apuntamos que el armado resulta más precario en cuanto se entrecruza con sus inconsistencias políticas. Oportunamente, el economista Leonardo Leiderman planteó que hay "una falta de sincronización entre los tiempos políticos y los tiempos económicos. Típicamente, un plan de ajuste como necesita Argentina requiere de tiempo y paciencia, probablemente de uno o dos años, por lo menos, para comenzar a ver los efectos positivos. Eso hay que explicarlo claramente cuando se hagan los anuncios. Va a tomar tiempo hasta que se comiencen a ver los efectos favorables de los ajustes. Lamentablemente, los tiempos políticos complican la situación en el caso de Argentina dado que las elecciones del año que viene ponen un signo de pregunta político sobre la continuidad de las medidas de política económica después de 2019 (…) por lo general, los gobiernos tratan de implementar las políticas de ajuste más restrictivas durante el primer año de una cadencia de, digamos, cuatro años. Ya en el tercer año, las expectativas se entornan alrededor de las elecciones que habrá al fin del cuarto año". Profundizando en esa línea de análisis, Macroview también destaca que en el contexto que se perfila entrarán a jugar las especulaciones políticas en el nuevo escenario electoral. Al respecto, la consultora apunta que "un antecedente juega en contra del gobierno: desde 1983, ningún oficialismo con malos resultados económicos fue reelegido. Un antecedente le juega a favor: con la oposición dividida, los oficialismos nunca perdieron".
Sin embargo, aunque en las PASO y en primera vuelta pudiera haber más de una lista en el espacio opositor pan-justicialista (lo que garantizaría una oposición dividida), en instancia de ballotage la situación cambia de manera drástica: allí, la puja sería oficialismo contra el opositor mejor ubicado. Las tendencias actuales, aun antes del ajuste que se viene, perfilan que es inviable pensar en una victoria oficialista en primera vuelta; eso será más difícil todavía en medio de una recesión preelectoral. Repasemos las últimas encuestas, a efectos de calibrar la dosis de incertidumbre electoral presente de cara al 2019. Según una encuesta nacional realizada por la consultora Trespuntozero entre el 1 y el 5 de octubre, si las elecciones fueran hoy, CFK tendría 38% de los votos, Mauricio Macri 32%, Sergio Massa 11% y Nicolás del Caño 4%. Un 15% no sabe o no contesta a quién votaría. La brecha de 6 puntos porcentuales entre la ex presidenta y el actual presidente está cerca de ser estadísticamente significativa, aunque no resulta categórica. En todo caso, Cambiemos se ubica 10 puntos por detrás del 42% de los votos que obtuvo hace un año, lo que confirma la erosión del oficialismo, mientras que Cristina Fernández se sitúa 14 puntos porcentuales por encima del resultado nacional obtenido por Unidad Ciudadana y aliados en esa misma elección.
El escenario perfila un balottage entre Macri y CFK, de resultado a priori abierto, dada la pareja elección de primera vuelta: cuando la diferencia entre el candidato más votado y el segundo ronda los 5 puntos porcentuales, las chances de una segunda ronda se distribuyen de manera bastante simétrica. Sin embargo, surge una nítida amenaza a la continuidad del oficialismo: antes, entre los votantes de Sergio Massa la preferencia por Cambiemos era la segunda opción en una proporción 3 a 1 respecto a CFK. Crisis mediante, esa proporción se invirtió a favor de la ex presidenta. En ese marco, Macri podría perder el ballotage frente a Cristina Fernández, dato que es consistente con otro que arroja el mismo estudio: la imagen positiva del gobierno nacional sigue cediendo (-3 puntos porcentuales respecto al mes anterior, una variación estadísticamente no significativa, pero que insinúa que el desgaste se mantiene, al menos a nivel de efecto goteo) y llega al 32,5%, contra una negativa que la duplica: 65%. Es decir, 2 de cada 3 argentinos califica negativamente a la gestión Macri. Con matices, la encuesta más reciente de Udesa registra resultados muy similares al medir aprobación de gestión: apenas 36% aprueba, contra un 62% que desaprueba, dentro de lo cual el núcleo de opinión más intenso (desaprueba mucho) llega al 42% (ver datos arriba; click para agrandar).
Según Julián Libonatti, director de estudios cuantitativos de la consultora Trespuntozero, "ante la caída del rechazo a votar a Cristina, ese mantra de personas que no estaban a dispuestas a votarla bajo ningún concepto que se mantuvo inalterado desde el 2015, también se traslada a su imagen, que viene creciendo en los últimos meses (…) en perspectiva, actualmente hay una situación de empate electoral, con dos grandes polos de sentido y valores, con poco espacio con otras opciones. Macri le habla muy bien a su electorado, tiene un vínculo muy firme, pero está perdiendo alguna fracción del voto massista del conurbano, que en la foto de hoy se está yendo con Cristina (…) hay un 20% del electorado en el conurbano que todavía lo sigue votando con gran firmeza, pero le está costando defender al presidente en las conversaciones con sus amigos o en el barrio". Otra encuesta reciente realizada a nivel nacional por Aresco arroja un panorama similar, con apenas matices: en un escenario de primera vuelta electoral Macri por Cambiemos alcanza 35,1% de intención de voto (contra 32% en el sondeo de Trespuntozero), Cristina Fernández de Kirchner 32,6% (38% según Trespuntozero), Sergio Massa 11,4% (mismo caudal que en el otro estudio), Nicolás del Caño casi el 4% (mismo caudal que en Trespuntozero), otros candidatos 6,5%, en blanco 3,6% y ns 7% (contra 15% en el otro estudio). La diferencia de 2,5 puntos porcentuales entre el actual presidente y la ex presidenta implica un empate técnico y vuelve a perfilar un ballotage competitivo en el cual quedaría afuera Massa, que se ubica 20 puntos por debajo de CFK (ver datos al inicio del post; click para agrandar). En síntesis, las mediciones confirman que Cambiemos hoy está disputando la primera minoría electoral con CFK (dado que la crisis en L refuerza a la oposición más nítida), mientras que hace un año esa condición era clara (con casi 20 puntos por arriba de Unidad Ciudadana en todo el país); si se votara hoy, el oficialismo no podría eludir un ballotage riesgoso, lo que confirma por partida doble la incertidumbre electoral.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario