En este blog venimos repasando el impacto del coronavirus en la polítíca, la economía, el consumo, el trabajo y la vida cotidiana. Otro de los ámbitos que acusa el efecto Covid-19 es la educación, lo que amerita un repaso de las tendencias al respecto. Una de las primeras mediciones que abordó este tema fue la realizada por la consultora Proyección para la Secretaría de Medios y Comunicaciones de la Universidad Nacional de La Matanza (Buenos Aires), sobre una muestra de 1.250 casos reclutados de forma online durante los días 18 y 20 de abril en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires). En general, el 57,7% calificó la experiencia de educación a distancia como positiva (muy buena+buena), mientras que casi 33% opinó que fue regular y casi 10% como negativa (mala+muy mala; ver gráfico arriba, click para agrandar), lo que arroja un saldo favorable en esa primera medición.
El mismo estudio arrojó que el principal problema para la educación a distancia es la comunicación con docentes/compañeros (casi 55% de las respuestas), seguida por el acceso a internet, la dificultad para concentrarse y la falta de un espacio cómodo, que disputan el segundo puesto en situación de empate técnico (entre 28,2% y 23,3% de las menciones). Cierra el lote la falta de motivación, con 16,4%, en tanto que 15,6% no mencionó ningún problema o dificultad (ver gráfico arriba; click para agrandar). De los factores mencionados, claramente la calidad de acceso a internet es la que segmenta la posibilidad de una experiencia satisfactoria, lo cual, del mismo modo que veíamos en el teletrabajo, confirma que la brecha tecnológica es una barrera para una mayor igualdad.
Ya en el mes de mayo se conoció la primera encuesta nacional sobre el tema, realizada por la consultora Trespuntozero: sobre una muestra de 1.500 casos, casi 74% evaluó de manera positiva la educación recibida por sus hijos durante la cuarentena vs casi 22% que opinó de manera negativa. Las calificaciones positivas fueron 11,4 puntos porcentuales superiores en quienes tienen hijos en el sistema de gestión pública respecto a quienes los educan en instituciones de gestión privada, mientras que por nivel educativo los matices son menores en el inicial, primario y secundario; en cambio, las calificaciones son más bajas en el terciario-universitario (ver gráfico arriba; click para agrandar).
En la misma línea, 77% opinó que sus hijos siguen educándose o recibiendo educación en cuarentena, vs 23% que opina lo contrario (ver gráfico arriba; click para agrandar); como puede advertirse, se trata de la misma distribución de opiniones que vimos en la variable anterior, con percepciones favorables arriba del 70% y desfavorables en torno al 20%.
Según el mismo estudio, casi 2 de cada 3 argentinos califican de manera positiva el desempeño del gobierno nacional en materia educativa durante la cuarentena, mientras que 28% opina de manera negativa sobre ella y 7% ns/nc (ver gráfico abajo; click para agrandar). La misma proporción considera que el gobierno nacional está haciendo esfuerzos para que no se pierda el año lectivo vs 26% que opina lo contrario (ver gráfico abajo; click para agrandar), lo cual muestra una notable regularidad estadística en la distribución de opiniones al respecto en estas dos variables.
En síntesis, las tendencias en conjunto muestran que la experiencia de educación a distancia es evaluada de manera positiva en guarismos que oscilan entre el 74% y el 77% y de manera negativa por alrededor de un 20%. Finalmente, el desempeño del gobierno nacional en la materia es calificado de manera positiva por el 65% y negativamente por alrededor del 27%, en promedio, lo que perfila un nivel de satisfacción importante en esta dimensión que ha sufrido un impacto drástico a partir de la pandemia.
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