Aun cuando el núcleo duro del voto oficialista parece mantenerse, está claro que entre un 30 y 33% de los votos es una buena base electoral, pero no alcanza para ganar en primera vuelta eludiendo el ballotage (sobre la hipótesis de que el oficialismo sólo tiene chances así, no si hay segunda vuelta). De acuerdo a los últimos datos de las encuestas conocidas, Daniel Scioli es el precandidato del FPV que más cerca está del caudal electoral del oficialismo: según Artemio López (cuya posición es francamente contraria a la de llevar al gobernador bonaerense como candidato del espacio), en diciembre Scioli medía 28,5% a nivel nacional, 10 puntos porcentuales más que Florencio Randazzo (18,2%) y muy por encima de otros precandidatos como el gobernador bonaerense Sergio Urribarri (7,5% )y el diputado nacional Julián Domínguez (5,7%).
Según Carlos Fara, “hoy tenemos a Daniel Scioli con 28% de intención de voto cuando se mide solo un escenario de cinco candidatos (Scioli, Sergio Massa, Mauricio Macri, Julio Cobos o Hermes Binner y Jorge Altamira), el más realista de primera vuelta. Proyectado da cerca de 31 puntos. Venimos viendo que el Frente para la Victoria puede llevarse alrededor de un tercio de los votos. Eso significaría que faltarían 8 puntos para ganar en primera vuelta, frente a un escenario opositor dividido. Es la hipótesis de algunos entusiastas del Gobierno Nacional que ven el triunfo al alcance de la mano, y de algunos opositores que hacen análisis poco profesionales”. Luego, el consultor se pregunta si el kirchnerismo está a sólo 8 puntos de ganar, y argumenta lo siguiente: “Es relativo. En primer lugar, esto no se trata de ´tengo 7 caramelos, y tengo que llegar a 10: ergo solo me faltan 3 caramelos; y como los otros tienen menos caramelos que yo, entonces tengo más posibilidades´. La cuenta correcta debe ser esta: ¿cuánto dinero tengo para comprar los 3 caramelos que me faltan? Y ahí está la clave: el que tiene 7 ya no tiene potencial para comprar lo que resta; el mayor potencial lo tienen Massa y Macri”.
Del análisis de Fara se deduce lo siguiente: el candidato kirchnerista, cualquiera sea, tiene menos chances de crecer por fuera del espacio, porque el voto filo-K se agota en el tercio alineado, mientras que los dos tercios restantes son anti-K o no K. Por otro lado, si las tendencias no varían significativamente en los próximos meses, es dudoso que alguno de los candidatos alternativos a Scioli pudiera mejorar su performance de acá a las primarias de agosto. Las mediciones de Jorge Giacobbe(h), director de Giaccobe y Asociados, divergen de las de Fara y López en datos clave (tiene a Macri con 28% y a Massa y Scioli con el 19%), pero coinciden con ellos y con otros consultores en el dato de que entre Scioli y Randazzo sin duda está mejor posicionado el primero. “Scioli le lleva bastante ventaja. Randazzo representa el kirchnerismo negro. Si en una interna este último perdiera, según lo que diga la presidenta se votaría por Scioli, quien es más accesible”. Es decir, el voto FPV tendería a volcarse hacia el candidato ganador de la “interna” oficialista (resuelta en este caso en las primarias de agosto, salvo que antes de ella se defina otro mecanismo para la sucesión), dado que resulta un segmento electoral “alineado”.
Pero no se trata sólo de cifras: el punto es que el voto duro del espacio difícilmente puede crecer más allá de su tercio teórico (recordemos que el piso del kirchnerismo oscila entre el 27% que reconfirmó en sus mediciones Management & Fit y el 33% promedio que obtuvo en las elecciones legislativas de medio término del 2009). Entonces, para proyectarse por encima de los 33 puntos y ganar en primera vuelta un candidato del FPV necesita captar votos que no son anti-K (se supone que estos irían a Macri, Massa y a otras figuras opositoras), pero tampoco K alineados. En otras palabras, mientras más “K” sea el candidato, menos chances de crecer tiene por fuera del espacio (es nuestra opinión; Artemio López piensa justo lo contrario, pero ya revisamos sus argumentos en post anteriores y sostenemos nuestra posición, más cercana a la de Carlos Fara). En tanto, Scioli, aun siendo desde un enfoque "doctrinario" el menos K de las figuras del espacio pan-oficialista, es el que mide más cerca del caudal del FPV y, por su perfil, el que cuenta con más potencial para captar votos no K.
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