viernes, 30 de noviembre de 2018

Hacia el 2019: territorialidad, implantación distrital y cronograma electoral (4)

Al igual que en Córdoba, las encuestas en Entre Ríos muestran una evaluación muy positiva para el gobernador del PJ Gustavo Bordet: casi 73% tiene imagen positiva y apenas 21,3% negativa (ver datos al costado; click para agrandar). La evaluación de gestiones también es favorable al oficialismo provincial: casi 66% de positiva, contra 44% positiva para Macri (ver datos abajo; click para agrandar). Las diferencias con el distrito Córdoba no son estadísticamente significativas si comparamos estas tendencias con los datos de M&F, si bien hay matices de medición: 71,1 de aprobación para la gestión de Juan Schiaretti (vs casi 27% de desaprobación) y 42% de aprobación para Macri, con casi 66% de desaprobación. 


Sin embargo, la intención de voto aparece mucho más disputada en Entre Ríos según las mediciones de Aresco, mientras que la de Córdoba (que votará el 12 de mayo de 2019) muestra una ventaja más abultada para Schiaretti: como vimos, el promedio de encuestas en Córdoba (la citada de M&F en el posteo anterior, más datos propios y mediciones de Isonomía y Analogías) arroja para el gobernador y líder del PJ/UPC 48,1% de intención de voto contra un 17% promedio para dos eventuales contrincantes de Cambiemos (el diputado nacional Mario Negri y el intendente Ramón Mestre, ambos radicales) y un 7% para el potencial candidato de Córdoba Ciudadana, Pablo Carro. Si en vez de tomar para Entre Ríos la encuesta de Aresco tomamos la medición del encuestador José Torres realizada en septiembre pasado, el panorama para Bordet mejora, ya que le saca casi 9 puntos porcentuales (8,6 pp) de ventaja a Frigerio: 36,3% a 27,7%, con 13,6% para el precandidato de Unidad Ciudadana (ver datos abajo; click para agrandar). 




Si el candidato de Cambiemos fuera Benedetti, la ventaja de Bordet se amplía hasta 15,4 pp: 38,2% a 22,8%, mientras que Unidad Ciudadana se mantiene en torno al 13% (ver datos abajo; click para agrandar). Es decir, de acuerdo a estos datos, aun con el kirchnerismo compitiendo dentro del espacio pan-justicialista Bordet tendría a priori chances de mantener el poder, ya que estas tendencias son más favorables que las que vimos en el estudio de Aresco. 




El estudio de José Torres coincide con el de Aresco en el registro de una alta valoración positiva del gobernador: 67%, contra casi 20% de negativa (ver datos abajo; click para agrandar). 



En el caso de San Juan, el director del IOPPS, Antonio De Tommaso, apuntó que actual gobernador Sergio Uñac (PJ) ronda el 65% de imagen positiva y su gestión cuenta con una aprobación del 70%. "Acá no hay casi diferencia entre su imagen positiva y su gestión, esta diferencia si está por ahí en algunos municipios (...) Esta es una elección donde hay un preferido por eso no van a haber más de cinco candidatos a gobernador, hemos tenido hasta 10 en algún momento pero en 2019 estará el PJ, Cambiemos, la Izquierda, ADN y puede aparecer alguno más", explicó. En cuanto a la disputa por la elección de gobernador, el consultor destacó que "no da igual cuál sea el candidato de Cambiemos; no es una diferencia exagerada porque hay votos que elegirían a cualquiera del macrismo, pero la última encuesta arrojó 60% para Uñac y 24% para Marcelo Orrego", puntualizó. Así, de 4 distritos (Córdoba, Entre Ríos y San Juan, estos 3 gobernados por el PJ, y uno propio, PBA), ninguno presenta hoy una ventaja decisiva para Cambiemos de cara a las elecciones de gobernador del 2019. En este marco, atendiendo al cronograma electoral del año próximo, cobra interés la incógnita de si PBA votará gobernador junto con la elección de presidente en octubre o adelantará ese comicio, lo que anularía la eventual tracción recíproca entre los tramos de gobernador y presidente. 

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Hacia el 2019: territorialidad, implantación distrital y cronograma electoral (3)

Decíamos en el posteo anterior que el despliegue territorial es clave para cualquier coalición que aspire a ganar la presidencia en 2019. Las elecciones de medio término muestran en esa dimensión una ventaja de Cambiemos y de Unidad Ciudadana respecto al incipiente armado de "Alternativa Federal", que trata de articular con gobernadores para paliar esa debilidad. A ese déficit se suma la desventaja que muestran las encuestas para esa formación: si a la serie de 16 encuestas nacionales le agregamos la de Aresco citada en la entrada previo, tenemos con 17 mediciones un promedio de 30,2% para Unidad Ciudadana, 29,8% para Cambiemos y 13,7% para la sumatoria del peronismo antiK y el massismo. Mientras se registra un empate técnico en la disputa por la primera minoría electoral (ya que la brecha de 0,4 puntos porcentuales a favor del kirchnerismo no es estadísticamente significativa), el tercero en cuestión está 16,1 pp detrás del segundo, distancia que lo dejaría fuera del ballotage si las elecciones fueran hoy. 


Adicionalmente, la variable territorial es clave porque puede crear un clima de opinión favorable a la continuidad o al cambio de poder en la presidencia. Con elecciones de gobernador separadas de las presidenciales, si bien los electores pueden votar de una manera para el cargo provincial y de otra diferente para el nacional (de hecho, viene siendo así mayoritariamente), una sucesión de resultados favorables a Cambiemos en los comicios provinciales podría impregnar positivamente la campaña, mientras que sucesivos reveses contagiarían de pesimismo la marcha hacia las PASO o hacia octubre. En ese marco, las tendencias en distritos clave como Córdoba y provincia de Buenos Aires son seguidas con atención. El promedio de encuestas en Córdoba (la citada de M&F en el posteo anterior, más datos propios y mediciones de Isonomía y Analogías) arroja para el gobernador Juan Schiaretti (UPC) 48,1% de intención de voto contra un 17% promedio para dos eventuales contrincantes de Cambiemos (el diputado nacional Mario Negri y el intendente Ramón Mestre, ambos radicales) y un 7% para el potencial candidato de Córdoba Ciudadana, Pablo Carro. Si la elección fuera hoy, esos 20 puntos porcentuales de brecha serían un serio revés para Cambiemos en un distrito que ganó con holgura en las legislativas nacionales de 2017 y también un retroceso respecto al resultado que logró esa alianza en las elecciones de gobernador de 2015, donde quedó detrás de Schiaretti por menos de 7 pp (ver las tendencias según M&F en los datos arriba; click para agrandar). 



Con un resultado abierto en PBA (el 38,2% para Vidal y 35,4% para Kicillof implica un empate técnico; ver datos arriba, click para agrandar), el cronograma electoral podría hacerse cuesta arriba para Cambiemos en dos elecciones decisivas, que no necesariamente marcan tendencia para la presidencia pero sí influyen en el clima de opinión que acompaña a la carrera electoral. 


En el caso de PBA, más allá de la foto preelectoral de hoy, aparece como más desafiante el pesimismo respecto al gobierno nacional: 6,4 de cada 10 electores bonaerenses no creen que Cambiemos pueda resolver los problemas del país, contra apenas 2,5 que sí lo creen (ver datos arriba; click para agrandar), según Circuitos Consultora. Un pesimismo similar se ve en las expectativas respecto a la situación económica doméstica: casi 62% de negatividad, contra casi 20% positivo (ver datos abajo; click para agrandar).



En el caso de otro distrito importante que hoy gobierna el peronismo no K y en donde Cambiemos tiene aspiraciones por la victoria de Macri en las presidenciales de 2015 y la de la alianza en las legislativas de 2017, Entre Ríos, según Aresco la elección aparece como más auspiciosa para el oficialismo nacional. Hoy se perfila un empate técnico (con leve ventaja para el peronismo) en el escenario Bordet-Benedetti (ver datos abajo; click para agrandar): 3,4 pp.


También hay empate técnico, pero con leve ventaja para Cambiemos, en el escenario Frigerio-Bordet (ver datos debajo; click para agrandar): 3,6 pp. Así, el actual ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, se perfila como un candidato más competitivo para Cambiemos en ese distrito. 


En cambio, si no hubiera lista del kirchnerismo, la ventaja es de 10,2 pp (estadísticamente significativa) a favor del gobernador Bordet en el escenario contra Benedetti (ver abajo; click para agrandar).  


En cambio, si no hubiera lista del kirchnerismo y el candidato de Cambiemos fuera el ministro Frigerio, el escenario vuelve a un empate técnico (ver abajo; click para agrandar): 1,3 pp. En cualquier caso, el escenario permanece abierto en Entre Ríos (gobernada por el PJ) y PBA (gobernada por Cambiemos), mientras que resulta a priori favorable al PJ. 



domingo, 25 de noviembre de 2018

Hacia el 2019: territorialidad, implantación distrital y cronograma electoral (2)


El principal problema de posicionamiento que enfrenta el espacio provisoriamente denominado "Alternativa Federal" es que sus figuras no tienen resuelta su condición opositora de cara al clivaje nacional: ¿disputan el poder a Macri (el actual gobierno) o se lo disputan a CFK (la ex presidenta)? En la medida en que esa pregunta eje no tenga una respuesta clara, será difícil que ese frente embrionario consolide una performance suficientemente competitiva para ubicarse al menos como la segunda lista más votada, condición necesaria para entrar al ballotage que hoy, a diferencia de lo que sucedía en las elecciones legislativas de hace poco más de un año, asoma como inevitable. La encuesta más reciente de la consultora Aresco confirma el panorama que venimos revisando: se trata de un relevamiento realizado del 20 al 21 de noviembre, sobre una muestra de 4.631 electores mayores de 16 años de todo el país (con un margen de error de +/- 1,47%) y recabados de manera telefónica. La intención de voto para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) y la primera vuelta son similares: Cristina Fernández aparece al frente en ambos casos, con 31,9% y 33,3%; Macri la sigue de cerca, con 30,7% y 32,6%. La brecha a favor de CFK en el primer caso es de 1,2 puntos porcentuales y de 0,7 pp en el segundo. En cualquier caso, se trata de un empate técnico. Las dos variantes medidas del "PJ Federal", Sergio Massa y Juan Urtubey, aparecen rezagadas y no llegan a los dos dígitos; aun haciendo una sumatoria lineal de ambos dirigentes (13,1%), el espacio queda más de 15 puntos por detrás del segundo y fuera del ballotage (ver datos arriba; click para agrandar).


En comparación con la medición anterior, se advierte que la leve ventaja a favor de CFK se produce por una suba propia de casi 2 pp y una baja de 1,1 pp de Macri. Si bien todas las variaciones son estadísticamente no significativas y no rompen el empate técnico, insinúan una bisagra en el sentido de que, por primera vez, ubican a la ex presidenta por delante del actual mandatario. Al mismo tiempo, se observa que en el escenario de PASO tanto Massa (-0,8 pp) como Urtubey (-1,5 pp) muestran leves caídas en la comparación con el mes anterior; aunque también son variaciones estadísticamente no significativas, los datos sugieren que ambos se alejan de la disputa mayor al mismo tiempo que CFK se consolida como la principal opositora (ver datos arriba; click para agrandar). Es decir, la polarización simétrica entre Unidad Ciudadana y Cambiemos (con ambas fuerzas en torno al 30% de intención de voto) obtura las chances de que una tercera posición pueda colarse en la pelea principal, ya que los frentes que se disputan la primera minoría electoral claramente cuentan no sólo con núcleos duros más consolidados sino con un volumen mayor. 


En las proyecciones del ballotage se da algo parecido a las PASO (que, recordemos, será en agosto)  y a la primera vuelta (prevista para octubre). CFK se ubica apenas por encima de Macri: 39,3% a 38,8%, una brecha de 0,5 pp que repite el patrón de empate técnico (ver datos arriba; click para agrandar). Observando la serie evolutiva, nuevamente se insinúa un punto de inflexión: por primera vez la ex presidenta se pone arriba del actual mandatario (ver datos abajo; click para agrandar). En julio pasado también estuvieron muy cerca, pero con Macri arriba. 


La encuesta de Aresco también perfila un escenario electoral para la gobernación bonaerense, que muestra un panorama muy competitivo entre la gobernadora María Eugenia Vidal (38,2%) y el ex ministro Axel Kicillof (35,4%), ya que la brecha de 2,8 pp a favor de la mandataria no es estadísticamente significativa. Ese empate técnico relega al potencial candidato del PJ antiK, Florencio Randazzo, a un 11%, muy lejos de la pelea mayor aunque se lo mida mencionando el apoyo de Massa, el principal referente del espacio (ver datos abajo; click para agrandar). Como nota metodológica, se midieron los cargos de gobernador por separado de la presidencial. 


La serie histórica muestra que Kicillof capitaliza el apoyo de CFK, con una gran estabilidad en el evolutivo (ver datos abajo; click para agrandar). Si bien imponerse en la elección provincial es más sencillo que en la nacional (se vota a una sola ronda y se gana por un voto), el hecho de que las encuestas muestren hoy a Cambiemos sin chances de ganar la gobernación de Córdoba, el segundo distrito de mayor peso electoral (como vimos en el posteo anterior) y con chances de perder en la estratégica provincia de Buenos Aires (el distrito de mayor peso) implica un claro giro respecto al panorama electoral de hace un año, cuando el oficialismo planeaba una triple reelección (Macri en Nación, Vidal y PBA y Rodríguez Larreta en CABA) sin mayores sobresaltos. 

De todos modos, Cambiemos se mantiene competitivo tanto en primera vuelta como en ballotage y falta un año largo para la elección decisiva. En cambio, los tiempos para Alternativa Federal, que hoy se ubica tercero y lejos, son mucho más acotados. Massa fue derrotado por Cambiemos y CFK en 2017 y hoy se mantiene en condición de tercero en las encuestas, lejos de la disputa por la primera minoría. La lista del gobernador salteño Urtubey perdió el año pasado frente a Cambiemos y estuvo cerca de caer frente a la del kirchnerismo; hoy se ubica claramente por detrás del tigrense en las encuestas (y sin implantación territorial en la estratégica PBA). Si volvemos a los resultados electorales del 2017, lo mismo sucedió en otros distritos que hoy no tienen presidenciables de cara al 2019, pero se sacan fotos con los referentes del PJ antiK: en Córdoba, Entre Ríos y Chaco, el PJ gobernante en cada provincia cayó ante Cambiemos el año pasado. En síntesis, los referentes del PJ anti K enfrentan el dato de que los dos dirigentes opositores que más miden hoy no fueron con el sello del partido en la elección del año pasado: CFK (con Unidad Ciudadana) y Massa (con 1País). Por eso, cuando Schiaretti, Urtubey y Pichetto plantean que la expresidenta dejó el partido y por lo tanto no tienen nada que armar con ella, ocultan el dato que Massa está en la misma situación (lidera el Frente Renovador) y sin embargo se sientan a la misma mesa con él, contradicción que está en la base del problema de posicionamiento que venimos apuntando. Si fuera una cuestión de sellos, Massa también debería quedar afuera; pero claro, con 1.450.000 votos el año pasado (1 millón de ellos en PBA) eso resulta impensable, ya que menguaría el potencial caudal del espacio en 2019. Si el promedio de 16 encuestas nacionales con Massa adentro les da 13,6%, ¿cuánto mediría ese frente sin Massa, que es como decir sin implantación distrital en la provincia que pesa 37% en el total del electorado nacional? Sin duda, menos. Por otro lado, recordemos que el control del PJ volvió al ex gobernador de San Juan José Gioja (un aliado de CFK) luego de la fallida intervención de Luis Barrionuevo; así, los peronistas antiK hoy no pueden contar con que tendrán disponible ese sello nacional para oponerlo (o para "vetar" a la ex presidenta). 

Hacia el 2019: territorialidad, implantación distrital y cronograma electoral (1)

En las elecciones legislativas de 2017 Cambiemos se presentó con ese sello y/o con aliados en casi la totalidad de los 24 distritos del país (con la notable excepción de CABA), constituyéndose en la fuerza con mayor territorialidad e implantación distrital. Obtuvo el 42% de los votos a nivel país. Unidad Ciudadana, nuevo sello del FPV, se presentó con ese signo político o integrando frentes aliados en 21 distritos: alcanzó el 24% de los votos en el total nacional. El massismo, aliado al GEN de Margarita Stolbizer en provincia de Buenos Aires (PBA), se presentó en 10 distritos y alcanzó el 6% de los votos en el país. El PJ anti K tuvo representación en 5 distritos y alcanzó el 10%. Un año y un mes después de esas elecciones, el promedio de 16 mediciones nacionales da 30% para Unidad Ciudadana y 29,7% para Cambiemos. Ese empate técnico arroja un claro retroceso del oficialismo (-12 puntos porcentuales), un avance de la principal fuerza opositora (+ 6 pp) y un quiebre: hace un año, Macri se perfilaba para ganar la elección en primera vuelta; hoy, no podría evitar el ballotage. En ese promedio de encuestas, el espacio denominado Alternativa Federal alcanza 13,6%, con lo cual quedaría afuera del ballotage (tal como le sucedió a Massa en 2015). 

Si tomamos la encuesta de Synopsis más reciente, el resultado es el siguiente: 31,9% para Cambiemos, 30,8% para Unidad Ciudadana, 9,1% para el Peronismo Federal (ver datos arriba; click para agrandar). Para las dos primeras fuerzas el resultado casi no varía (+ 0,8 pp en el caso de UC, + 2,2 pp para Cambiemos), mientras que en el caso del Peronismo no K hay una merma de 4,5 pp, que si bien estadísticamente no termina de ser significativa implicaría un debilitamiento para un espacio que quiere meterse dentro de la disputa mayor. Aun si le sumáramos a este espacio el caudal del progresismo (7% en la encuesta de Synopsis), la suma lineal no cambia el resultado y esa "tercera vía" se queda fuera del ballotage. Además, que se concretara esa suma lineal depende no sólo de un acuerdo exitoso de más de tres bandas sino de alinear a electores muy volátiles, por fuera del núcleo duro K y antiK o Cambiemos y antiCambiemos; algo extremadamente difícil. Volvamos, por lo tanto, al promedio del 13,6% de ese espacio: se trata de la media aritmética que logran en las 16 encuestas mencionadas la suma de Sergio Massa, Juan Urtubey, Miguel Pichetto y otros eventuales candidatos de ese frente embrionario. Sin embargo, el que más suma es Massa, por una clara ventaja de implantación territorial en la estratégica PBA. Por lo tanto, tener un pie fuerte en PBA es clave para cualquier fuerza que se pretenda competitiva. El otro problema irresuelto de este espacio (y el más importante) es el posicionamiento general de cara al 2019. Es decir, siguen sin definir si son más opositores a Macri que a CFK, o viceversa, aunque el voto de sus legisladores nacionales en estos 3 años claramente los ha mostrado más cerca del gobierno nacional. Es posicionamiento oficia-opositor u opo-oficialista puede haber arrojado beneficios en términos de gestión y quizá de gobernabilidad recíproca, pero ciertamente en términos electorales no les ha resultado rentable en los comicios nacionales: en 2017 Massa perdió en PBA frente a Cambiemos y la lista de CFK, y hoy la representación política en ese distrito clave sigue polarizada entre esas fuerzas. Según un estudio realizado por Circuitos Consultora en PBA, el 31,8% de los electores bonaerenses se siente representado por CFK y sus referentes, el 28,8% por Macri y otros oficialistas y el 10,1% por Massa y aliados (ver datos abajo; click para agrandar). 

Como puede observarse, el dato de PBA resulta muy similar al del total nacional, hasta el punto de que algunos analistas lo toman como un fuerte predictor del resultado general. Claramente, la persistencia de la ex presidenta en términos de liderazgo opositor les quita chances a los dirigentes "alternativos" del espacio pan-justicialista en el escenario nacional, y el proceso político desde el resultado de octubre pasado hasta hoy, lejos de limar la figura de CFK, la consolidó como referencia. Así, a esos referentes les falta volumen en las elecciones nacionales para romper la polarización entre Cambiemos y el kirchnerismo, aunque ciertamente esos oficialismos sí son fuertes en elecciones ejecutivas provinciales. Ese es un dato clave teniendo en cuenta que el calendario electoral de 2019 muy probablemente sea largo, con muchas elecciones distritales separadas de las presidenciales de octubre. La hipótesis más fuerte hoy es que habrá al menos 17 provincias que van a votar antes de la elección presidencial; si bien la conducta electoral para las elecciones de gobernador no refleja la intención de voto a presidente, Cambiemos cree que una sucesión de malos resultados en las provincias podría crear una ola desfavorable para la PASO de agosto o la primera vuelta de octubre. 



El caso de Córdoba es uno de los más emblemáticos, ya que fue el distrito que inclinó el ballotage del 2015 a favor de Macri (con alrededor del 70% de los votos) y el año pasado acompañó a Cambiemos con el 48%. El más reciente estudio de la consultora Management & Fit muestra escenarios para gobernador muy diferentes del contexto que se tradujo en esas cosechas electorales favorables. Sobre una muestra de 800 casos relevados entre el 23 y el 31 de octubre (con un margen de error de +/- 3,5%) en la provincia que se constituye como el segundo distrito electoral del país detrás de Buenos Aires, hoy, el presidente tiene más números negativos que positivos: casi el 56% de los cordobeses desaprueba la gestión nacional, contra un 42% que la aprueba, de lo que resulta un diferencial negativo de -13,9%. Otro referente de Cambiemos en la provincia, el intendente de la capital, Ramón Mestre, muestra una performance apenas más desfavorable: 39,8% de aprobación y 58,3% de desaprobación, lo que resulta en un diferencial negativo de 18,5%. Por contraste, el gobernador Juan Schiaretti tiene 71,1% de aprobación en su gestión y apenas 26,7% de desaprobación, lo que deja un diferencial positivo de 44,4% (ver datos arriba; click para agrandar). 



Según la misma encuesta de M&F, el gobernador Schiaretti se perfila para ser reelecto. El actual mandatario le saca más de 20 puntos a sus rivales radicales de Cambiemos: 21,4 pp al diputado nacional Mario Negri (ver datos arriba; click para agrandar) y 29,1 pp al intendente de Mestre (ver datos abajo; click para agrandar). Se asume que Unión por Córdoba separará la elección local de la nacional, como viene haciendo el PJ cordobés desde hace años, con lo cual el resultado de gobernador de Córdoba sería desfavorable para los representantes locales de Cambiemos en la previa de las elecciones nacionales en las que el oficialismo se jugará la continuidad en el poder.


viernes, 23 de noviembre de 2018

Repasando escenarios preelectorales: el PJ no K, entre la equidistancia y la distancia

Cerrábamos el posteo anterior construyendo un promedio con las 14 mediciones nacionales revisadas en estos dos meses: el resultado es 30,2% para CFK, 29,6% para Macri y 13,9% para el peronismo no K, lo que implica polarización simétrica entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, que se disputan la condición de primera minoría electoral pero tendrían asegurado el pase a la segunda vuelta, instancia de la cual quedaría afuera el peronismo federal. Los movimientos políticos de las últimas semanas (debilitamiento del Frente Renovador por salida de diputados nacionales y del PJ no K por salida de senadores nacionales) van en la misma línea. Como apuntó Circuitos Consultora, "existen movimientos que muestran un proceso de concentración del espacio K y aliados, y de dispersión o crisis de la mesa de los cuatro: Sergio Massa, Miguel Pichetto, Juan Schiaretti y Juan Urtubey"

Todas las encuestas repasadas confirman el mismo escenario de polarización simétrica: el Monitor de Humor Social y Político de las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein (con datos que corresponden a la medición realizada en forma online durante octubre de 2018 sobre 1.531 encuestados mayores de 18 años a lo largo de todo el país) arroja que un 29% de los electores argentinos optaría por un candidato de Cambiemos de cara al 2019 y un 27% por el espacio que lidera Cristina Fernández de Kirchner o quien lo represente, un empate técnico por la primera minoría electoral. Bastante más lejos se ubica un potencial candidato del peronismo noK o antiK, con un 14%. El matiz en esta medición pasa por el 30% de indecisos, un guarismo muy superior al que muestran otros estudios (ver datos arriba; click para agrandar). Otra encuesta que arroja paridad entre ambos polos es la de Synopsis, que ubica a Cambiemos con 31,9%, a Unidad Ciudadana con 30,8% y al peronismo no K con 9,1%; en este caso, aparece en cuarto lugar un frente progresista (7%) y con menos caudal la izquierda (2,6%); otros (6,2%) e indecisos (12,4%) completan la grilla (ver datos abajo; click para agrandar). 


Así, si actualizamos el promedio con 16 mediciones nacionales, nos da 30% para Unidad Ciudadana y 29,7% para Cambiemos: empate técnico. El PJ alternativo queda con 13,6%. Así, a lo largo de todas las mediciones, más allá de los matices, emerge una regularidad estadística: el problema del peronismo "federal" es que su pretendida equidistancia respecto a los polos de Cambiemos y de Unidad Ciudadana/kirchnerismo se traduce en las mediciones en una distancia respecto a esas fuerzas superior a los 10 puntos, que deja afuera a ese espacio de pasar a un ballotage si las elecciones fueran hoy. En la medida en que no tengan resuelta su condición de oposición (¿son más opositores a Macri o más opositores a CFK?) es díficil que ese problema de posicionamiento desaparezca. Como apunta Pablo Roma, titular de Circuitos, "para Sergio Massa, Juan Urtubey, Miguel Pichetto, hay un dilema entre oposición y gobernabilidad donde no han terminado de ubicarse correctamente para ubicarse con las chances que hoy tiene CFK".





Para mejorar esas chances, necesitaría sumar una gran porción de los indecisos, ya que drenar votos respecto a los polos de Cambiemos y de UC resulta muy difìcil: esas formaciones cuentan con núcleos duros de electores difícilmente transferibles. En ese marco, el estudio de D’Alessio IROL y Berensztein también muestra que la imagen de CFK mejora (ver datos arriba; click para agrandar) al tiempo que la de los referentes de Cambiemos empeora, pero en ningún caso los núcleos duros de adherentes a las respectivas figuras entra en cuestión. En el caso del presidente de la Nación, Mauricio Macri, en los últimos 27 meses la tendencia de su imagen ha sido irregular, pero en los últimos meses la negativa presenta una tendencia creciente, mientras que la positiva tiende a caer. Así, la imagen negativa del mes de octubre implica el pico de la serie evolutiva (57%), mientras que la positiva implica el piso de la serie (37%; ver datos abajo, click para agrandar).



En cuanto al probable plan B de Cambiemos de cara al 2019, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, se advierte que en octubre su imagen positiva y la negativa se neutralizaron en un mismo punto, ambas con 48%. Ya desde agosto pasado los porcentajes iban acercándose cada vez más, con la positiva por encima de la negativa por diferencias menores al error muestral, es decir estadísticamente no significativas (lo que implica un empate técnico); sin embargo, en esta medición la tendencia se confirmó en un empate lineal, con lo cual esta medición viene a confirmar datos que otras consultoras ya habían detectado antes: la gobernadora de PBA ya no tiene diferencial positivo de imagen (ver datos abajo; click para agrandar). Dato clave: desde mayo pasado (el mes después de la primera corrida cambiaria), la imagen de Vidal comienza a sufrir un desgaste del que no logra recuperarse, por el cual la valoración negativa crece 11  puntos porcentuales, casi lo mismo que cayó la positiva (9 pp). En conjunto, el análisis de tendencias insinúa una nueva polarización de cara al 2019. 



martes, 20 de noviembre de 2018

Repasando los escenarios preelectorales en el marco de la crisis (2)

En el posteo anterior citábamos un dato de la última encuesta provincial de la consultora Delfos en Córdoba: el 43% de los electores de este distrito clave cree que el atributo central de un candidato presidencial es que arregle la economía, casi el doble de los que privilegian que termine con la corrupción (22%), el "issue" al que el gobierno está apostando para polarizar con CFK. Con matices, esta plaza confirma la hipótesis de que los efectos socioeconómicos de gestión están construyendo las actitudes preelectorales clave y que la economía se perfila como el foco de la elección de 2019: en octubre, un estudio nacional de la consultora M&R/Query Argentina arrojaba que el 58% de los argentinos tendrá en cuenta su situación económica y la del país para elegir al próximo presidente de la Nación, contra un 24% que hará foco en la lucha contra la inseguridad, la corrupción y el narcotráfico; un 3% atenderá a la obra pública en su barrio y en el país y 15% mencionó otras cuestiones. 



Como se advierte, tanto en Córdoba (43%) como en el país (58%) el foco principal pasa por la economía, mientras que el “issue” corrupción y afines se ubica segundo (con 22% en Córdoba y 24% en el país). Es decir que la economía tiene un peso central de cara al 2019 electoral. Profundizando en los datos de Córdoba, se advierte que la distribución observada en general es transversal cuando se analizan diversas variables sociodemográficas: el 1-2 de economía y corrupción se repite por nivel socioeconómico (NSE; ver datos al inicio del posteo; click para agrandar), por zona geográfica (ver datos arriba; click para agrandar) e incluso por preferencia política a nivel nacional, si bien en el caso de los electores permeables a Cambiemos la brecha entre el foco en la economía y la corrupción se estrecha a 9 pp. El perfil del votante del peronismo no K se parece más al del kirchnerista que al del cambiemita, lo cual puede ser un dato clave de cara al 2019 (ver datos abajo; click para agrandar). 



En la entrada previa ampliamos nuestra serie de sondeos nacionales con las mediciones de Opina Argentina, Isonomía y Hugo Haime & Asociados. Podemos sumar una cuarta, realizada por Elypsis: esta ubica al actual presidente Mauricio Macri con 29,3% de intención de voto, seguido por la expresidenta Cristina Fernández con el 26%. Esa brecha de 3,3 puntos porcentuales no es estadísticamente significativa e implica un empate técnico. En lo que este sondeo se distingue de los anteriores es en el posicionamiento de otros referentes del espacio pan-justicialista: aquí el gobernador peronista de Salta, Juan Urtubey, quedó en tercer lugar con un 13,9%, el economista Roberto Lavagna cuarto con 6,6% y el líder del Partido del Frente Renovador (FR), Sergio Massa quinto, con 5,0% de la intención de voto. En general, las mediciones revisadas hasta ahora ubicaban al tigrense tercero; esta lo pone por detrás de Urtubey. El estudio se realizó durante un período de dos meses entre septiembre y octubre, con una muestra que incluye grandes centros urbanos en las 10 provincias más pobladas, dato que en principio no debería sesgar las proporciones entre Massa y Urtubey. Por otro lado, 7,3% de los encuestados dijo votaría por otro candidato, el 7,1% planea emitir un voto en blanco y el 4,9% afirma estar indeciso. Por lo demás, el estudio confirma el escenario de polarización entre Macri y Fernández, con una clara ventaja sobre los demás precandidatos pese a tener tasas de rechazo muy altas: el 41,9% de los encuestados dijo que nunca votaría por Macri y el 48,9% dijo lo mismo de Fernández. 

Si construimos un promedio con las 14 mediciones revisadas en estos dos meses, nos da 30,2% para CFK, 29,6% para Macri y 13,9% para el peronismo no K. Es decir, polarización simétrica entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, que se disputan la condición de primera minoría electoral pero tendrían asegurado el pase a la segunda vuelta, instancia de la cual quedaría afuera el peronismo federal. Asimismo, se articula con la tendencia observada a lo largo del proceso: los efectos socioeconómicos de la gestión Cambiemos hicieron retroceder al oficialismo desde el 42% obtenido en las elecciones de octubre pasado a un orden del 30% hoy (-12 pp), mientras que CFK mejoró unos 6 pp desde entonces. Además, se observa una coincidencia en el orden de magnitud de la intención de voto y la imagen de la principal dirigente opositora, ambas alineadas en torno al 30%, como apunta el Monitor de Humor Social y Político de las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein (con datos que corresponden a la medición realizada en forma online durante octubre de 2018 sobre 1.531 encuestados mayores de 18 años a lo largo de todo el país). Según la consultora, desde la primera corrida cambiaria (entre abril y mayo) la imagen negativa de la ex presidenta muestra una baja sostenida, mientras que la positiva mostró una mejora que la estabilizó en el 30% (ver datos abajo; click para agrandar). 



viernes, 16 de noviembre de 2018

Repasando los escenarios preelectorales en el marco de la crisis (1)

Recapitulemos y sinteticemos. En las tres entradas anteriores repasamos escenarios económicos en diversos indicadores clave. En todos ellos, el panorama no sólo es peor que el estimado a principios de este año, sino también que las proyecciones planteadas luego de la primer corrida cambiaria: la inflación (con el 5,4% de octubre, en los últimos 10 meses el indicador acumula un avance del 39,5% y en la comparación interanual muestra un ascenso del 45,9%; ver datos abajo; click para agrandar), la caída de la actividad (que se perfila mayor al 2% este año), el riesgo de un nuevo default (el programa acordado con el FMI procura que el presidente Mauricio Macri no tenga que declararlo antes de terminar su mandato en diciembre de 2019, pero incrementa las chances de reestructuración para el mandato siguiente), para tomar sólo tres dimensiones. 




En conjunto, el peor dato es que, después de mucho tiempo, Argentina tendrá recesión por dos años seguidos. Tomando los 6 escenarios de crisis que vimos en los dos posteos anteriores y construyendo un promedio a lo Nate Silver, la caída del PBI para 2019 es del 3,2%, peor que la del 2016, peor que las estimaciones actuales del FMI para 2018 (-2,6%) y peor que las estimaciones del FMI para 2019 en el documento del acuerdo recientemente firmado con el gobierno (-1,6%). Ese promedio (que aun así está lejos del peor escenario de caída estimado, que oscila en torno al 6%) implica que el año electoral 2019, donde se juega la continuidad o no de Cambiemos en el poder, sería el peor de los 4 de la gestión Macri. “En los últimos 7 años la economía argentina tuvo 4 recesiones: creció en los años impares (electorales, 2013, 2015, 2017) y cayó en los años pares (no electorales 2012, 2014, 2016, 2018) con lo cual en promedio se mantuvo estancada, mientras la población crece a razón de 1% por año. Pero, con la última crisis cambiaria, el Gobierno de Macri introducirá toda una novedad: dos años consecutivos de caída (2018, 2019), incluso en un año electoral. Así hacia el final de su mandato, Macri dejará la economía, según Economía & Regiones, por debajo del nivel de PBI que dejó Cristina a fines de 2015. Y esta economía era apenas más grande que la del año 2011. Si se toma el pronóstico oficial (de caída de 0,5% el año próximo en lugar del 1,5% que estima E&R o el 1,7% que prevé el FMI) el resultado no cambiaría la tendencia: igual la economía de 2019 sería más chica que la de 2015”, apunta el periodista Maxi Montenegro (ver datos al inicio del posteo; click para agrandar). 



En cualquier caso, lo que se perfila es que el gobierno de Macri enfrentará la elección en un contexto socioeconómico más desfavorable que el que acompañó a las elecciones de 2007 y 2011 (victorias de CFK) y 2015 (magra victoria de Cambiemos en ballotage); a priori, un panorama contrario a la continuidad. Veamos qué dicen las encuestas hoy. Según Opina Argentina, CFK alcanza 34% de intención de voto, contra un 30% de Macri. Esa brecha de 4 puntos implica un empate técnico en primera ronda. En la instancia de ballotage, CFK aventajaría 44% a 39% a Macri y 44% a 42% a la gobernadora María Eugenia Vidal. En el primer escenario de ballotage, la brecha es de 5 puntos porcentuales, al borde de ser estadísticamente significativa; en el segundo, implica empate técnico. A su turno, la medición de la consultora Isonomía arroja hasta ahora el panorama más favorable para el oficialismo de cara a las PASO de agosto: Mauricio Macri 31%, Cristina Fernández 22%, Sergio Massa 14%, Juan Manuel Urtubey 9% y Nicolás del Caño 4%; un 13% elige a "ninguno" y 7% ns/nc. Esta encuesta se distingue de las que venimos revisando no sólo en darle una ventaja mayor a Macri sobre CFK (9 pp), sino en que la distancia entre la ex presidenta y Massa y Urtubey es menor (ver datos arriba; click para agrandar). 



Al revés de la anterior, la más reciente encuesta nacional de Hugo Haime (sobre una muestra de 1.000 casosarroja el peor panorama relativo para Macri y el más favorable para la oposición: en primera vuelta 37,7% para CFK, 25,2% para Macri, 21,3% para Massa, 6% para Del Caño; 6,2% para voto en blanco/nulo/ninguno y apenas 3,7% de ns/nc. La brecha a favor de CFK es de 12,5 puntos porcentuales, estadísticamente significativa, mientras que la brecha entre Macri y Massa es de 3,9 pp, lo que implica un empate técnico. Si el candidato del PJ no K fuera Urtubey en vez de Massa, CFK alcanza 40%, Macri 27%, Urtubey 15,1%, Del Caño 6,6%; 7% para voto en blanco/nulo/ninguno y apenas 4,4% de ns/nc. Aquí CFK aparece incluso con chances de ganar en primera vuelta, una posibilidad que hasta ahora no habíamos visto en ninguno de los estudios revisados (ver datos arriba; click para agrandar). Si vemos la serie evolutiva en los escenarios con Massa, CFK está en su valor pico (casi 38%, contra un piso de casi 33% entre abril y mayo), mientras que Macri está en su piso en torno al 25% (su pico fue de 30,2% en agosto). En el escenario con Urtubey, CFK también hace pico y Macri está apenas por arriba de su piso (25,2%)


El estudio de Haime también muestra a Mauricio Macri perdiendo en todos los escenarios de ballotage, con o sin Cristina Kirchner en competencia (otro elemento novedoso en relación a las encuestas que vimos antes). Una fórmula de Macri y María Eugenia Vidal sacaría el 37,1% de los votos en una segunda vuelta si la candidata es Cristina, que se impondría con el 49,1%. Si el competidor fuera Sergio Massa, la fórmula de Cambiemos sacaría menos: 30,9% contra el 52,6%, donde se capitalizaría todo el voto opositor (la base massista del Frente Renovador, más el PJ no K y el kirchnerismo, que quedaría sin expresión propia en ballotage). Si el salteño Juan Manuel Urtubey fuera el candidato único de la oposición, también se impondría: 45,7% a 32,6%.



Según este estudio, si bien Cristina tiene un alto nivel de rechazo ("nunca la votaría" del 49,1%), la proporción negativa es mayor en el caso de la fórmula Macri-Vidal: 60,1% dice que jamás votaría a esos candidatos de Cambiemos. El rechazo cede cuando se plantea la hipótesis de un peronismo sin Cristina: sólo el 34,8% dice que no votaría ese espacio bajo ninguna perspectiva (ver datos arriba; click para agrandar). Esto sugiere que el peronismo no K tendría fuerte potencialidad de crecimiento en una segunda vuelta, ya que su rechazo es menor, pero al ser el espacio con menor voto seguro podría quedarse fuera del ballotage, que se resolvería en una nueva polarización UC/Kirchnerismo vs Cambiemos. La encuesta arroja que continúa el fuerte rechazo al rumbo del país, al acuerdo con el FMI y a las consecuencias de la política económica elegida por el gobierno; en ese marco, los valores de aprobación de gestión del oficialismo se mantienen en mínimos históricos. Con todo, pese a la crítica situación económica, no se desea una salida adelantada de Macri del gobierno. 




En conjunto, los datos confirman que los efectos socioeconómicos de gestión están construyendo las actitudes preelectorales clave y que la economía se perfila como el foco de la elección de 2019: según la última encuesta provincial de la consultora Delfos en Córdoba, el 43% de los electores de este distrito clave cree que el atributo central de un candidato presidencial es que arregle la economía, casi el doble de los que privilegian que termine con la corrupción (22%), el "issue" al que el gobierno está apostando para polarizar con CFK (ver datos arriba; click para agrandar).

jueves, 15 de noviembre de 2018

Repasando escenarios de cara al 2019 (3)

En el posteo anterior coincidíamos con Maxi Montenegro en que de cumplirse el escenario el escenario de una recesión en forma de 'L moderada', el camino a la reelección de Macri se haría todavía más cuesta arriba que hoy, pero discrepábamos con su afirmación de que aumentarían las chances de la oposición peronista en cualquiera de sus versiones. Tal como en su momento apuntó Poliarquía, el escenario de crisis en L beneficia claramente las chances de CFK, pues alimenta el escenario de polarización simétrica entre Cambiemos y el kirchnerismo/Unidad Ciudadana que ya se observa y deja afuera al peronismo antiK de la disputa por la primera minoría y del pase a segunda vuelta. La consultora Poliarquía también hace el seguimiento de otros tres indicadores clave para tratar de anticipar si, de cara al 2019, las chances de reelección del presidente Mauricio Macri se recuperan luego del quiebre de junio-julio o siguen en baja, ya que se correlacionan con ciclos políticos a favor o en contra de los oficialismos. Uno de ellos es la confianza del consumidor, que hoy se ubica en el nivel más deprimido desde la crisis del 2002. Como vimos en una entrada reciente, el ICC (Universidad Di Tella/ Poliarquía) cayó en octubre 3,6%, llegando a su nivel mínimo en 15 años. 

Respecto de octubre de 2017, cuando Cambiemos alcanzó el 42% de los votos a nivel país, la baja del ICC es del 36%. La última vez que la confianza del consumidor estuvo peor que ahora fue en la crisis de 2002. Apunta Montenegro: “El ciclo político está muy vinculado con la evolución de este indicador, que cuando está en niveles elevados redunda en altos niveles de aprobación del oficialismo, mientras que sucede lo contrario cuando cae fuertemente, como ocurrió en 2009, en 2014 y en esta crisis. El nivel actual está incluso bastante por debajo de la recesión de 2016, tras la salida del cepo y la disparada de la inflación junto con los tarifazos. En este índice tiene un peso relevante la evolución del mercado de bienes durables (autos, electrónica, electrodomésticos) e inmuebles: la posibilidad de mejorar o no el acceso a estos bienes se vincula en el corto plazo con la percepción favorable o negativa del consumidor” (ver gráfico arriba). El otro indicador clave es el "Barómetro de Opinión Pública", que combina 15 indicadores de opinión pública de diferentes áreas del gobierno, la economía y la sociedad. Según la medición de octubre, el Barómetro sigue en tendencia negativa (está 41% abajo respecto de octubre del 2017), pero aún se muestra en el área de "competencia", en niveles similares a abril 2014 y 2009. O sea, todavía no cayó hasta el área denominada de "Crisis", como sucedió durante el colapso de la convertibilidad en 2002. Se advierte que su dibujo es similar a la del índice de confianza del consumidor. El tercer indicador es el llamado "índice de optimismo ciudadano": según Poliarquía, volvió a caer en octubre y se ubica en el nivel más bajo de la última década (emulando el bajón del ICC). Respecto octubre de 2017 cae 50%. Ese índice agrupa y pondera la opinión pública respecto a la situación actual, la comparación con el pasado y las expectativas. En 2008-2009, en 2010 y 2014 y en 2016 estuvo claramente en rojo, pero nunca tan mal como hoy: vale decir, la actual crisis en ese indicador perceptivo supera los peores momentos de los dos mandatos de CFK y los peores del arranque de la gestión Cambiemos. "Si Macri pretende ganar su relección deberá modificar la tendencia de estos indicadores apuntando a que la recuperación económica en el año electoral venga de la mano de un aumento notorio del consumo, de la percepción de que la crisis quedó atrás y que se restablezcan las expectativas de que la situación en el futuro será todavía mejor", apunta el periodista. Esto coincide con una de nuestras premisas analíticas centrales: no hay un electorado y un mercado disociados, sino una comunidad que consume y que vota, y ambas dimensiones están interconectadas. 



Existen otros indicadores que también están mostrando hoy la peor situación en mucho tiempo. Según la consultora económica Radar, la dinámica actual de destrucción de empleo registrado industrial, que ya lleva 3 años, se asemeja cada vez más a la de 1998-2002. "Con más de 100.000 empleos perdidos, es la peor crisis de los últimos 20 años (y todo indica que se profundizará)", apunta la entidad (ver datos arriba; click para agrandar). Según los últimos indicadores del Indec, la recesión en esta actividad aún no encuentra piso: el Estimador Mensual Industrial (EMI) marcó una baja del 11,5% interanual en octubre y un deterioro de las expectativas de los empresarios en lo que respecta al empleo y el volumen de ventas que esperan para los próximos meses. "Sector por sector, las perspectivas son negativas. Algunos sectores pueden ganar con mayores exportaciones como el automotriz, metálicas básicas o alguna actividad puntual de la siderurgia por Vaca Muerta, pero no compensan lo que se pierde con todo el resto que depende del mercado interno"advirtió el economista de Radar, Martín Alfie (ver datos abajo; click para agrandar). 




En cuanto a las perspectivas para el 2019, Alfie planteó: "no veo ninguna recuperación, en todo caso caerá menos"; la tracción podría provenir del agro o actividades vinculadas a las exportaciones a Brasil, pero no de las que están ligadas al mercado interno, duramente golpeado por el deterioro del poder adquisitivo. Según Radar, 9 de los 12 bloques relevados por el Indec muestran en 2018 niveles inferiores a 2015 (ver datos abajo: click para agrandar). El total de la industria manufacturera cayó 5,2% y las perspectivas para 2019 son negativas: así, todo indica que la industria caerá en 3 de los 4 años de la actual gestión. De todos modos, el problema es que la caída de la actividad es transversal, no sólo de la industria: si tomamos los 6 escenarios de crisis que vimos en los dos posteos anteriores y construimos un promedio a lo Nate Silver, la caída del PBI para 2019 es del 3,2%. Esa caída es peor que la del 2016 (-2,2% en su primera versión y -1,8% en la versión corregida por el Indec este año), peor que las estimaciones actuales del FMI para 2018 (-2,6%) y peor que las estimaciones del Fondo para 2019 en el documento del acuerdo recientemente firmado con el gobierno (-1,6%): vale decir, si se diera ese promedio (que está lejos del peor escenario de caída estimado, que oscila en torno al 6%) el año electoral 2019 sería el peor de los 4 de la gestión Macri; precisamente, el año donde se define la continuidad o no de Cambiemos en el poder. 


martes, 13 de noviembre de 2018

Repasando escenarios de cara al 2019 (2)

En el posteo anterior de este tema veíamos que, cruzando datos y actualizando escenarios, el panorama de hoy se perfila como el más complicado para el oficialismo: la inflación al final del año será superior a la del peor escenario previo, la tendencia electoral pasó de una polarización asimétrica en la que el oficialismo tenía buenas chances de ganar en primera vuelta a una polarización simétrica con CFK en primera vuelta (lo que abriría un ballotage riesgoso e inevitable) y la crisis económica parece comportarse más como una "L" que como una "V" (el escenario relativamente más favorable al oficialismo) o que una "U" (menos favorable, pero al menos tampoco el mejor para CFK). Para peor, un nuevo default parece inevitable, sino en 2019 (de hecho, el adelanto y ampliación de fondos del FMI están diseñados básicamente para que el presidente Macri no tenga que defaultear antes de diciembre del año que viene, pero a costo de dejar sin fondos y con todo el peso de la deuda a la próxima gestión), con una mayor probabilidad desde el 2020. Todo esto, en un marco en el cual la economía afrontaría una caída mínima del 0,5% en 2019 (con un desempleo llegando a casi el 11%) en el mejor escenario, una caída del 2,4% con un desempleo del 12% en el escenario intermedio y una caída del 4,6% con un desempleo de casi 14% en el peor escenario (ver datos arriba; click para agrandar). En cualquier caso, se trata de recesión y suba del desempleo en pleno año electoral, un desafío difícil de afrontar.  



El economista Julián Zícari también elaboró otros 3 escenarios alternativos: 1) el optimista es el que proyecta el gobierno y algunos analistas ligados a las finanzas y al pensamiento económico ortodoxo. Según este diagnóstico, en 2019 la economía tendrá un recorrido en “V”, es decir, una primera parte bastante mala y en caída, pero una segunda a pura recuperación. Para la segunda mitad del 2019 se empezará a sentir ese rebote y la economía incluso podría crecer a tasas del 5 o 6% anual, traccionando todo por las exportaciones. Otra premisa es que la estabilidad de precios que irá proyectando el “doble cero” permitirá que los salarios le ganen a la inflación, recuperando también el consumo para el momento de los comicios, luego de un 2018 muy negativo en el cual la pérdida de los salarios contra la inflación rondaría los 20 puntos (ver datos arriba; click para agrandar). De darse esa mejoría relativa, la reelección de Macri podría ser accesible. "El debate entre quienes defienden este escenario son las velocidades que asumirá la economía, tanto la caída inicial como la recuperación posterior", afirma Zícari. Algunos suponen que la fase de crecimiento no podrá revertir íntegramente la caída inicial, por lo que el resultado agregado del año será caída de todos modos (-1,6%). Esa es la posición sostenida públicamente por el ministro Nicolás Dujovne y oficialmente por el gobierno, aunque también hay economistas muy optimistas (caso Orlando Ferreres) que creen que la cosecha y la recuperación serán tan buenas que 2019 cerrará con un crecimiento neto del 1,7%. Habida cuenta del yerro descomunal en que incurrieron los optimistas este año, nos quedamos con el pronóstico más conservador (y precavido) oficial: -1,6%. Vale decir que este escenario optimista es peor que el más optimista que vimos en el posteo anterior, que calculaba una caída del 0,5%: la diferencia son 1,1 puntos porcentuales negativos. 

En el escenario moderado, se asume que si la parte final de 2018 la actividad caerá entre un 4% y 5%, ese será el piso de arranque para 2019, pero las cosas se pondrán peor: con un ajuste fiscal del 2,5% del PBI como comprometió el gobierno con su programa “doble cero” y con tasas elevadas, las proyecciones se calculan, aun con una visión moderada, "en un escenario cercano a la ruina económica total e incluso a la catástrofe social", destaca Zícari. Según el FMI, sólo en un escenario “optimista” la economía podría caer un 1,7% durante 2019; en uno pesimista la caída podría llegar al 6,3%, con otro año con una inflación del 50% como el actual. En esta lógica, aún una gran cosecha no podrá revertir el ciclo económico; apenas moderará o desacelerará la caída. En un pronóstico alentador, el bajón, que podría ser de 5% o 6%, gracias a la cosecha sería “sólo” alrededor de 4%. En ese caso, ni el consumo ni los salarios ni la economía real reaccionarán. “Los debates dentro del grupo de los moderados son si la caída tendrá la forma de una ´L´, es decir, un derrumbe que luego se estabilizará, o bien que seguiremos descendiendo por el tobogán durante todo 2019, para encontrar el piso de la crisis recién en 2020”, dice Zícari. Como vemos, aquí el escenario moderado (caída de 4%) es similar al peor escenario del posteo anterior (contracción de 4,6%): moderado contra moderado, la diferencia son 1,6 puntos porcentuales negativos. 

El escenario pesimista surge de la siguiente crítica al planteo moderado: el ingenuo supuesto de que el gobierno podrá renovar la totalidad de los vencimientos de deuda, que no habrá corridas cambiarias y que la fuga de capitales será igual o menor a la de este año, justamente cuando en 2019 se elige presidente (factor que históricamente coincide con fuertes formaciones de activos externos), y además no contempla que la totalidad del mercado está descontando que el default será inevitable. Datos clave: Bloomberg calificó a Argentina como el segundo mercado emergente más peligroso después de Turquía, Fitch bajó su visión del país a “negativa” (“situación local “dramática” e “inestabilidad económica intensa”), el FMI asegura que el programa financiero del macrismo “no es cumplible en alto grado” (considera preocupante que la relación deuda/PBI sea superior al 70%, proyecta que supere el 80% a fin de este año y no descarta que se aproxime al 100% en 2019), con lo cual están asumiendo una cesación de pagos. Aquí ya no se ponen números a la magnitud de la caída (por supuesto, sería mayor que en el peor escenario del posteo anterior), sino que se la plantea en términos cualitativos (consecuencias posibles: hiperinflación, incautación masiva de depósitos como el Plan Bonex, default y nuevas corridas del dólar). En síntesis: en cualquiera de estos tres escenarios, ya sea que la caída de la economía sea de 1,6% en 2019, de 4% o mayor a 4%, el desafío electoral para Cambiemos se hará aún más cuesta arriba de lo que asoma hoy por hoy. 



En esa misma línea, el periodista Maxi Montenegro apuntó: “la forma de la recesión que transita la economía será clave para definir el escenario electoral 2019. La apuesta del Gobierno es un recesión profunda, pero con una salida rápida ya a partir del segundo trimestre del año próximo. Una recesión en forma de "V" “(ver gráfico arriba a la izquierda; click para agrandar). Sin embargo, Montenegro plantea que “los consultores privados descreen de ese pronósticos y hablan del peligro que la recesión tome  la forma de "L", es decir que tras una caída abrupta como la de estos meses -con caídas del 5/6% en el nivel de actividad- la economía se estacione en un piso, la recesión se prolongue y la salida sea más lenta de lo esperado"(ver gráfico arriba a la derecha; click para agrandar). "Lo cierto es que el propio FMI en su 'escenario base' prevé una recesión en forma de 'L moderada'. Es el escenario más optimista del Fondo. La clave en este escenario base del Fondo es que hacia octubre del año próximo la economía no habría recuperado los niveles de actividad previos a la crisis -todavía estaría lejos de hacerlo, en un contexto de recuperación muy lenta motorizada por el campo, pero con el resto de los sectores no agrícolas transitando todavía la recesión. De cumplirse el escenario de una recesión en forma de 'L moderada' el camino a la reelección de Macri se haría todavía más cuesta arriba y aumentarían las chances de la oposición peronista en cualquiera de sus versiones”, concluye Montenegro. El único matiz que haríamos respecto a esta interpretación del periodista es que el escenario de polarización simétrica actual le da más chances a Cambiemos y al kirchnerismo/Unidad Ciudadana de disputar la primera minoría y deja afuera al peronismo antiK, cuyas chances dependen básicamente de que CFK decida no jugar.