En la misma línea, Fernando Aguirre, de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), sostiene que "la gente empezó a consumir productos de un menor valor económico". Esto se traduce en que determinados artículos comienzan a comprarse con una frecuencia menor, como por ejemplo snacks dulces y salados, postres, dulces y yogures de tamaño individual.
La clave de interpretación aquí pasa por que el
consumidor los percibe como bienes donde puede resignar consumo sin ver
afectado su patrón estructural (ya que no son de consumo básico, como por
ejemplo los lácteos. Otras migraciones de compra son las siguientes:
-menos carne vacuna, más pollo y pescado
-más fideos y arroz
-menos gaseosa, más soda y jugos (preparados o en
polvo)
Estos cambios cualitativos podrían tener como consecuencia
que a nivel cuantitativo el volumen de consumo este año se sostuviera e incluso
fuentes de empresas dedicadas al retail se animan a afirmar que hasta puede
haber un incremento con respecto al 2011 en el consumo masivo de alimentos,
bebidas y productos de higiene y tocador en el canal supermercadista. "En
volumen, el aumento del consumo masivo en supermercados será este año del
5%" en comparación con 2011, dijo recientemente Daniel Fernández,
presidente de la cadena Carrefour.
Dentro de las últimas medidas, el incremento de
25,9% en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y tramos de las asignaciones
familiares definido por el gobierno nacional inyectará más de $7.200 millones
en la economía hasta fin de año. Es muy probable que esta masa se vuelque íntegramente
al consumo interno. El incremento empieza a pagarse en el presente mes de octubre,
por lo que puede traccionar positivamente en el último trimestre de un 2012, en
un contexto en el que la economía llega con un ritmo de crecimiento menor que
los años anteriores: esa inyección de fondos implica subir dos puntos el
consumo privado en lo que resta del año, y a la vez, eleva el piso de
crecimiento para 2013.
“Con el aumento, la AUH pesará medio punto más en
el consumo privado”, explicó el economista del Centro Estratégico para el
Crecimiento y Desarrollo Argentino (Cecreda), Mariano Uccellatore. “De explicar
un 1,5% del PBI, pasará a ser un 2 por ciento”, detalló. Como el beneficio es
otorgado a los sectores de ingresos más bajos (que destinan todo lo que ganan al consumo) el especialista remarca el carácter redistributivo de la medida y
que la velocidad de circulación de lo que gastan estos grupos es muy alta, por
lo que el impacto es mayor.
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