viernes, 31 de julio de 2020

Oficialismo y oposición de cara al 2021 electoral (columna publicada en CBA24N)


En la columna de la semana pasada veíamos que El Frente de Todos tiene una imagen positiva de casi el 50% vs una negativa del 37,5%. Así, el sello electoral del oficialismo logra un saldo favorable de 12,4 puntos porcentuales que casi duplica al del PJ (6,6 puntos porcentuales). En cambio, los sellos opositores tienen saldo negativo de imagen: casi -4 puntos porcentuales en la UCR (40,3% la califica de manera positiva y 44,2% negativamente), -27,3 puntos porcentuales en el PRO (26,2% de positiva, 53,5% de negativa) y -23,6 puntos porcentuales en Juntos por el Cambio (32,5% positiva, 56,1% negativa). Así la coalición gobernante tiene una imagen favorable similar al caudal obtenido en 2019 (48,24%), se beneficia con un sello más fresco respecto a los signos políticos opositores y cuenta con la ventaja de que el presidente Alberto Fernández tiene un promedio de imagen positiva del 60% vs 36% de negativa en las 10 encuestas más recientes, lo que ubica a la medición de Zuban Córdoba y Asociados como la más representativa de esa media de estudios (gráfico arriba). En cambio, el ex presidente Mauricio Macri aparece en ese mismo estudio cerca del pico de su imagen negativa: casi 70% (gráfico abajo).



Sin embargo, pese a esas ventajas, el turno electoral del 2021 representa un desafío importante para el gobierno, por varias razones: 1) la elección de medio término es la que perfila la representación parlamentaria para la segunda mitad del mandato presidencial 2) esas elecciones tienden a mostrar un historial complicado para los oficialismos, pues el presidente de turno no puede encabezar la boleta a nivel país como sucedió en el comicio presidencial anterior, mientras que sus rivales sí pueden competir si no están ocupando cargos ejecutivos 3) las listas se fragmentan en tantos distritos como provincias hay y las candidaturas resultan atravesadas además por las coyunturas locales 4) algunos distritos sólo eligen diputados nacionales, mientras que otros también votan senadores nacionales. Este mix de factores genera resultados fragmentados y difíciles de decodificar a nivel nacional. Una reconstrucción de las elecciones de medio término posteriores a la crisis del 2001 muestra que el oficialismo (FPV) ganó en 2005 con una primera minoría que rondó el 39% del total de votos nacionales. En 2009 hubo un “empate técnico” entre el oficialista FPV y el Acuerdo Cívico y Social (ambos en torno al 29%), pero la derrota oficialista en provincia de Buenos Aires (PBA) hizo parecer lo contrario. En 2013 ganó el oficialismo con 33% a nivel país, pero nuevamente la derrota en PBA fue noticia. En 2017, en tanto, Cambiemos como oficialismo se impuso con casi 42% de los votos.



Como puede advertirse, la fragmentación del voto hace que el ganador de las elecciones de medio término (aun cuando se trate del oficialismo de turno) ronda el 40% en el mejor de los casos, muy lejos del 50%+1 que configura una mayoría electoral como la que se ve con más frecuencia en las elecciones presidenciales. Algunos sondeos recientes permiten aproximarnos a las tendencias de cara al 2021 cuando falta más de un año para las eventuales primarias y más aún para los comicios de octubre. A fines de junio, Giacobbe & Asociados difundió un sondeo que midió no intención de voto sino “deseo electoral”: el 37,3% se inclinó por la respuesta “quiero que el Frente de Todos (oficialismo) gane las elecciones, vs 42,9% que se inclinó por “quiero que el Frente de Todos (oficialismo) pierda las elecciones”; casi 19% eligió “me da lo mismo” y casi 9% ns/nc. En julio, la consultora Synopsis midió la actitud electoral a nivel país: 38,6% se inclinó por el Frente de Todos, vs 46,3% que votaría a otra fuerza política; 15,1% se muestra indeciso. El informe comparó la tendencia con la que se registraba a la misma altura del mandato de Cambiemos: el actual oficialismo está casi 6 puntos porcentuales arriba de la actitud electoral que tenía por entonces la coalición gobernante (gráfico arriba). Synopsis agregó otro cálculo, según el cual el Frente de Todos retendría el 83,4% del caudal que obtuvo en octubre de 2019: en ese caso, el oficialismo podría alcanzar el 40,2% de los votos en 2021.



Finalmente, la medición de julio realizada por Zuban Córdoba arroja casi 42% para la opción “candidatos a diputados que defienden a Alberto Fernández) vs 35,1% para “candidatos a diputados opositores a Alberto Fernández”; 23,1% se muestra indeciso o no responde (gráfico arriba). Así, si hacemos un promedio de estos tres estudios nacionales, obtenemos de cara al 2021 una actitud electoral favorable al oficialismo de 39,2%, lo que es un guarismo casi idéntico al de la mejor elección de medio término para el FPV (39% en 2005).

https://www.cba24n.com.ar/opinion/oficialismo-y-oposicion-de-cara-el-2021-electoral_a5f22f711cb6ec52f32b6d4df

lunes, 27 de julio de 2020

Comunidad del cuidado y conciencia de pandemia (1): las tendencias en Córdoba


El concepto de la "comunidad del cuidado", que tomamos de la politóloga Esperanza Casullo, se apoya en una relación afectiva que supone un colectivo que asume su responsabilidad en el marco del combate al Covid-19. Vale decir,  la gestión sanitaria como tal sigue estando en manos del Estado en sus distintos niveles, pero también se apela a la participación de la comunidad ciudadana como parte del esfuerzo colectivo frente al coronavirus. Una serie de encuestas realizadas por la consultora Delfos en la provincia de Córdoba permiten perfilar algunas tendencias al respecto y plantear un concepto conectado al de la "comunidad del cuidado", que consiste en una suerte de "conciencia de pandemia", donde la mayoría no discute que la salud es lo más importante, que los vínculos y actividades han cambiado y que la reanudación de diversas tareas debe ajustarse a un protocolo y a modalidades de actividad que no pueden ser las mismas que antes de la pandemia. Como se sabe, hasta el momento sólo el mes de abril fue de "cuarentena plena" para todo el país en igualdad de condiciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). En mayo comenzaron las flexibilizaciones de la cuarentena por segmentación geográfica y según actividad: en ese momento, casi 8 de cada 10 cordobeses se mostraba preocupado por la posibilidad de que flexibilizar la cuarentena pudiera generar rebrotes en el país (gráfico al inicio del posteo, click para agrandar). El tiempo demostró que esa preocupación estaba justificada, dado que efectivamente se produjeron rebrotes después, puntualmente en Córdoba Capital. En ese momento, las autoridades definieron la vuelta a la fase anterior hasta el 3 de mayo, lo que contó con un acompañamiento mayoritario de los electores cordobeses: 56% estuvo de acuerdo, vs 36% en desacuerdo. 



La evolución de la situación sanitaria implicaba, así, asumir la posibilidad de un proceso "stop & go", es decir, de vuelta atrás en las fases si las flexibilizaciones generaban rebrotes. La primera medición de junio arrojó que casi 8 de cada 10 cordobeses adultos aprobaba la flexibilización progresiva de actividades en la Capital, que en ese momento era la "zona roja" de la pandemia, y apenas 16% se mostraba en desacuerdo (gráfico arriba, click para agrandar). Al mismo tiempo, el apoyo a una vuelta atrás en caso de rebrotes había crecido 12 puntos porcentuales entre mediciones, de 56% a 68%, mientras que el desacuerdo había cedido 14 pp, de 36% a 22%, lo que sugería una mayor toma de conciencia al respecto (gráfico abajo, click para agrandar). 



En la misma línea, ya en ese momento los cordobeses asumían el protagonismo del colectivo en el esfuerzo frente a la pandemia: una mayoría del 51% opinaba que si la flexibilización de actividades generaba rebrotes del coronavirus la responsabilidad era de la gente, mientras que 24% lo atribuía a la propia dinámica de la pandemia, 13% lo asociaba a los sectores que presionaban para levantar la cuarentena y apenas 10% responsabilizaba a las autoridades (gráfica abajo, click para agrandar). 



En este marco, las mediciones más recientes de la consultora Delfos, que indagan cuáles son las percepciones respecto a las últimas disposiciones de las autoridades cordobesas, muestran la aquiescencia de la opinión pública respecto a las medidas tomadas: 6 de cada 10 están de acuerdo con restringir las reuniones familiares a los días domingo, vs 1 de cada 3 que se muestra en contra (gráfico abajo, click para agrandar). 



Como puede verse a lo largo de toda la serie, siempre hubo una mayoría superior al 50% alineada con la estrategia sanitaria oficial, pero el desacuerdo, que oscila entre un piso del 16% y un techo del 36%, tiene suficiente entidad estadística como para atentar contra el éxito de las medidas. Por ello, las últimas disposiciones incluyen un endurecimiento de las multas en distintas situaciones: para quienes oculten información o síntomas de Covid-19 las multas llegan a los $ 250 mil, medida que tiene un acuerdo del 85% y un desacuerdo de apenas 10% (gráfico abajo, click para agrandar). 



Otra de las disposiciones en esta línea son multas de 20 mil pesos para quienes realicen actividades deportivas no permitidas o sin adoptar las medidas adecuadas conforme protocolo (una de las prácticas que más rebrotes del coronavirus ha generado a nivel país y en Córdoba, junto con las reuniones sociales no permitidas). En este caso, casi 7 de cada 10 cordobeses se muestran de acuerdo con esa sanción y 2 de cada 10 en desacuerdo (gráfico abajo; click para agrandar). En síntesis, el refuerzo del rol punitivo del Estado es aprobado, más allá de que eso no debe hacer descuidar el foco en el esfuerzo epidemiológico. 



viernes, 24 de julio de 2020

Los sellos políticos de cara al 2021 electoral (columna publicada en CBA24N)



El Frente de Todos es una coalición electoral que en 2019 reunificó el espacio político pan-justicialista: aglutinó al kirchnerismo liderado por CFK como candidata a vicepresidenta y a Alberto Fernández como expresión del PJ no K, mientras que Cambiemos, que en ese momento era la alianza gobernante, recreó su sello en Juntos por el Cambio bajo el liderazgo del PRO, identificado con Mauricio Macri. La conformación de una coalición ganadora funcionó mejor para la oposición: en octubre de 2019, el Frente de Todos ganó la presidencia con el 48,24% de los votos, superando a Juntos por el Cambio (40,28%) por casi 8 puntos porcentuales y definiendo los comicios sin necesidad de segunda vuelta. La elección fue tan polarizada que dejó muy poco en los extremos y al medio por fuera de ambas coaliciones, como se grafica arriba (click para agrandar). La encuesta nacional más reciente de la consultora Pulso Social muestra que el actual oficialismo tiene ventaja en términos de posicionamiento de sus principales referentes: tanto Alberto Fernández como Cristina Fernández cuentan con mayor imagen positiva y menos negativa que el ex presidente, si bien sólo el primer mandatario posee un saldo favorable significativo de 22 puntos porcentuales (es decir, diferencia entre la calificación positiva y la negativa; gráfico abajo).


¿Cómo ve la opinión pública a los signos políticos que forman parte de cada coalición? En junio, la consultora Zuban Córdoba relevó a nivel nacional la identificación política: un 37,4% se definió como peronista, 31,1% como antiperonista y 31,5% no se definió (gráfico abajo). 



Según la misma encuesta, casi un 28% se definió como kirchnerista, mientras que casi 44% se definió como anti-K y 28,5% no se definió (gráfico abajo).  Es decir, el peronismo como sello genera más identificación positiva y concita menos rechazo que el kirchnerismo.



En julio, la misma consultora relevó la imagen del PJ: 48,2% lo calificó de manera positiva y casi 42% negativamente (gráfico abajo). Se advierte que tanto la positiva como la negativa del PJ superan a las identificaciones y rechazos al peronismo por alrededor de 10 puntos porcentuales, lo que implica que no hay transferencia lineal entre ambas variables. 

El panorama cambia al medir la imagen del Frente de Todos: casi 50% lo califica de manera positiva, vs 37,5% que lo ve negativamente (gráfico abajo). Así, el sello electoral que expresa al oficialismo gobernante logra un saldo favorable de 12,4 puntos porcentuales, casi duplicando al del PJ (6,6 puntos porcentuales). Su imagen positiva es similar al caudal obtenido en 2019: 48,24%. De cara al 2021 que se viene, con las elecciones legislativas de medio término, esto implica que los socios de esa coalición tienen incentivos para mantenerse dentro del frente, más allá de las tensiones que conlleva la convivencia de distintas fuerzas y expresiones en un espacio que está procesando el paso de la coalición electoral exitosa de 2019 a la condición de coalición de gobierno en 2020.

Lo contrario sucede al medir la imagen de Juntos por el Cambio: 32,5% lo califica de manera positiva, vs 56,1% que lo ve negativamente (gráfico abajo). Así, el sello electoral que expresa al gobierno anterior tiene un saldo desfavorable de 23,6 puntos porcentuales. 

Algo similar sucede con la imagen del PRO: 26,2% lo califica de manera positiva, vs 53,5% que lo ve negativamente (gráfico abajo). Así, el partido que lidera Macri tiene un saldo desfavorable de 27,3 puntos porcentuales. 

En cambio, la UCR, otro de los socios claves de esa coalición, tiene una imagen relativamente mejor: 40,3% la califica de manera positiva, vs 44,2% que la ve negativamente (gráfico abajo). Así, el centenario partido posee un saldo desfavorable de casi 4 puntos porcentuales, mucho menor que el de Juntos por el Cambio y el PRO. 

En síntesis, la imagen negativa del PRO impregna a la coalición de Juntos por el Cambio, hecho que deviene de que Cambiemos funcionó como coalición electoral exitosa en el ballotage de 2015 y en las legislativas de 2017, pero nunca se conformó como coalición de gobierno: su mesa de conducción siempre fue PRO-pura y el radicalismo quedó acotado a manejar algunos ministerios y a funcionar como resorte parlamentario. De cara al 2021 electoral, la mejor imagen relativa de la UCR respecto al PRO y a Juntos por el Cambio, sumada al desgaste en la imagen de Macri, pueden incentivar el deseo de protagonismo de esa fuerza en las candidaturas, lo que tiene el potencial de tensionar la convivencia y hacer que arrecien las disputas por la identidad partidaria dentro de la coalición opositora.

https://www.cba24n.com.ar/opinion/los-sellos-politicos-de-cara-al-2021-electoral-_a5f1aed83cb6ec52f32b6808b

lunes, 20 de julio de 2020

La comunidad del cuidado y los números de las encuestas (2)


La tercera entrega del Índice de Propensión al Riesgo en Salud (IPRIS), un estudio realizado entre el 17 de junio y el 1 de julio por la Fundación Bunge y Born, permite profundizar en el concepto de la "comunidad del cuidado". El informe arroja que la cuarentena y/o aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) es una medida vinculada al cuidado para 91,28% de los electores argentinos: 48,2% la asocia al cuidado de la salud de los ciudadanos en general, 34,23% al cuidado de su entorno de afectos y 8,85 al cuidado personal; apenas 8,72% la califica como una medida "autoritaria e innecesaria", confirmando así que la actitud anti-cuarentena tiene una visibilidad mediática muy por encima de su participación real en el tejido social (gráfica arriba, click para agrandar). Casi la mitad del total se identifica con el carácter de cuidado colectivo de la comunidad que la cuarentena propicia, incluso por encima del cuidado personal y del propio entorno. 



Esa idea se reafirma al observar que casi el 54% no cree probable contagiarse él mismo de coronavirus, proporción que más que duplica a quienes sí lo creen probable (gráfico arriba, click para agrandar). Por otro lado, 55% no se siente identificado con la necesidad de salir de su casa para pasear, distraerse o hacer ejercicio, vs casi 37% que sí, segmento que expresa el agotamiento con la medida de aislamiento (gráfico abajo, click para agrandar). El informe destaca que a partir de junio hay una disminución de esa necesidad, lo cual es consistente con la progresiva flexibilización del ASPO y su segmentación geográfica a nivel país. La primera etapa del estudio se realizó sobre una muestra de 4.857 casos; la segunda, sobre una de 5.023 y la tercera sobre 2.787 casos.





Según la última encuesta de Poliarquía, la aprobación presidencial respecto a la gestión del coronavirus descendió respecto a los niveles pico de marzo y abril, pero aún sigue rondando el 60% y duplica a la desaprobación. Esto pone de manifiesto un acompañamiento claramente mayoritario a lo realizado en esa materia por el presidente (gráfico abajo, click para agrandar), pese a la agitación mediática de las posiciones anticuarentena y los titulares de medios opositores, en franca campaña de desgaste contra el oficialismo desde hace ya varios meses y nítido contraste respecto a la complacencia que mostraron respecto a la gestión Cambiemos y su "nado sincronizado" a la par de su mesa judicial. Contra ese agite opositor, un promedio de las 4 encuestas más recientes que mide la gestión del Covid por parte del gobierno nacional arroja una imagen positiva del 66%, alcanzando así a 2 de cada 3 electores. 



Asimismo, pese a que los efectos socioeconómicos de la pandemia cada vez pesan más en los niveles de actividad, según la encuesta más reciente de RTD una mayoría del 52% sigue priorizando frenar el coronavirus frente a mantener la economía en funcionamiento. Si bien la brecha entre ambas posiciones viene reduciéndose, como era previsible, aún hay una diferencia de 10 puntos porcentuales entre ambas opciones (gráfico abajo, click para agrandar). Este contexto evolutivo es el pertinente para enmarcar las más recientes medidas de cuarentena escalonada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la segmentación geográfica de las disposiciones en el resto del país, atentos a los rebrotes que se vienen produciendo. 



A su turno, la más reciente encuesta nacional de la consultora Pulso Social arroja que las dos principales figuras políticas del oficialismo, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, aventajan en imagen positiva al ex presidente Mauricio Macri: Alberto alcanza 61% de imagen positiva, esto es, casi 13 puntos porcentuales por encima del caudal obtenido por el Frente de Todos el 27-O-2019 (48,24%), mientras que CFK se ubica unos 6 pp por debajo de ese guarismo. Macri alcanza 37% de imagen positiva, en el mismo orden de magnitud que el caudal de Juntos por el Cambio en octubre de 2019: 40,28%. La imagen negativa del actual presidente está en el mismo orden de magnitud, mientras que la negativa del ex presidente alcanza el 61% (gráfico abajo, click para agrandar). Esto confirma que la causa de espionaje M que investiga la justicia elevó la imagen negativa de Macri por encima del 60%, pese a que el ex presidente aún no está imputado en esa causa. 



La medición más reciente de julio de Rouvier & Asociados coincide con las tendencias anteriores: 62,4% de imagen positiva vs 35,3% de negativa para el presidente (gráfica abajo, click para agrandar). 



El mismo estudio muestra a CFK con casi 45% de positiva vs 54% de negativa (gráfico abajo, click para agrandar), datos muy consistentes con los de Pulso Social; las diferencias entre ambas mediciones no son estadísticamente significativas. 



En tanto, según la más reciente encuesta de Udesa, la imagen positiva de Fernández alcanza 55%, lo que le permite liderar el lote de dirigentes nacionales, escoltado por Horacio Rodríguez Larreta (52%). En síntesis, un promedio de las últimas 6 encuestas que miden la imagen presidencial arroja un 61% de positiva para Alberto Fernández vs 36% de negativa, lo cual deja un saldo favorable de casi 13 pp para el presidente respecto al caudal con que fue electo en octubre de 2019 y lo ubica alrededor de 6 pp por encima del acompañamiento que tenía antes de la cuarentena dictada el 20 de marzo. 



viernes, 17 de julio de 2020

La comunidad del cuidado y los números de las encuestas (1, columna publicada en CBA24N)



Reflexionando acerca de la comunicación oficial, recientemente la politóloga Esperanza Casullo caracterizó al gobierno de Alberto Fernández como un populismo de relación afectiva focalizado en un discurso que apela al cuidado. La construcción de esa “comunidad del cuidado” reduce la valencia del antagonismo con el otro (lo cual se plasma en las escenificaciones del presidente hablando con Axel Kicillof de un lado y Rodríguez Larreta del otro) y se apoya en un discurso que destaca su “amistad” con los gobernadores y recupera la idea de pluralidad y de responsabilidades compartidas de gestión en el marco del combate al Covid-19. Con matices, el promedio de las encuestas coincide en que, pese al desgaste que genera la cuarentena, la gestión sanitaria del coronavirus sigue arrojando un saldo positivo para el gobierno nacional. Según la encuesta realizada en la segunda quincena de junio por Métrica Consultores, el desempeño presidencial frente al coronavirus tiene una aprobación de casi 56%, que duplica a la desaprobación (27,3%; gráfico arriba). Según la medición más reciente de julio de Poliarquía, roza el 60%, en tanto que en los números de la consultora Aresco ese acompañamiento es aún mayor: 80%. En ese informe, el gobierno también aprueba en gestión general (65%), económica (56%) y se percibe que sabe cómo planificar la salida de la cuarentena (54%; gráfico abajo).  




En la misma línea, la encuesta más reciente de Rouvier & Asociados muestra que el 74% se siente seguro respecto a la forma en que el gobierno dirige la pandemia, triplicando a quienes se sienten inseguros (gráfico abajo). Es decir, el acompañamiento a la gestión sanitaria del Covid-19 sigue gozando de buena salud en las encuestas.  



Ese estudio también arroja que casi el 73% cree que la cuarentena no terminará el 17 de julio (gráfica abajo), proporción similar al 74% que se siente seguro con el modo en que el gobierno nacional lucha contra la pandemia. 



La serie evolutiva de mediciones de la consultora Opinaia también ratifica ese acompañamiento: aunque cedió 10 puntos porcentuales respecto a marzo, el 77% evalúa de manera positiva lo realizado por el gobierno nacional respecto al coronavirus, contra apenas 20% de negativa (gráfico abajo). 



El mismo estudio muestra que el 66% evalúa que la situación argentina es mejor que la de los países limítrofes. Este dato es consistente con una encuesta de la consultora Trespuntozero realizada a nivel regional, según la cual el desempeño de Alberto Fernández está entre los tres mejores: 68% de aprobación, sólo superado por el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou (77,8%) y el primer mandatario paraguayo Mario Abdo (76,7%). Sin embargo, la posibilidad de extender la cuarentena hasta fines de julio tiene un acompañamiento bastante menor que la gestión sanitaria del oficialismo, si bien sigue siendo casi mayoritaria: roza el 50%, según el estudio más reciente de Giacobbe & Asociados (gráfica abajo).  




Así, queda claro que aunque el consenso respecto a la gestión sanitaria del Covid-19 es muy amplio, eso no quita que el debate público en torno a la cuarentena sea intenso, sobre todo cuando se segmentan los datos geográficamente. Se sabe que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es el conglomerado que lleva más tiempo de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Según el estudio que la consultora Analogías realizó en AMBA en junio, casi el 86% de los electores del conglomerado acuerda con la cuarentena como forma de prevenir el contagio del coronavirus. El acuerdo es transversal por sexo, edad, nivel educativo y región (gráfico abajo).  




Sin embargo, ese acuerdo no quita que la cuarentena también afecta la salud mental y el ánimo: casi 65% cree que eso sucede mucho o bastante, percepción que, si bien es menor al acuerdo con la medida, también resulta transversal por género, edad, nivel educativo y región (gráfico abajo).  



Al igual que en otros estudios, en AMBA la gestión del gobierno nacional frente a la pandemia también recibe calificaciones positivas muy altas: casi 71%, según el estudio más reciente de la consultora Clivajes allí (gráfico abajo).  




Sin embargo, ese aval superior al 70% no se transfiere linealmente a extender la cuarentena en AMBA: según el último estudio de la consultora Proyección en ese conglomerado, casi 60% acuerda con continuar las medidas de aislamiento, vs 40,3% que está en contra (gráfico abajo). 



En síntesis, aunque la posición pro-cuarentena sigue siendo mayoritaria en el país y en zona metropolitana, hoy el gobierno tiene el desafío de gestionar el concepto de la “comunidad del cuidado” con sintonía fina. Eso incluye administrar el equilibrio entre la cuarentena como “mal menor” frente a la posibilidad del contagio, los efectos de malestar del aislamiento en el estado de ánimo y la salud mental y sus efectos socioeconómicos, que cada vez pesan más. 

https://www.cba24n.com.ar/opinion/la-comunidad-del-cuidado-y-los-numeros-de-las-encuestas-_a5f1061297c76c805115a6949

lunes, 13 de julio de 2020

El efecto Covid-19 en la economía y las empresas (3)



Entre el 22 de abril y el 2 de mayo pasados, las consultoras Taquion y Axonier y las empresas de tecnología BI Applications y RMR Technology Solutions relevaron la opinión de los directores ejecutivos (CEOs) de unas 250 empresas argentinas.  En ese estudio, el 63% de los empresarios consideró que la recuperación podía demandar hasta un año y medio, mientras que más del 25% esperaba que tarde más; existe una primera minoría del 39,4% cuya expectativa de recuperación va de 6 meses a un año (gráfico arriba, click para agrandar).  A mediados de junio, tras la reapertura de las actividades en gran parte del territorio argentino, un informe oficial reflejó que 21 provincias ya tenían más del 75% del empleo privado habilitado para trabajar y que la industria y el comercio habían crecido en nivel de operaciones en la mayoría de ellas. Según los datos recolectados por el Centro de Estudios para la Producción(CEP XXI), dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, 15 provincias tenían más del 80% del empleo habilitado y que otras 6 tenían entre el 75% y el 80% de las operaciones en funcionamiento. Paralelamente, el relevamiento mostraba que la industria manufacturera estaba plenamente habilitada en casi todo el país, salvo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y que la actividad comercial está habilitada en un 95% en 20 provincias.

El centro de estudios destacó que la gradual puesta en marcha de la economía  se reflejó en indicadores como el consumo de energía en las plantas industriales que, según Cammesa, se recuperó en la mayoría de los sectores aunque todavía permanece por debajo de los niveles pre-cuarentena. A modo de ejemplo, el consumo energético en la industria automotriz en relación a la etapa previa al aislamiento aumentó desde el 33% registrado en la primera quincena de mayo hasta el 68% contemplado a principios del mes en curso. En el mismo sentido, en la siderurgia pasó del 20% al 72% (gráfico arriba, click para agrandar). 
Ese efecto de rebote también comenzó a verse en los volúmenes de venta de combustibles líquidos en el canal minorista. Los números de abril vs febrero habían mostrado una caída del 47,7% en volumen y 48,6% en facturación, pero el informe de consultora Trends para CECHA (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina, es decir, la cámara que agrupa a los expendedores de combustibles) arrojó en mayo señales claras de recuperación (+ 23,3%), si bien con registros aún por debajo de los niveles previos a la pandemia (gráfico arriba, click para agrandar). 

El incremento fue mayor en combustibles premium (22,3% de aumento en gasoil grado 3 frente a 9,4% en grado 2; 61,6% en nafta premium frente a 46,3% en super) y mayor en naftas (49,5%; gráfico arriba, click para agrandar) que en gasoil (11,9%). La facturación se incrementó un 24%, recuperándose $ 10.759 millones de facturación total, un 25,4% de la facturación total perdida por el Covid-19. En ese marco, a nivel sectorial las expectativas de recuperación total se desplazan al período octubre-fin de año. 

En la misma línea de reactivación, la economía creció en mayo 9,2% respecto a abril, según las  estimaciones de la consultora Orlando Ferreres. Aunque se mantiene la merma en términos interanuales (con una caída de la actividad del 14,9% y una contracción de 10,6% en los primeros cinco meses del año), el rebote ya se percibe a nivel de algunos sectores. Por ejemplo, la industria registró en mayo una caída de 26,4% en relación con igual mes del año pasado, pero se recuperó 9% en comparación con abril (gráfico arriba, click para agrandar), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esa recuperación respecto a abril se debió a la puesta en marcha en mayo de sectores que no habían podían operar en el cuarto mes del año debido a la aplicación plena de las medidas de aislamiento para combatir la pandemia de coronavirus. El informe del Indec en torno a la actividad industrial abarcó a un total de 1.700 establecimientos manufactureros relevados en medio de las restricciones impuestas por la Covid 19 y reflejó que sólo el 38,6% pudo operar con normalidad en mayo, mientras que el 50,3% tuvo una actividad parcial y el 11,1% permaneció cerrado. En este marco, y con estos guarismos, en los primeros cinco meses del año, el sector fabril acumuló un retroceso del 16,3%. 

Un rebote similar se registró en el sector construcción, donde la actividad de mayo resultó 48,6% inferior a la de igual mes del año pasado y aumentó 99,9% respecto a la parálisis total de abril (gráfico arriba, click para agrandar). Según el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC), todos los insumos mostraron importantes incrementos respecto a abril, “aunque en la mayoría de ellos el nivel es inferior al que tenían en febrero” (el último mes de plena actividad), según el Indec. Otro sector que insinuó una reactivación en junio fue la venta de vehículos: se vendieron 36.991 unidades vehículos, con un alza interanual de 2,3% (gráfico abajo, click para agrandar). Fue la primera suba en 25 meses, muchos de los cuales  no transcurrieron en pandemia sino en la recesión en la que entró la economía argentina desde abril de 2018, al cierre de la gestión Macri.

A nivel general, las ventas minoristas cayeron 34,8% anual en junio medidas en cantidades (gráfico abajo; click para agrandar), según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El relevamiento incluyó tanto la modalidad online como en locales físicos. En este marco, con mayor cantidad de comercios abiertos, el declive fue menor que en mayo: la baja en la región del Área Metropolitana de Buenos Aires ( AMBA) llegó al 49,3%, mientras que en el resto del país fue de 20,3%. Los rubros que más cayeron son:  joyería (-59,7%), calzados (-50,7%), Indumentaria (-47,7%). Lo que menos cayeron: Farmacia (-12,7%), Alimentos y Bebidas (-19,4%), Ferretería (-22,9%). Así, las cifras de CAME demostraron que, tras tres meses y medio de cuarentena, algunas ciudades del interior del país con casos controlados de Covid-19 comenzaron a reactivar sus actividades comerciales, si bien lentamente. En síntesis, diversos datos convergen en el sentido de que abril puede haber marcado el piso de la caída, si bien la evolución de los indicadores es vulnerable a la posibilidad de rebrotes del Covid-19, lo cual podría eventualmente endurecer la cuarentena a nivel territorial, con el consecuente impacto en la actividad. 

viernes, 10 de julio de 2020

¿Herederos políticos? Los números de Rodríguez Larreta y Kicillof en las encuestas (columna publicada en CBA24N)


Si nos abstraemos por un momento de las imágenes del actual presidente Alberto Fernández, del ex presidente Mauricio Macri y de la ex presidenta y hoy vice Cristina Fernández, surgen dos figuras que ganaron visibilidad durante la pandemia, dado que aparecen junto al primer mandatario en las conferencias de prensa periódicas con respecto al Covid-19: se trata del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta, y del gobernador de la provincia de Buenos Aires (PBA), Axel Kicillof. Esa condición hace que se los mida en todo el país, en los distritos que gobiernan y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Un repaso de las encuestas más recientes permite aproximarnos a sus imágenes: según D´Alessio Irol/Berensztein, Rodríguez Larreta alcanzó 53% de imagen positiva en mayo y Kicillof 44% (gráfico arriba, click para agrandar). Junio mostró registros estables: 54% para el jefe de gobierno de CABA y 42% para el gobernador de PBA (gráfico abajo, click para agrandar).




En mayo, Métrica Consultores (gráfico abajo, click para agrandar) mostró registros de imagen positiva más bajos para ambos: 36,6% para Larreta y 27,2% para Kicillof, con el detalle de que esta consultora incluye la alternativa de respuesta neutra, a diferencia de D´Alessio/IROL.




En junio, Métrica arrojó 37,9% de positiva para el jefe de gobierno de CABA y 33,6% para el gobernador de PBA (gráfico abajo, click para agrandar).



La encuesta nacional de Rouvier & Asociados reportó 45,2% de positiva para Kicillof en mayo y 43,9% en junio, mientras que para Larreta arrojó 52,9% y 53,5%, respectivamente (gráfico abajo, click para agrandar). Un promedio de estas seis mediciones nacionales, más allá de sus matices metodológicos resulta en 48% de imagen positiva para Larreta y de 39,3% para Kicillof.



Las encuestas distritales muestran matices. Según la consultora CB, en mayo Kicillof rozó el 52% de imagen positiva vs 47,2% de negativa en provincia de Buenos Aires (gráfico abajo, click para agrandar). El patrón era similar al de CFK, con quien se formó políticamente (al igual que ella, polariza opiniones) y por debajo del presidente (cuyo saldo positivo es mayor).



Una encuesta de Proyección del mismo mes arrojó casi 47% de positiva para Kicillof vs 42,5% de negativa (gráfico abajo, click para agrandar). Eso confirma el patrón de opiniones divididas para el gobernador de PBA.



Según el mismo estudio distrital de CB, a fines de mayo Rodríguez Larreta rozaba el 56% de positiva vs 43,5% de negativa, patrón similar al del presidente Alberto Fernández en CABA. Ambos aventajan al ex presidente Macri allí (gráfica abajo, click para agrandar).



Según Proyección, la imagen positiva del jefe de gobierno de CABA roza el 50%, vs 30% de negativa (gráfica abajo, click para agrandar).




Si tomamos la medición de junio de CB, reporta para Larreta 53,9% de positiva vs 46,1% de negativa y para Kicillof 48,6% de positiva vs 51,4% de negativa. Ambos se posicionan en el lote medio de mandatarios provinciales, con valores positivos entre 45% y 54% (Larreta es el número 10 y Kicillof el 15 entre 24 gobernadores (gráfico abajo).


De ese modo, el promedio de esas tres mediciones distritales da para Larreta 53,2% de imagen positiva vs 39,8% de negativa en CABA y a Kicillof 49,1% de positiva vs 47% de negativa en PBA. Es decir, el jefe de gobierno de CABA mide mejor en el distrito que administra de lo que mide el gobernador en PBA, y también lo supera a nivel nacional. Sin embargo, esas diferencias se diluyen cuando hacemos foco en el AMBA, el conglomerado que constituye la mayor “vidriera” del país. Según el estudio más reciente de este repaso, realizado por Clivajes, Kicillof roza el 53% de imagen positiva vs 23% de negativa, con casi 23% de regular (gráfica abajo, click para agrandar).



El mismo estudio ubica a Larreta con 53,23% de imagen positiva vs 20,26% de negativa y 25,33% de regular (gráfica abajo, click para agrandar).



En síntesis, Rodríguez Larreta se perfila hoy con mejores chances para la disputa política por el liderazgo opositor. Formado políticamente junto a Mauricio Macri, hoy mide mejor que él a nivel país, en CABA y en AMBA, y se posiciona como una figura con expectativas para el turno electoral de 2023, cuando ya no podrá aspirar a la reelección en la Capital Federal. En el caso de Kicillof, su relativa juventud y novedad política aún no lo muestran con un diferencial notable a nivel nacional ni en PBA, aunque sí en AMBA. Enfrenta el desafío que supone gestionar PBA, y a la vez le queda mucho tiempo de mandato, además de conservar la chance de ir por la reelección en 2023; así, a diferencia de Larreta, cuenta con más tiempo para consolidarse como “heredero” de la estructura política pan-justicialista.

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