Escenarios electorales distritales y agregado nacional (1)

Una semana atrás escribíamos en un post que la condición de exitoso surfeador de tendencias de Massa entraba en terreno de prueba y que la ancha avenida por la que el candidato apuntaba a transitar para captar votos principalmente del segmento no alineado más otros de  simpatizantes o adherentes del kirchnerismo entraría bajo el fuego cruzado del oficialismo (enfocado en asociar a Martín Insaurralde al oficialismo) y de la oposición (con competidores como Francisco de Narváez, que procura asociar a Massa al kirchnerismo y poner en duda su condición de opositor, y en sentido contrario, aliados como Mauricio Macri y el PRO, que llevarían a Massa a exacerbar su perfil opositor).

En ese proceso, las dos últimas mediciones de la consultora Poliarquía confirmaron que se estrecha la ventaja inicial que tenía Massa respecto del candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria (FPV), Insaurralde: de esos 11 puntos iniciales en favor del intendente de Tigre, la distancia se recortó a entre 7 y 8 puntos porcentuales en la segunda medición y se achicó a 5 en la tercera, lo cual sugiere prácticamente una situación de empate técnico entre ambos candidatos: 32,5% para Massa, 27,4% para Insaurralde.

En la elección del 2009, las tendencias de Poliarquía eran sensiblemente diferentes de las reportadas por otras consultoras (la mayoría de las cuales otorgaban ventana a la fórmula del FPV encabezada por Néstor Kirchner-Daniel Scioli sobre Francisco de Narváez, quien finalmente terminó imponiéndose por 34% a 32%). Este año, en cambio, con matices, todas las consultoras coincidieron en otorgarle una ventaja inicial a Massa y en señalar que la misma se viene acortando en las últimas semanas: para la consultora Latam Research Group, la diferencia entre Massa (34,2%) e Insaurralde (27,8%) es de 6,4%, con Francisco De Narváez tercero, “a más de diez puntos”. Dato clave: según este estudio, el candidato del FpV sacaría 3,4% de ventaja en el Conurbano. Por su parte, para  Isonomía Consultores, Insaurralde (27%) se acerca a Massa (34%), mientras De Narváez (16%) disputa el tercer lugar con Margarita Stolbizer (14%). El consultor Carlos Fara también evaluó que la diferencia de 12 puntos a favor del tigrense se achica a medida que el votante kirchnerista conoce a su candidato.

Fabián Perechodnik, director de Poliarquía, evaluó que “a partir de ahora puede pasar cualquier cosa. Depende, más que nada, de la campaña que decida hacer Massa”. Según Perechodnik, Insaurralde puede crecer más todavía e incluso superar los 30 puntos (tesis esbozada también por el consultor Artemio López, según el cual el candidato del FPV no bajará de los 35 puntos, pudiendo trepar hasta los 40). Perechodnik también considera que parte de ese crecimiento puede significar una caída en el porcentaje de votos de Massa, en particular del 25% que se mostró dispuesto a elegirlo, pero que todavía se siente cerca de Cristina Fernández y del gobernador Daniel Scioli, quienes tienen en la campaña electoral tanto o más protagonismo que el mismo Insaurralde: hecho, la estrategia elegida por el kirchnerismo es plebiscitaria, nacionalizando la elección en todos los distritos.

Ante este escenario, Massa hizo exactamente lo que el consultor Perechodnik evaluó como salida: profundizar su perfil opositor, lo que pone en situación de competencia neta con los votos de los candidatos Francisco De Narváez (FULT) y Margarita Stolbizer (Frente Cívico), que tienen, respectivamente, un 13,1% y 11,7% de intención de voto: según Perechodnik, Massa “ahí tiene un 30% del padrón que podría llegar a elegirlo” (considerando el tercio de votantes anti-K que implica la hipótesis muchas veces expuesta ya en este blog de los tres tercios). 

Es una apuesta de riesgo, ya que implica una campaña mucho más confrontativa que la definida inicialmente por el candidato, lo cual puede, por ejemplo, desorientar a algunos segmentos del electorado que manifestaban una preferencia por Massa debido a ese posicionamiento inicial ”equilibrado” entre el kirchnerismo y el antikirchnerismo, a los cuales puede no convencer el viraje del candidato; por otro lado, inicialmente la irrupción de Massa efectivamente erosionó el voto de los candidatos netamente opositores de Narváez y Stolbizer: hay que ver si efectivamente Massa aún tiene terreno para crecer entre esos electores, o si los candidatos de FULT y el Frente Progresista ya tocaron un piso. Está claro que Massa está perdiendo en el voto filo-K: “los que se sienten cercanos al kirchnerismo, a la hora de los bifes, lo van a terminar votando a Insaurralde”. Dicho una vez más, la elección de este distrito resulta estratégica para el agregado nacional, dado que concentra el 39% de los votos del total país: si el FPV consolida allí su tercio de votantes (o si, como apunta López, lo supera, algo que parece plausible, dado que el FPV obtuvo en 2009 el 32% en esa provincia) eso le proporciona una base electoral sólida desde la cual sumar lo que despliegue el oficialismo en demás distritos claves, muchos de los cuales están arrojando, según las últimas encuestas, proyecciones más favorables que los resultados obtenidos por el oficialismo en 2009.