Por su parte, un relevamiento llevado a cabo por la Universidad de San Andrés (Udesa) arrojó que actualmente los principales problemas para los ciudadanos son: inflación (54%), inseguridad (40%), desempleo (36%), pobreza (26%), corrupción (24%), los políticos (21%), bajos salarios (20%), educación (17%), Justicia (17%), endeudamiento externo (16%), narcotráfico (12%). Con menos de 10% de menciones se ubican salud (8%), acceso a la vivienda propia (3%), otros (2%), transporte (2%), la Policía (1%) y villas miseria (1%). Según el informe, la percepción sobre el principal problema del país varió en la comparación interanual: en 2018 en primer lugar se ubicaba la inseguridad y hoy se ubica en segundo término (ver datos arriba y abajo; click para agrandar).
En tanto, según el estudio realizado en febrero por Synopsis, la preocupación por la inflación, que había cedido en el trimestre anterior, volvió a subir ese mes hasta rozar el 35% (un rebote de 4,3 puntos porcentuales). De esta forma, las preocupaciones económicas vuelven a ascender y llegan al 54,0%. También se insinúa un rebote de la preocupación por la corrupción (+2,3 pp), señalada como el principal problema por casi el 20% (ver datos abajo; click para agrandar).
Con todo, el informe de Synopsis del mes anterior (febrero) apuntaba que si bien el malestar socioeconómico es manifiesto y evidente en las demandas, no recaía totalmente sobre el actual gobierno: a la hora de repartir responsabilidades por la situación actual, casi el 37% la asociaba a Macri, mientras que un 42,2% la asociaba a CFK. La brecha de 5,3 pp no era estadísticamente significativa, pero insinuaba que "la grieta" sigue permeando en las percepciones sobre este tópico y que el argumento de la "herencia K" aún funcionaba en segmentos amplios. La pregunta que se impone es qué sucedería si se repite esa pregunta luego del fin de "veranito" cambiario y con la nueva aceleración de la inflación, la suba del dólar y de las tasas (que frenan al tipo de cambio a costa de prolongar la recesión).
Esa "grieta perceptiva" es confirmada también por las mediciones de D’Alessio/IROL. Según el informe de esa consultora elaborado a partir de la medición cerrada a fines de enero pasado, “las variables económicas y las perspectivas sobre su evolución siguen siendo la principal preocupación de los argentinos. La inseguridad es el segundo tema de angustia para los ciudadanos. La agenda continúa con críticas sobre el reparto de subsidios y un rechazo a la corrupción, donde cuestionan al Gobierno anterior y también al actual”.
De acuerdo a la encuestadora, las opiniones se dividen entre quienes votaron a Cambiemos y al FPV en las últimas elecciones. Al respecto, se remarcó que “la preocupación por la economía es común a ambos posicionamientos, pero se exacerba entre opositores, especialmente en cuestiones como tarifas, desempleo y pago de tarjetas", mientras que “los oficialistas se muestran más preocupados por la inseguridad, la entrega indiscriminada de subsidios y las protestas en la vía pública (...) “Si bien la corrupción es mencionada por
ambos segmentos, con distinto foco, resultaría más indignante para los
electores de Cambiemos”. Sin embargo, aunque la corrupción tiene una cobertura mediática muy amplia (y sesgada a favor del actual gobierno y en contra del anterior), se trata de un "issue" con menos impacto en el metro cuadrado de los electores que el que tienen otros temas como la inflación, la incertidumbre económica, el aumento de los servicios y el aumento de los impuestos (los 4 principales problemas de la lista general; ver datos abajo, click para agrandar).
A su turno, el estudio de Rouvier & Asociados realizado en febrero pasado también detecta a 4 problemas socioeconómicos entre los primeros 5 de la agenda de los electores a nivel país. La inflación lidera las menciones, con 40,2%, escoltada por los bajos sueldos/la pobreza (32,5%). El tercer lugar del podio se lo disputan la inseguridad (casi 18%), la recesión económica (16,2%) y la desocupación (15,4%). En cambio, la corrupción aparece aquí muy rezagada (casi 11%), en tanto que la deuda externa se anota con un considerable 8,6% (ver datos abajo; click para agrandar).
Con todo, el peor resultado para el oficialismo no es que la agenda social esté reconcentrada en los problemas socioeconómicos, sino la bajísima expectativa en que el gobierno pueda resolver la grilla extensa de problemas: de 8 problemas, en 4 de ellos la expectativa favorable es menor al 20%, en 3 oscila entre el 20% y el 29,9% y en sólo uno, la corrupción, alcanza al 30% (ver datos abajo; click para agrandar). Durante gran parte de su gestión, el gobierno mantuvo expectativas elevadas como un activo; desde fines de 2017, estas vienen cayendo sistemáticamente, lo que explica gran parte de la crisis sociopolítica actual.
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