Con los
dirigentes del oficialismo y la oposición ensayando armados políticos para
fortalecer su posicionamiento inicial y alianzas de cara a forjar coaliciones
más amplias (condición básica para competir con chances en el 2015), los
movimientos que se observan en estas semanas dejan traslucir algunas líneas de
fuerza que vale la pena analizar.
En el oficialismo, brotaron varias candidaturas de
tipo “globo de ensayo” (Florencio Randazzo, Aníbal Fernández), sin
que puedan descartarse tampoco a los ya considerados en entradas anteriores (como Jorge Capitanich y gobernadores de la liga “K”, Sergio Uribarri, José
Alperovich y Juan Manuel Urtubey) ni a otros posibles referentes, como
Julián Domínguez. Sin embargo, el precandidato oficialista que tiene más
avanzado su armado (y el que cuenta con mayor poder territorial relativo) es el
gobernador Daniel Scioli ensaya una estrategia que le permite apoyarse en la
tradicional estructura del PJ (con aceitados reflejos para conservar el poder
más allá de los liderazgos “epocales”) y a heredar lo más que pueda del caudal electoral
del kirchnerismo, pero desde una versión nítidamente más moderada (lo que le
granjea, como es sabido, la desconfianza de los kirchneristas de paladar
negro).
Esta estrategia no sólo es fiel a la filosofía
sciolista de acompañar los ciclos políticos hasta su final, manteniendo los
pies dentro del plato (recordemos que inició su carrera política durante el
menemismo), sino que también es consistente para competir en el 2015
diferenciándose de Sergio Massa, quien optó por la ruptura neta con el
oficialismo en 2013 (lo derrotó en la estratégica provincia de Buenos Aires). Scioli
no sólo apuesta a heredar al kirchnerismo, sino a que el peronismo ortodoxo rechace a Massa como a un “cuerpo extraño”
Habiendo “renunciado” al sello PJ (con las
oportunidades, pero también los riesgos, que eso conlleva), el tigrense Massa, líder
del Frente Renovador, busca una coalición más abarcativo para el 2015, para lo
cual seduce a referentes de la centroderecha (espacio que disputa con el PRO
liderado por Macri, otro potencial competidor para la próxima presidencial) y dirigentes
del radicalismo (Radicales en el Frente, con el intendente de San Isidro, Gustavo
Posse como la figura más visible hasta ahora) y del peronismo distanciados de
las líneas dominantes al interior de esas fuerzas (entre ellos, varios intendentes
de provincia de Buenos Aires). Asimismo, como hemos destacado, Massa sabe que
para tener chances en 2015 debe avanzar sobre otros distritos, trabajo
territorial que también lleva adelante compitiendo con los mencionados espacios
y fuerzas políticas.
El PRO, a su turno, percibe cómo la competencia por
el espacio de centroderecha con Massa se hace más virulenta: esta semana, Massa
logró el pase de un dirigente demócrata de Mendoza (Jorge Difonso) a su frente,
cuando en ese distrito Macri contaba con un acuerdo con el Partido Demócrata. El
problema del PRO es que no sólo compite con Massa por un segmento del segmento
del electorado donde pueden abrevar tanto Macri como el tigrense, sino que ambos
comparten también la necesidad de crecer en despliegue territorial más allá de
la zona metropolitana, lo cual preanuncia que chocarán con frecuencia al tratar
de articular coaliciones más amplias de cara al 2015.
Por el lado de la UCR y el socialismo, el desafío de articular un frente en común espacios sigue presente, y cuesta arriba, habida cuenta de que aun dentro del radicalismo permanece latente una puja por las candidaturas y el poder partidario no del todo zanjada. Esta semana, esa situación de indefinición (que deja a la UCR sin un interlocutor único reconocido y legitimado para negociar estrategias y fórmulas hacia 2015 con el socialismo, espacio que aparece más alineado y encolumnado) se puso en evidencia con las reuniones que celebraron, por un lado, del radical Ernesto Sanz y el socialista Hermes Binner, y el también radical Julio Cobos con Fernando Solanas (Proyecto Sur-UNEN). Si a este cóctel se agrega la influyente e imprevisible Elisa Carrió (quien volvió a recuperar protagonismo en las elecciones de 2013), queda claro que este espacio aún tiene un trecho largo que recorrer para construir una coalición amplia que se posicione como alternativa de gobierno en 2015.
Mariotto: "Scioli es el candidato más instalado del FpV" (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=725166). Hay fumata blanca?
ResponderEliminarGracias Anónimo por tu aporte! Una de las hipótesis (o más bien conjeturas) de este blog es la "inevitabilidad" de un acuerdo en ese sentido... volveremos sobre esta cuestión, seguramente...
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