miércoles, 18 de abril de 2012

Heterodoxia (2)


La posibilidad de usar parte de las reservas del Banco Central para cubrir los vencimientos de este año sumada a algunos datos de contexto favorables le han dado margen al gobierno nacional para poner en suspenso el "amague" de ortodoxia que había supuesto la quita de subsidios dispuesta a fines de 2011, pero manteniendo una decidida orientación al intervencionismo económico (muy en la línea del primer peronismo, el de 1946-1952) que acaba de profundizar con la decisión de expropiar YPF.

Aún es prematuro evaluar las repercusiones de esta última medida (quizá lo hagamos en una próxima entrada), pero sí cabe apuntar que se enmarca en una línea de política económica consistente con otras acciones recientes como los controles cambiarios y las restricciones a las importaciones. Si bien los escenarios son sumamente dinámicos, en las últimas semanas el gobierno nacional vio con alivio señales del entorno externo: el dato principal es que a corto plazo, no habrá devaluación del real en Brasil (una muy buena noticia para la industria argentina y las exportaciones a ese destino) lo que permite morigerar la pérdida de competitividad que viene sufriendo la producción nacional).

Además, la decisión (también "heterodoxa") del Banco Central Europeo (BCE) de inyectar liquidez como forma para morigerar el enfriamiento económico tuvo la virtud (que, claro, puede ser efímera) de provocar una oleada de liquidez internacional que aventó (o al menos aplazó, según la suerte que corra España y otros países europeos comprometidos en las próximas semanas) los peores temores.

También el contexto interno acercó noticias positivas: finalmente, el impacto de la sequía menor al estimado en los peores momentos por la llegada (si bien tardía) de las lluvias estivales, con efecto en una recaudación fiscal que se verá algo resentida, pero no mucho (según un análisis de la Fundación Mediterránea, el impacto de la sequía será de 1.500 millones de dólares, una suma cuatro veces menor que el pesimista pronóstico de enero, cuando las lluvias se hacían esperar). Se pronostica que el valor de la tonelada de soja promediará en el año los 515 dólares, un significativo 20% por arriba del nivel que se esperaba dos meses atrás. Asimismo, el ingreso de dólares provenientes de la cosecha gruesa facilitará al Banco Central (con nueva Carta Orgánica "heterodoxa") su capacidad para controlar la cotización del billete verde y las tasas de interés.

El gobierno nacional fue el primero en celebrar este cambio de escenario por boca del titular de Economía Hernán Lorenzino, quien en un foro de ministros de esa cartera de la región, afirmó: "Las visiones apocalípticas que hasta hace poco auguraban una caída de nuestros productos a niveles extraordinariamente malos no se cumplieron, más bien todo lo contrario". Pero también aparecieron pronósticos privados descartando un escenario recesivo para la economía argentina. En el caso del economista Miguel Bein, la proyección es de un crecimiento del 3,5% para este año.

Sin embargo, Mariano Lamothe, economista jefe de la consultora Abeceb, destaca que el panorama es menos grave de lo que parecía a nivel global y que "la nueva situación internacional permite salir de un escenario de emergencia y hasta puede haber una recomposición de las reservas del Banco Central" aunque advierte que no por eso se pueden considerar resueltos los problemas y materias pendientes de la economía nacional. Otra línea de economistas, más críticos todavía, apuntan que pese al mejor panorama global, no se podrá evitar el "daño colateral" de las medidas intervencionistas, que terminarán por entorpecer los procesos productivos internos.

Lo cierto es que la realidad corre más rápido que nuestros esfuerzos por capturarla en una instantánea, lo que nos obliga a redoblar los esfuerzos interpretativos en este blog. Continuará...

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