viernes, 6 de septiembre de 2013

Gestión, ejes de campaña y segmentos electorales (1)

El cierre de la entrada anterior repasaba una óptica según la radicalización de posiciones resultó nítidamente perjudicial para el oficialismo, dado que se distanció del segmento electoral que decide todas las elecciones: el de los independientes, el electorado más volátil y elusivo (que ya en 2009, recordemos, se había distanciado del oficialismo, y en 2011 volvió a acercarse al FPV). Recordemos la hipótesis de los tres tercios, expuesta repetidas veces en este blog. Recientemente, el sociólogo Manuel Mora y Araujo en su disertación en la Fundación Mediterránea hizo un planteo similar, aunque con algunas diferencias en los porcentuales: “el electorado argentino se puede dividir así: 16% es kirchnerista; 13% algo kirchnerista; un sector intermedio del 27%; otro poco kirchnerista del 22% y otro antikirchnerista con el mismo porcentaje. Hace 2 años el sector intermedio acompañó a Cristina y en las PASO no le tuvo confianza. De ellos depende quién gane en octubre”, reflexionó.

Si tomamos los segmentos adherentes o más bien adherentes (16% + 13%) nos da un 29%, es decir casi un tercio favorable al kirchnerismo (en las PASO obtuvo casi un 27%); si tomamos los segmentos desfavorables, tenemos un 44% (en rigor, debería ser 43% para que la suma total de 100%). Aunque aquí no tenemos estrictamente una hipótesis de tres tercios, el segmento decisivo vuelve a ser el 27% de independientes, lo que valida el argumento de que es el centro el que define la elección. Si el voto está así de desalineado, entonces al FPV le será difícil mejorar el resultado en octubre, por más que aceite la ingeniería electoral en Buenos Aires; otra cuestión será si las medidas de gestión junto al viraje de la campaña (reconocimiento de la inseguridad  + propuestas alejadas del tradicional “garantismo”, alivio en Ganancias, cierto reconocimiento de la inflación, entre otras novedades) convencen o no a estos electores desencantados del oficialismo.

Esa línea argumental también queda validada tácitamente si reparamos en el conjunto de datos que surgen de las encuestas realizadas por Federico González y Cecilia Valladares: el candidato del Frente renovador, Sergio Massa, tiene una intención de voto de 43,13% contra 30,56% del kirchnerista, Martín Insaurralde.  En caso de confirmarse este resultado el 27 de octubre, el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner duplicaría su ventaja, ya que el 11 de agosto, ganó por 35,05% a 29,65%: fueron 5,4 puntos de diferencia, que ahora subirían a 12,57, con el plus de superar la barrera de los 40 puntos. Ese mismo sondeo arroja que Francisco de Narváez, quien escogió una línea de campaña claramente confrontativa respecto del oficialismo (con protagonismo del mensaje polarizador “Ella o vos”, a diferencia de la línea moderada sostenida por Massa) estaría descendiendo del 10,54% obtenido en las Paso al 4,82%. En tanto, la líder del GEN, Margarita Stolbizer, pasaría del 11,13% obtenido en las Paso al 15,90%, consolidándose en tercer lugar y estirando la brecha sobre el candidato del PJ disidente de 0,59% a 11,08%.

Para peor, el empresario que va por la renovación de la banca obtenida por su victoria sobre Néstor Kirchner y Daniel Scioli en 2009 ahora podría terminar peleando por el cuarto puesto con la izquierda, ya que Néstor Pitrola roza el 4%. Ese candidato incluso podría crecer gracias a otras opciones de izquierda que no alcanzaron el piso necesario para competir en octubre, como el Movimiento Avanzada Socialista (MAS) y del Frente Popular Democrático y Social (Podemos), que obtuvieron el 0,78% y el 1,17%. De ser así, la derecha que encarna De Narváez quedaría confinada a un nicho del espectro electoral, con porcentajes similares a los de la izquierda: los extremos se tocan…

Por su parte, otro estudio (atribuido a Jaime Durán Barba, consultor del PRO de Mauricio Macri) ubica a Massa con una intención de voto proyectada a octubre del 42% de los votos, Insaurralde con el 24% -bajando unos cinco puntos en relación con las PASO de agosto- y Stolbizer con el 16%. También en este estudio De Narváez queda relegado a pelear por el cuarto puesto con el ascenso del trotskista Pitrola (ya que ambos oscilan en torno al 4%). Es muy probable que este sondeo, que estira la ventaja de Massa sobre el FPV a 18 puntos, haya influido en la declaración del líder del PRO, Mauricio Macri, en el sentido de que su alianza con Sergio Massa apunta a un "voto útil" que le ponga un límite al oficialismo, pero sembrando dudas sobre si el rol de Massa es el de un genuino opositor al kirchnerismo. Carente de armado propio en la decisiva provincia de Buenos Aires, el jefe de gobierno capta que Massa puede ser una amenaza para una eventual candidatura presidencial suya en 2015 más seria que la que en su momento supuso el estrecho triunfo de De Narváez en 2009 sobre el kirchnerismo

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