La salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía abrió una crisis que combinó aspectos políticos y económicos, dado que una corrida cambiaria de varias semanas comenzó a afectar la gobernabilidad en un marco de inflación creciente. Según una encuesta de Synopsis realizada luego de la renuncia del ex ministro y durante el “impasse” de Silvina Batakis, apenas 15,5% de los electores percibía que el presidente Alberto Fernández estaba en control de la situación, mientras que casi 78% pensaba que tenía poco o nada de control (gráfico arriba), lo que perfilaba la crisis política. Por su parte, un estudio realizado por Reale-Dalla Torre en el mismo período arrojó que casi 61% de los votantes creía que el país se dirigía a una hiperinflación, vs apenas 24,2% que confiaba en que el gobierno podría controlar algo ese problema (gráfico abajo).
En ese marco, según una encuesta realizada por Zuban Córdoba & Asociados, 6 de cada 10 electores estaban de acuerdo (muy + algo) con que el presidente hiciera un cambio total de su gabinete, vs apenas 21,4% que se mostraba en desacuerdo (muy + algo) con esa decisión (gráfico abajo). Así, una primera conclusión es que la reorganización ministerial tomó nota de esa opinión claramente mayoritaria en el plano de conjurar la crisis en lo político.
Otro elemento a favor del Gobierno nacional y del empoderamiento de Massa es que también hay una clara mayoría perceptual que acuerda con que el “superministro” tiene el apoyo del presidente y de la vicepresidenta: 55,3% (acuerdo total + algo de acuerdo), lo que duplica al desacuerdo (27,2% acumulado; gráfico abajo). Se trata de un aval con que no contaba Guzmán desde hace tiempo y que no fue explícito en el interinato de Batakis; también apunta a conjurar los componentes políticos de la gestión de crisis.
A favor del oficialismo también cuenta que, según el mismo estudio, 45% de los electores está en desacuerdo con la frase “la oposición tiene plan económico para gobernar otra vez”, vs 36% que piensa lo contrario (gráfico abajo). Así, la primera minoría no ve una alternativa al gobierno en este nivel.
Finalmente, luego de haber encarado las principales amenazas políticas que enfrentaba la gestión de crisis del oficialismo, quedan planteados los desafíos y oportunidades en materia económica. Aquí se juega la suerte del Frente de Todos (FDT) y se plantean más dudas para la opinión pública: según Zuban Córdoba, 27,6% de los electores confía en que el presidente y su gobierno pueden sacar adelante la economía del país, vs 71,1% que desconfía (gráfico abajo). Claramente, la grieta política divide aguas: entre los electores del FDT en 2019 predomina la confianza (54,6%), mientras que entre quienes votaron a Mauricio Macri es casi unánime la desconfianza (97,9%).
Con matices, la última encuesta de D´Alessio-IROL/Berensztein también arroja un 27% de optimismo en que el nombramiento de Massa puede mejorar la economía (mucho o algo), vs 35% que espera lo contrario; 32% cree que la economía permanecerá igual (gráfico abajo). De nuevo, la grieta política divide opiniones: 54% de los electores oficialistas es optimista y 56% de los votantes de Juntos por el Cambio es pesimista. Así, el cambio de gabinete que empoderó a Massa parece haber conjurado algunos factores políticos de la crisis, pero aún persisten dudas sobre si será capaz de afrontar las amenazas económicas.
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