Decíamos que si nos quedamos con el promedio "Nate Silver" de todas las encuestas revisadas, resulta un panorama en el que Daniel Scioli ronda los 40 puntos, pero está lejos del 45%; Mauricio Macri supera apenas los 30 puntos, y Sergio Massa ronda los 19. Puesta así, es una elección abierta y con más incertidumbres que certezas: el FPV no puede estar seguro de ganar en primera vuelta, aunque tampoco es una posibilidad descartada; Cambiemos podría llegar a segunda vuelta, pero también podría perder en primera. La única certeza está dada en el orden de los candidatos y sus respectivos frentes: Scioli primero, Macri segundo y Massa tercero, casi sin chances de competir con Macri por el lugar de principal opositor. Esta última certeza viene dada por el hecho de que, a diferencia de las primarias presidenciales del 2011, que dejaron una situación de “tablas” entre Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Hermes Binner (al punto que el socialista, pese a haber obtenido menos votos en las PASO de ese año, luego superó al candidato radical y al peronista disidente), en las de agosto pasado sí quedó claro quién fue el mejor segundo: Macri.
Aunque no puede hablarse propiamente de un escenario de polarización mientras Massa sostenga cierto nivel de intención de voto, el caudal del tigrense parece insuficiente para arrimarse a la pelea mayor, pero suficiente para forzar un ballotage entre Scioli y Macri. De romperse este escenario hacia uno de polarización, la clave es entender que a los dos no les sirve cualquier polarización: repasando nuestras hipótesis de post anteriores, de cara a octubre a Scioli le vendría bien una polarización máxima (hipótesis 1), que drenara el voto de Massa hasta dejarlo en un 2,9%, para así trepar hasta el 46,1%, guarismo que lo consagraría en primera vuelta (implicaría subir 7,4 puntos respecto de las PASO). Esa polarización, en cambio, no le serviría a Macri: aunque una dinámica así lo llevaría hasta el 40,4%, lo que implicaría una suba muy sustantiva de 10,3 puntos respecto de las PASO y achicar la brecha con Scioli a menos de 6 puntos porcentuales (contra los más de 8 que dejaron las PASO), al haber superado el candidato del FPV el 45% se clausura la posibilidad de ballotage. El consuelo para Macri es que esta polarización máxima es la hipótesis menos probable.
La hipótesis que mejor le sienta a Macri es la 2, de polarización mínima. Decíamos que en ese caso Massa llegaría a 15,1%, Scioli al 41% y Macri al 33,3%, lo cual obligaría a una segunda vuelta. En este caso, tanto el FPV como Cambiemos crecerían poco entre las PASO y octubre: apenas 2,3 puntos porcentuales y 3,2 puntos porcentuales, respectivamente. La brecha entre Scioli y Macri (medida por frente y no por candidatos) caería levemente, de poco más de 8 puntos a unos 7,7 puntos porcentuales. Esta hipótesis 2, decíamos, es más probable que la 1. Si miramos el promedio de las encuestas hasta ahora, podemos decir que se acerca bastante a este panorama.
Sin embargo, no sería raro que, conforme se acerque la fecha de la elección, hubiera una dinámica de más polarización: es lo que opinan analistas como Juan Germano, director de Isonomía Consultores. En este caso, podemos repasar nuestra hipótesis 3 de polarización intermedia: 43,6% para Scioli (+4,9% respecto a las PASO) 36,9% para Macri (+6,8 respecto a las PASO) y 9% para Massa (menos probable que la 1 de mínima polarización, pero ciertamente más probable que la 3 de máxima). En este caso, la diferencia entre Scioli y Macri se reduce de 7,7 a 6,7 puntos. Para una aproximación alternativa a la nuestra respecto a las diferencias probables entre Scioli y Macri, podemos citar el cálculo de la probabilidad de que el FPV obtenga una determinada ventaja sobre Cambiemos que construido por LPO con su herramienta “Diferencias” del Observatorio de Encuestas: según esa estimación, Scioli le sacará 5 puntos a Macri con certeza casi absoluta (99,9% de probabilidad). Esa probabilidad cae a 82,9% cuando la diferencia se estira a 7,5 puntos y a apenas 8,3% de probabilidad de que le saque 10 puntos (gráfico de arriba).
Aunque no tan favorable a Scioli como la hipótesis 1 de máxima polarización, la 3 claramente beneficia más al FPV que a Cambiemos, pues el candidato oficialista queda a sólo 1,4 puntos porcentuales del 45% que lo consagra en primera vuelta. Bastarían unos 5 puntos de voto en blanco para llegar a ese guarismo, cifra que no es descabellada si tenemos en cuenta que en las PASO hubo 4,27% de voto en blanco y que 5 frentes electorales se quedaron sin expresión ni candidato en esa instancia, por no llegar al mínimo de 1,5%: Frente Popular, MAS, MST, Movimiento de Acción Vecinal y Partido Popular. La sumatoria de esos frentes en las PASO da 1,96%, casi 2 puntos que podrían sumarse al 4,27% y totalizar 6,23% de votos en blanco, que facilitarían al FPV quedarse con la presidencia en octubre. Por supuesto, no puede descartarse que parte de ese caudal vote positivamente por alguno de los candidatos que siguen en carrera hacia octubre, pero difícilmente el voto en blanco pueda retroceder por debajo de los 4 puntos, dado que ese guarismo está en la zona del piso histórico.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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