Después de implementada la AUH en el 2009, en el segundo semestre de ese año la brecha cayó a 17 veces; pasó a 14 veces tras la actualización de su valor del 25,9% en el año 2012, y según los cálculos del sociólogo Artemio López (consultora Equis) disminuirá a 11 veces tras la más reciente actualización del 35,33% (alcanzará unas masa total de 18.750 millones de pesos anuales). Esto ubicaría a la AUH en su más alto poder adquisitivo desde que se implementó en el año 2009, con una transferencia promedio por familia beneficiaria de 748 pesos mensuales, constituyéndose en un complemento de progresividad focalizado en los hogares más vulnerables, situados en los tres deciles inferiores de ingreso (los menos favorecidos): para el decil 1 (el de menor ingreso) la transferencia de la seguridad social en general y en particular de la AUH, representa el 25% del ingreso familiar; para el decil 2 representa el 15% del ingreso familiar total; y para el decil 3, el 11% del ingreso familiar. "De esta forma, la AUH logra avanzar muy por encima de la inflación por primera vez desde su creación, favoreciendo a los hogares más vulnerables, que son los más afectados por la suba de precios. En números, se trata de aproximadamente 1,9 millones de hogares con más de 3,5 millones de hijos, un universo por demás significativo", evaluó el director de abeceb.com, el economista Dante Sica.
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La progresividad de la transferencia de ingresos de la seguridad social se afirma en tanto que baja progresivamente hasta alcanzar el -15,4% en la cima de la pirámide de ingresos. Esto supone que el 10% más rico de los perceptores de ingreso aporta un 15% más de lo que recibe de las transferencias de seguridad social (que, además de la AUH también incluye las asignaciones familiares, que a partir del último incremento anunciado por el gobierno nacional alcanzarán a unos 15.000 millones de pesos anuales). Es decir, se trata de una transferencia directa de ingresos desde los sectores más favorecidos a los menos (intervencionismo estatal redistributivo de la riqueza).
Asimismo, el análisis por el desarrollo del índice de concentración del ingreso Gini también arroja una notable mejora en su evolución, traccionada principalmente por la fuerte recomposición de los segmentos de ingresos medios, que se duplicaron en la década k, pasando de 9,3 millones de personas a 18,6 millones, según el Banco Mundial, en su estudio “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”. El coeficiente Gini fluctúa entre 0 y 1: en la medida en que se aproxima a 0, refleja una distribución del ingreso más o menos igualitaria, es decir, una situación en la que todas las personas obtienen casi el mismo ingreso; en cambio, cuando el valor del coeficiente se aproxima a 1, muestra una distribución regresiva concentrada en pocas personas, acercándose así a una situación de desigualdad absoluta.
La evolución del coeficiente marca una mejora en la tendencia a mayor equidad distributiva, que pasa de 0,56 en el 2003 a 0,46 en el 2009, para ubicarse en 0,39 en el 2012. Es decir, tanto medido por brecha individual como por coeficiente GINI el lapso comprendido entre los años 2003 y 2012 muestra mejores niveles de distribución y menor concentración punta a punta en la serie histórica.
Los índices de pobreza e indigencia se han ubicado en la cima de los temas a tratar en los medios de comunicación. Tal como lo señala el gráfico, los resultados aquí presentados son oficiales, es decir, del INDEC que muchas veces o en su mayoría difieren de los obtenidos por otras consultoras. Como nos muestra el artículo se realizó un estudio de diseño longitudinal, en donde se toman muestras de un universo en distintos períodos de tiempo para luego ser comparados en este año desde el año 2003 al 2012. Aquí no sólo se analizó la variable tiempo sino que para determinar porque se dio cierto porcentaje en el índice de pobreza se consideró el papel de la asignación universal por hijo y cómo influye en este índice. Además, se tuvo en cuenta la relación entre el mandato del ex presidente Néstor Kirchner y su fecha de inicio, con la cual se puede establecer diferentes relaciones y sacar conclusiones con respecto a los porcentajes obtenidos.
ResponderEliminarAl tratarse de un tema que incluye a todos los ciudadanos argentinos, la muestra del universo que se seleccione tiene que ser lo más precisa posible, para que el error muestral sea menor y los datos publicados sean los más cercanos a la realidad . Al igual que es necesario establecer cuáles son las variables que se quieren analizar dentro de esta investigación de diseño no experimental, ya que estamos tratando con la realidad misma y no con un grupo de personas aisladas sometidas otro tipo de procesos.
Guadalupe Ibañez
Gracias Guadalupe por tu aporte! Nos referiremos a las mediciones alternativas en la próxima entrada, desde ya te invito a leerla y comentarla.
ResponderEliminarCoincido con Guadalupe. No considero que sea un balance económico que represente la realidad del país. La variable de la AUH no me parece suficiente como para determinar que hay una mayor equidad distributiva. Considerar que porque se inyecte dinero gracias a la AUH a los hogares, aumentará el poder de adquisición, me parece una conclusión, valga la redundancia, inconclusa. Se deja de lado la inflación, sólo es nombrada en vez de considerar la importancia que tiene en cuanto a los ingresos de cualquier hogar, lo cual es determinante a la hora de declarar que hay mayor equidad distributiva.
ResponderEliminarDelfina Chasseing
Hola Delfina, gracias por tu aporte! Discrepo con tu enfoque: si la AUH aumenta 35,33% y la inflación Congreso (promedio de los cálculos de las consultoras privadas) al mes de mayo es de 23,4%, la diferencia es de 11,93%, o sea netamente mayor a las estimaciones privadas. Un aumento en esa franja va todo a consumo y constituye una mejora del poder adquisitivo y (relativamente) de la equidad. Saludos!
ResponderEliminarSegún mi parecer, si indicaría que hay una mayor equidad en la distribución de los ingresos. Pero también tendría en cuenta la variablede Ingresos por hogar, ya que para obtener la AUH es necesario que los padres, o rtabajen informalmente, o cobren menos de lo que el salario Mínimo Vital y Movil indica. Por ende, estaríamos "nivelando hacia abajo" en el sentido de que cada vez más gente requiere de la ayuda social para subsistir, lo cual no deja de indicar el poder del Estado para igualar la diferencia social (sobre todo teniendo en cuenta los beneficios como las obras sociales, por ejemplo)
ResponderEliminarHola Melisa, gracias por tu aporte! Pero hay una cierta confusión en tu argumento, una cosa es el aumento porcentual de la AUH y otra cosa el volumen de perceptores de la misma. Para sostener lo de la nivelación hacia abajo deberías demostrar que se achata la pirámide, cuando la mayoría de los indicadores que existe demuestra, en sentido contrario, que se expandió la clase media y se achicaron los extremos (pobres y ricos). Saludos!
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