En los últimos meses, el contexto internacional
se ha vuelto menos favorable para América Latina en general, por una serie de
factores: aumento de las tasas de
interés a largo plazo en EE.UU., desaceleración del crecimiento en China y corrección
a la baja de los precios de algunas materias primas. En ese marco, tanto en
Brasil como en Argentina se insinúan señales de desgaste de sus respectivos modelos
económicos, con un crecimiento menor e inflación creciente (si bien con
intensidades bien distintas: Brasil crece menos que Argentina pero sufre también
una inflación mucho menor), que a su vez coinciden con una emergencia de
malestar que tiene traducción política (la cual, no obstante, también se pone
de manifiesto en países con conducciones políticas y modelos económicos
distintos, como sucede en Chile, Perú y Colombia).
El caso argentino es de especial interés,
dado que pese a un contexto mejor que el del año pasado sigue campeando un sensible
malestar (que se puso en evidencia en las Paso). Veamos: en agosto, la
confianza del consumidor subió 5,4%, y 17% interanual. Fue el tercer mes
consecutivo de crecimiento, remarcó la Universidad Di Tella, autora del
informe. Todos los subíndices verificaron una
mejora en relación a la medición anterior: el subíndice que mide las
Expectativas Macroeconómicas ascendió 13,3%, el de Situación Personal trepó
1,9%, y el de Bienes Durables e Inmuebles verificó un alza de 1,5%. El estudio
precisó que la recuperación en el subíndice de Expectativas Macroeconómicas, a
nivel nacional se debe a un incremento tanto en el componente que captura la
perspectiva para el corto plazo (+18,3%) como en el que mide las de mediano
plazo (+9,6 por ciento).
Cruzando
el dato por nivel socioeconómico, surge que la confianza del consumidor sube más en sectores ‘más acomodados’: aunque
el director del Centro de Investigación en
Finanzas (CIF) de la UTDT, Guido Sandleris, subrayó que “aumenta
independientemente del poder adquisitivo de los consumidores”, el sondeo
reflejó un crecimiento en la confianza de los sectores de mayores recursos de
6,6% en agosto contra el mes anterior, mientras que en los estratos de menores
ingresos trepó 4%. Si bien la brecha porcentual es menor, leerlo en clave
política puede ser sugestivo: buena parte de la merma electoral del oficialismo
en las Paso obedece a una performance más floja en los segmentos menos
favorecidos: según Artemio López (consultora Equis), ”la a clave de esta pérdida hay que buscarla en el comportamiento
electoral de los segmentos medios bajos y bajos y no tanto en los medios y
medios altos (…) en el conurbano bonaerense en 2009 se obtuvieron 36% de los
votos y en 2013 el 32% de los votos, una caída de cuatro puntos promedio en el
conurbano general y de seis puntos en el cordón segundo, el más vulnerable, en
un contexto socioeconómico incomparablemente mejorado, a punto que si en el año
2009 las elecciones de medio mandato se realizaron en un marco de caída de 3
puntos del PBI en 2013 el crecimiento anual esperado es del 5% y en el segundo
semestre por sobre el 6% promedio”.
Cruzando el dato por regiones, en Capital, el ICC apenas escaló 1% contra el mismo mes de 2012, mientras que el ICC aumentó en las distintas regiones en el interior del país subió en agosto 7,5% contra julio y en Gran Buenos Aires se elevó 3,7%. A diferencia del dato anterior, esto no presenta simetría con el comportamiento electoral en las Paso: "Sorprende la fortísima caída del kirchnerismo en todo el norte, donde perdió en provincias donde no había sido derrotado, como La Rioja", señaló oportunamente el ex ministro Ricardo López Murphy, para quien esta situación denota "problemas en competitividad y en energía, algo que en el inconsciente colectivo se percibe como dificultades que se van agravando". De hecho, hay economistas que han asociado el comportamiento del electorado en las provincias del interior con el malestar generado por cuyas economías regionales afectadas por el atraso cambiario.
Cruzando el dato por regiones, en Capital, el ICC apenas escaló 1% contra el mismo mes de 2012, mientras que el ICC aumentó en las distintas regiones en el interior del país subió en agosto 7,5% contra julio y en Gran Buenos Aires se elevó 3,7%. A diferencia del dato anterior, esto no presenta simetría con el comportamiento electoral en las Paso: "Sorprende la fortísima caída del kirchnerismo en todo el norte, donde perdió en provincias donde no había sido derrotado, como La Rioja", señaló oportunamente el ex ministro Ricardo López Murphy, para quien esta situación denota "problemas en competitividad y en energía, algo que en el inconsciente colectivo se percibe como dificultades que se van agravando". De hecho, hay economistas que han asociado el comportamiento del electorado en las provincias del interior con el malestar generado por cuyas economías regionales afectadas por el atraso cambiario.
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