jueves, 27 de septiembre de 2012

Apocalípticos e integrados: un debate que no pierde actualidad (1)


Atentos que la referencia a Apocalípticos no tiene nada que ver con Elisa  Carrió: en la década del ´50, en EE.UU se dio un debate entre dos posturas intelectuales respecto a la cultura de masas o, en otros términos, a los efectos de la irrupción de los medios masivos en la cultura: 1) los apocalípticos -críticos aristocráticos de la cultura emergente- 2) los integrados -defensores de la misma-. Los primeros acusaban a los medios masivos de tener un impacto desfavorable en la cultura, de alentar una visión acrítica, conformista y pasiva del mundo y promover el paternalismo, entre otros cuestionamientos; los segundos, en cambio, los defendían por entender que los mismos habían incorporado a las masas al consumo de la cultura que antes era privilegio de las mayorías. Interpretando  que los medios masivos favorecían la participación y la igualdad, denostaban a los apocalípticos por ser “elitistas”. 

El interrogante básico que dispara la polémica es: ¿cuáles son los resultados, para la cultura, de la irrupción de los medios masivos? Según Moragas Spa, en la sociedad norteamericana de los '50 la pregunta dio lugar a un debate entre las posiciones de "integrados" (apologistas del sistema cultural y económico del capitalismo contemporáneo: Edward Shils, Daniel Bell)  y " apocalípticos" (críticos aristocráticos de la cultura emergente: entre ellos, Dwight Mc Donald), con la frecuente omisión del planteo crítico de la Escuela de Frankfurt (Adorno, Benjamin, Horkheimer, Marcuse).

Para Shils, debe defenderse la cultura de masas (y en última instancia, el sistema capitalista que la genera) porque en la sociedad actual se han multiplicado los niveles culturales. Daniel Bell, por su parte, sostiene que el sistema que los apocalípticos denostan ha permitido la incorporación de las masas al seno de la sociedad, su participación cultural y política, algo que la sociedad preindustrial -añorada por muchos apocalípticos nostálgicos- jamás hizo posible. Además, Bell afirma que la cultura de masas tiene una positiva función de cohesión social.

Dwight Mc Donald habla de tres niveles culturales: Highbrow (“cejas altas”, cultura de calidad), Middlebrow (“cejas medias”, cultura mediocre) y Lowbrow (”cejas bajas”, cultura brutal). Según este autor apocalíptico, antes de la industrialización había sólo mal arte y buen arte. Con la sociedad de masas, en cambio, aparece la masscult, que no llega a ser siquiera mal arte: es no arte, la negación del arte. La masscult no se organiza desde la base popular sino que la explota y manipula. La middcult, en cuanto sistema de asimilación de los valores artísticos-culturales al circuito de producción y consumo, reduce todos los objetos culturales a un código estandarizado,  para hacerlos ampliamente consumibles (y digeribles). En conjunto, el resultado cultural es, según Mc Donald, lamentable e infeliz.

Hay una distinción a tener en cuenta entre los apocalípticos y los críticos. Los primeros suelen tener a retaguardia de su diatriba contra la cultura de masas una idea peyorativa de esa masa, una crítica "no sólo a la aglomeración de gentes, sino a la existencia de grupos y números humanos al otro lado de la frontera de la aristocracia científica y económica", según Moragas Spa.  "En el fondo existe siempre la nostalgia por una época en que los valores culturales eran un privilegio de clase y no eran puestos a disposición de todos indiscriminadamente", agrega en la misma línea Umberto Eco.

En cambio, el recelo de los críticos respecto de la cultura de masas trasunta más bien su "desconfianza hacia una forma de poder intelectual capaz de conducir a los ciudadanos a un estado de sujeción gregaria, terreno fértil para cualquier aventura autoritaria", según Eco. Comparten el pesimismo de los apocalípticos conservadores, pero su postura se apoya sobre una crítica del sistema capitalista, desde una posición que se pretende superadora, mientras que los apocalípticos conservadores tienen una posición que podríamos llamar pre-capitalista. Mientras los frankfurtianos desearían la superación del capitalismo, los apocalípticos abogarían por la restauración del estadio cultural anterior a su advenimiento.            

Por su parte, los integrados incurren en una petición de principio, es decir, presuponer lo que se trata de demostrar, al "creer que la multiplicación de los productos industriales es de por sí buena, según una bondad tomada del mercado libre, y no que debe ser sometida a crítica y a nuevas orientaciones", dice Eco.

7 comentarios:

  1. Yo me inclino mas a la teoria de los Integrados! ;) esta bueno el tema porque se refleja mucho hoy en dia con el tema de la cultura.

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  2. Gracias por tu aporte, Franco! Sí, es una discusión que se recrea constantemente. Saludos!

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  3. muy bueno! me ayudo a entender mejor las dos posturas. saludos profe!!

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  4. Hola me puedes dar ejemplos de integrados en la actualidad

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