Los
análisis de coyuntura destacan que el problema para el gobierno nacional es que
está pagando el costo político
de devaluar sin obtener ninguno de
sus beneficios: aunque aceleró la cotización oficial del billete verde, la tasa de devaluación sigue por
debajo de la inflación real; de esa manera, la relativa flexibilización no
es suficiente para resolver el problema
de atraso cambiario y
el de productos argentinos más caros para exportar, ya que los demás
países de la región (incluido Brasil) han devaluado
fuertemente sus monedas (un real
más débil abarata la mano de obra y algunos insumos, lo que hace que los bienes
que se fabrican en ese país ganen competitividad frente a los que se producen de
este lado de la frontera).
Por
otro lado, el gobierno afronta el costo de las medidas antipáticas medidas
restrictivas en cuanto al dólar, dado que la compra de la divisa estadounidense
ha sido una modalidad de ahorro
preferida desde hace al menos tres
generaciones. De esa manera, asistimos a la aparente paradoja de un boom de
consumo de ciertos bienes durables (en especial, autos) y de viajes al
exterior, en simultáneo con un aumento del descontento con el gobierno nacional.
Más o igual inflación, con menos crecimiento económico que antes, junto con
restricciones cambiarias y desgaste de un gobierno que ya lleva una década en
el poder son factores que contribuyen a explicar los resultados (provisorios,
ya que falta la parada decisiva que es octubre, pero no por provisorios menos importantes)
de las primarias de agosto: "En las
elecciones anteriores ya había deterioro económico, pero la inflación se
compensaba con la evolución del salario. Ahora se agregó el cepo cambiario, que irrita mucho y
lleva al Ejecutivo a sufrir un gran desgaste político", sintetizó Diego Giacomini, economista
jefe de la consultora Economía & Regiones.
¿Cómo
sigue esta historia? El Índice General de Expectativas Económicas (IGEE)
registró en agosto una mejora del 2,4% con respecto a igual período del 2012. El
indicador alcanzó los 103 puntos, con una mejora del 0,8% con relación a
julio de este año, reportó la Escuela de Economía de la Universidad
Católica Argentina (UCA), en forma conjunta con la consultora TNS Gallup. Los resultados
surgen de una encuesta de alcance nacional realizada entre 1.016 personas de 26
localidades de todo el país, entre el 15 y el 30 de agosto pasado.
El
nuevo incremento verificado por el IGEE obedece en especial
a "percepciones más optimistas sobre el momento para la compra de
bienes durables", señaló el informe, al mismo tiempo que "la mayoría
de los argentinos sigue manifestando que apenas llega a fin de mes con su
ingreso". El signo de los tiempos parece ser el de las aparentes
paradojas: en la medición de agosto último, los consultados
manifestaron "visiones un poco más pesimistas sobre la situación
económica actual y la evolución futura del ingreso", sostuvo la UCA. "No obstante, se muestran visiones más
optimistas con respecto a la evolución de la situación económica en el mediano
plazo y una mejor evaluación acerca del presente momento para la compra de
bienes durables". Como se advierte, una mezcla de pesimismo y
optimismo, todo un desafío para los analistas. Del análisis de subíndices, surge que el de Situación Actual obtuvo 113 puntos, lo que representa una leve baja del 0,9% con respecto al mes anterior y una suba del 0,9% en relación a un año atrás. Por su parte, el segmento Situación Futura alcanzó 81 puntos, que implica una mejora del 0,3% frente a julio pasado y del 3,4% con relación al mismo período de 2012. El rubro Compra, por su parte, obtuvo 125 puntos, ubicándose un 3,2% por arriba del período anterior y un 3,2% por encima del registro de agosto de 2012: "Este valor es el más alto de los últimos 12 meses", resaltó la UCA, en lo que constituye quizá el dato más relevante para tratar de anticipar qué puede pasar con el consumo en los próximos meses.
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