El Frente de Todos ganó la elección presidencial en primera vuelta, le arrebató la provincia de Buenos Aires (PBA) al oficialismo y sus aliados provinciales retuvieron las dos provincias que ponían en juego, Catamarca y La Rioja. Por su parte, Juntos por el Cambio pudo retener la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). A nivel país, Alberto y Cristina Fernández alrededor del 48% de los votos, vs alrededor del 40% de Macri-Pichetto (ver datos arriba; click para agrandar). Con más del 48% de los votos vs poco más del 40%, para el oficialismo, el Frente de Todos se constituyó como primera minoría electoral, quedando a 2 pp de conformar una mayoría neta. El mejor resultado reciente del espacio pan-justicialista sigue siendo el 54,11% alcanzado por CFK en 2011 y esta vez, a diferencia de lo que sucedió cuando ella consiguió la reelección, la ventaja obtenida en las primarias se achicó de 16,55 puntos porcentuales a unos 8 pp. En ese marco, la dinámica pos-PASO se pareció más a la de 2015 que a la de 2011. En cuanto a la participación, mientras que en las PASO votaron 25.543.041 electores (76,41%), ahora sufragaron 26.352.226 (80,86%); un crecimiento de 4,45 pp en la afluencia.
La fórmula compuesta por la ex presidenta y el ex Jefe de Gabinete se impuso en 18 distritos, mientras que Juntos por el Cambio logró hacerlo en 6 (ver mapa debajo; click para agrandar). Sin embargo, las brechas a favor de Juntos por el Cambio son magras en San Luis, Santa Fe y Entre Ríos (distritos que serán gobernados por justicialistas en el mandato 2019-2023). Sólo Mendoza puede ser considerado como un bastión cambiemita o, con más propiedad, radical, ya que la ventaja ahí superó los 10 pp.
La representación en el Congreso proyecta que el Frente de Todos no tendría quórum propio (129 legisladores) en la Cámara baja: alcanzaría alrededor de 111 diputados nacionales. Juntos por el Cambio, por su parte, rondaría los 119 diputados nacionales (ver datos abajo; click para agrandar, si bien habrá que esperar al escrutinio definitivo para confirmar la distribución final). En el Senado, en cambio, el Frente de Todos sí tendrá quorum propio: 39 senadores junto con sus aliados, vs 29 de Juntos por el Cambio y aliados y 4 de otras fuerzas.
Se trata de un resultado "ditelliano" en términos políticos, dado que perfila una coalición de centro-popular vs una coalición de centro-conservador, un mapa relativamente inédito en un país donde los sectores conservadores sistemáticamente recurrieron a los golpes de Estado por su falta de competitividad electoral. En este caso, ese patrón se corrige parcialmente, dado que la Alianza Cambiemos/Juntos por el Cambio logra terminar su mandato y mantener una segunda minoría electoral relativamente robusta (más allá de que resta ver si logra mantenerse como interbloque en el Congreso, o la derrota genera una diáspora). Esta línea interpretativa coincide con la expuesta por Juan Pablo Schinello, referente de la consultora Clivajes: "Esta elección (una especie de balotage en primera vuelta) puede reperfilar el sistema de partidos argentinos. Con 2 coaliciones de gobierno, una de centro derecha y otra de centro izquierda".
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