La coyuntura entretiene al público
general y especializado con la elección del nuevo Papa; sin dudas es un hecho
histórico que sea un latinoamericano y para más datos argentino, como fue un
hecho histórico la elección de Obama como primer presidente afroamericano de
los EE.UU.
Sin embargo, no cabe esperar de Jorge
Bergoglio que cambie drásticamente a la Iglesia, del mismo modo que no cabía
esperar de Obama un giro copernicano en la política estadounidense, simplemente
porque un hombre solo no puede alterar significativamente un sistema, más allá
de sus intenciones (suponiendo, y nos permitimos aquí una dosis de sano
escepticismo, que esas intenciones sean buenas, lo que en la comparación de
antecedentes favorecía más a Obama de lo que favorece a Bergoglio). Dicho esto,
retomemos la discusión de los caminos que va recorriendo la política en este
año electoral.
En la entrada anterior de coyuntura política
planteábamos que el gobierno estaba cosechando un éxito relativo en debilitar a
Moyano. Este movimiento se profundizó en las últimas semanas y el
oficialismo endureció su línea de acción frente al camionero, como quedó en
evidencia después de los bloqueos moyanistas a la cadena Maxiconsumo y a una
empresa de Temperley. En respuesta, Moyano amenazó con medidas
más fuertes que la prevista movilización de mañana con la CTA de Pablo Micheli,
lo que profundiza su aislamiento respecto del PJ, incluso de aquel no
abiertamente kirchnerista (después de los sucesos de Temperley, el moyanismo
cuestionó al gobierno bonaerense de Scioli, a quien hasta hace poco tiempo
atrás trataba de persuadir para que rompiera con el kirchnerismo).
Gran parte de la expectativa opositora
dentro del PJ pasaba por una ruptura de Scioli respecto del kirchnerismo,
escenario que sigue dentro de las condiciones de posibilidad téoricas pero que se
dilata demasiado desde las condiciones empíricas, dada la altísima dependencia
financiera que tiene el gobierno de Buenos Aires de los recursos nacionales.
Aunque por estos días la tensión entre el sciolismo y el kirchnerismo está
tocando picos de intensidad, el gobernador de Buenos Aires siempre ha mostrado
la habilidad de acompañar los procesos políticos hasta el final (lo hizo con el
menemismo) y aún así salir lo suficientemente airoso para reciclarse en un
nuevo ciclo político (el kirchnerismo, desde el 2003, con Scioli como vicepresidente de Néstor).
Por otro lado, si Scioli observa lo
que le viene sucediendo a Moyano después de la ruptura con el kirchnerismo, muy probablemente
refuerce su estrategia de esperar que el desgaste del ciclo político K
lo convierta en heredero natural. Por eso, el escenario en el que coinciden los
analistas más fríos es el de un nuevo acuerdo K-Scioli en esa provincia (es decir, una "fumata blanca") para
las listas de las legislativas de este año, en un marco en el que las encuestas
mostrarían al oficialismo casi duplicando el voto del opositor más competitivo en ese estratégico distrito.
La cuestión Massa sigue siendo una incógnita y materia de especulaciones: si en
este caso sí se produce ruptura del intendente de Tigre con el kirchnerismo,
habrá que medir y barajar de nuevo el escenario.
Aclaro: el título de la nota (y la publicación) son anteriores a una nota de idéntico título publicada en la edición digital de Ámbito, al igual que la imagen, que tomé de Facebook y está firmada por Fernando Fernandes.
ResponderEliminarDoy fe via mensajito de lo que el licenciado dice
ResponderEliminarGracias, Anónimo!
ResponderEliminarSin duda la elección de Francisco Bergoglio como Papa marcó un antes y un después en la historia de la religión. Los países latinoamericanos festejaron la noticia cual triunfo de la democracia, y los argentinos en particular cual gol de Messi. En nuestro país, los partidarios de la oposición vieron en Francisco I una luz de esperanza y los simpatizantes kirchneristas se negaron a considerar que la opinión del nuevo Papa podría influir en la gente.
ResponderEliminarRespecto a esto, Andrés Oppenheimer publicó un artículo para LA NACIÓN al que puede accederse a través del siguiente enlace: http://www.lanacion.com.ar/1564577-el-impacto-politico-del-papa-francisco
Lo cierto es que los simpatizantes del gobierno, centrados en su MICROCLIMA aseguran que Francisco I no influirá en nada en el clima de opinión del pueblo. Por su parte, los opositores centrados también en su MICROCLIMA afirman que TODOS consideran que es un hecho “visagra”.
Extraje estas conclusiones de un tipo de muestra no probabilística que realicé entre estudiantes de Comunicación del Colegio Universitario de Periodismo y estudiantes de Letras de la UNC. Es muy probable que sirva como estudio exploratorio pero no es precisa y no es posible calcular el error muestral en ella.
¿Alguna consultora habrá realizado encuestas sobre el clima de opinión respecto a este tema?
Hola Alina, gracias por tu aporte! En su momento vi algunas encuestas sobre el tema... podés googlearlas si te interesa profundizar. Tenés el sondeo que hiciste? Pasámelo, saludos!
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