viernes, 14 de febrero de 2020

Tendencias a dos meses de gestión: datos duros y datos blandos


La semana en que la gestión cumplió dos meses (10 de febrero), hubo una serie de datos duros y datos blandos positivos para el gobierno de Alberto Fernández. El dato duro fue la inflación de enero, medida por el Indec: el IPC arrojó 2,3% en enero de 2020, el guarismo más bajo del último semestre, cercano al piso del 2019 (2,2% en julio) y 1,4 puntos porcentuales por debajo de diciembre de 2019 (3,7%; ver gráfico abajo, click para agrandar). Se trata de una señal positiva aunque no puede hablarse aún de desinflación, dado que hay factores estacionales que no permiten dar por descontado que esa baja sea sustentable en el tiempo. Por un lado, está el tema del congelamiento de tarifas (en los distritos en los que no opera la inflación provincial fue mayor, como es el caso de Córdoba), la relativa estabilidad del tipo de cambio y otros factores propios de diciembre (asignaciones y bonificaciones propias de ese mes) que no operan durante enero. Además, en el rubro Salud, en enero un acuerdo del gobierno  con los laboratorios ayudó a bajar medicamentos. Sin embargo, no deja de ser cierto que en enero también volvió el IVA a productos de la canasta de alimentos, rubro que subió al 4,7% (y, como se sabe, incide más en la canasta de los sectores sociales más vulnerables). En resumen, buena señal, pero sin duda la inflación sigue siendo un tema a seguir.  



Yendo a los datos blandos, la consultora Ricardo Rouvier y Asociados publicó el lunes 10 de febrero un reporte basado en una encuesta de 1.200 casos relevados telefónicamente del 27 de enero al 1 de febrero de 2020, con un error muestral de +/- 2,8%. El estudio muestra que la imagen positiva del presidente Alberto Fernández roza el 57%, con 39,2% de negativa (ver gráfico al inicio del posteo; click para agrandar). El evolutivo desde agosto pasado (cuando ganó las PASO con 49,49% de los votos) muestra una calificación positiva constante entre 56% y 57%, y una negativa también amesetada entre 38% y 39%. La apertura por niveles de intensidad muestra que la muy buena/buena suma casi 42%, la regular positiva roza 15%, la regular mala 12% y la mala/muy mala 27% (ver gráfico abajo; click para agrandar). Si comparamos con el voto en octubre de 2019 (48,24%), la imagen positiva está unos 8,56 pp arriba, mientras que la negativa está en el mismo orden de magnitud que el voto a Juntos por el Cambio el 27-O: 40,28%. 



El estudio aporta otro dato ilustrativo blando comparable con el dato duro de la elección del 27-O:  a quién votarían si la elección fuera hoy. Alberto Fernández alcanza 51,1%, vs 31,2% de Macri (ver gráfico abajo; click para agrandar). Lógicamente, al ser un estudio poselectoral no proyecta indecisos, pero si detraemos del cálculo quienes votarían en blanco o impugnarían para contar sobre votos válidos positivos (como sucede con los datos oficiales de una elección), Fernández alcanzaría 52,7% vs 32,2% de Macri. Comparando con el resultado de octubre, el Frente de Todos avanza 4,46 pp, mientras que Juntos por el Cambio cede 8,08 pp. Esto confirma, en la línea de lo que hemos visto en estudios anteriores, que el oficialismo viene creciendo en respaldo respecto a los votos que obtuvo en las elecciones generales de octubre de 2019, mientras que la principal fuerza opositora está más cerca del resultado de las PASO (32,94%) que de su caudal en octubre. Básicamente, está operando un efecto de "espiral del silencio" que repliega levemente su adhesión electoral, aunque en términos actitudinales ese 40% opositor está, como se expresa en diversas variables que venimos revisando. 



Si cotejamos los datos del estudio de Rouvier de febrero con el que la Universidad del Salvador (Udesa) publicó cuando la gestión Fernández cumplía su primer mes, vemos que la calificación negativa de la encuesta más reciente se ubica en el mismo orden de magnitud que la desaprobación de gestión de hace un mes: 39,2%-38%. La aprobación, en cambio, era del 50% según Udesa, casi 7 pp por debajo de lo que hoy tiene el presidente como imagen positiva (ver gráfico abajo; click para agrandar). Esto sugiere que la desaprobación de gestión y la imagen negativa son variables alineadas y se mantienen en valores constantes, mientras que la aprobación de gestión y la imagen favorable pueden estar traccionándose mutuamente en sentido positivo. 


  
Dato clave, la aprobación del gobierno de Alberto Fernández según Udesa experimenta una fuerte una suba en el nivel socioeconómico (NSE) bajo, mientras que se mantiene relativamente estable en el NSE medio y cae sensiblemente en el ABC1 (ver gráfico abajo; click para agrandar). Esto confirma la bisagra, dado que la gestión Cambiemos siempre fue percibida y sentida como más favorable hacia los sectores sociales altos, en detrimento de los más vulnerables. El estudio de Udesa se basa en una muestra de 1.015 casos relevados entre el 17 y el 27 de enero de 2020 a mayores de 16 años, con conexión a internet en todo el país. 



Finalmente, si comparamos el casi 57% de imagen positiva del presidente detectado por Rouvier hacia fines de febrero, vemos que está muy cerca del 55% de imagen positiva reportado por la consultora Opinaia a fines de enero pasado, y que la negativa de 39,2% coincide con la negativa del 40% que veíamos en ese estudio (ver gráfico abajo; click para agrandar). Así, la convergencia de diversos datos sugiere que hay consistencia en las tendencias señaladas. 



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