lunes, 23 de junio de 2014

Coaliciones, frentismo y estrategias de acumulación (3)

Del lado de la oposición, también hay un desafío: según Poliarquía, el 55% de los encuestados votaría en la actualidad a un candidato opositor si hubiera elecciones presidenciales. Tenemos aquí una mayoría neta en ciernes, pero engañosa, dado que ese 55% se divide al menos en 4 porciones: el Frente Renovador de Sergio Massa, el Pro de Mauricio Macri, el FAU de Hermes Binner-Julio Cobos-Elisa Carrió-Ernesto Sanz-“Pino” Solanas, y la izquierda de Jorge Altamira. 

En estos espacios opositores, tenemos un frente como el FAU (que, al igual que el FPV, tiene varios precandidatos presidenciales) y dos espacios con referentes indiscutidos al interior de su fuerza: Sergio Massa en el FR (si bien está en búsqueda de un sparring para legitimarse en las primarias, nadie le disputa su candidatura) y Mauricio Macri (idéntica situación que Massa, con un matiz: mientras Macri no tiene chances de reelección en Capital Federal y sólo le queda como desafío ir por la presidencia, a Massa le queda una carta intermedia si no logra sostener su candidatura presidencial de aquí al 2015: ir por la gobernación de Buenos Aires). Todos aquí necesitan, como venimos sosteniendo, de una coalición ganadora mínima para sostener sus chances de aquí al 2015. Y el punto de partida, en un escenario de voto relativamente desalineado, son las intenciones de voto individuales más que los pesos de los sellos políticos. 

Desde esa premisa, repasemos entonces el desempeño de todas las figuras en las encuestas: según la última citada de Poliarquía (midió candidato único en el FPV), Scioli 22%, Massa 20%, Macri 16%, Binner, Cobos y Carrió 7% cada uno. De acuerdo a Raúl Aragón & Asociados (midió escenarios de PASO, con muchos candidatos), Massa 16,77%, Macri 13,64%,  Scioli 11,04%,  Randazzo (9,42%), Domínguez 0,22%, Aníbal Fernández 2,49%, Juan Urtubey 3,14%, Urribarri 3,46%. En el Frente Amplio Unen (FAU), Cobos está en situación de empate técnico con Binner (10,93% contra 8,77%). Esta segunda encuesta se desmarca de las otras conocidas en que muestra al gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota (peronista anti-K) con un 7,25% de intención de voto. Sin embargo, el cordobés no aparece en los demás escenarios del estudio, que se concentra en la puja entre los dirigentes que ocupan el podio y los referentes del FAU. Según Aragón & Asociados, en la primera vuelta el ex intendente de Tigre obtendría 23,25%, en tanto que Scioli llega al 17,57% y Macri al 17,49%. Aquí coincide con las tendencias mostradas por un tercer estudio, en este caso de Polldata, realizado en doce provincias del país y Buenos Aires (Ciudad Autónoma, interior, primer y segundo cordón del conurbano) Massa 25,3%, Macri 17,7%, Scioli (FPV) 17,1%. En este tercer estudio, dentro del FAU aparece Hermes Binner como el mejor ubicado, con 10,4%; un 12,6% son indecisos. Finalmente, un cuarto estudio de la consultora W de Guillermo Oliveto, junto a Trial Panel (un tanto bizarro desde lo metodológico, dado que se basa en 1.200 casos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe recolectados entre septiembre 2013 y abril 2014, un período excesivamente largo de toma de datos, que mezcla momentos y coyunturas políticas muy distintas), Massa 22%, Macri 15%, Scioli 9%, Randazzo 7%, Carrió 5%, Cobos 4%,  Urribarri 2%, Sanz y Solanas 1%.

Pasando en limpio, también en la oposición es relevante el análisis de sinergias y alergias entre precandidatos del mismo espacio: ¿los votantes de Binner votarían a Cobos si el mendocino vence el santafesino en la interna, y viceversa? ¿Y cómo reaccionarían los de Carrió en la misma circunstancia? Y los de Sanz y Solanas? Adviértase que aquí no aplica el mismo análisis que en el caso del FPV, porque mientras allí el votante de Urribarri, por ejemplo, teóricamente más cercano al “kirchnerismo puro”, de rechazar a Scioli, no le queda otra que abstenerse o bien votar por un candidato opositor al oficialismo (algo que difícilmente haría si es “filo-K”), En cambio, al votante del FAU que votó en las Paso a un candidato que no ganó y por lo tanto no participa en las generales de octubre, le quedan 4 alternativas de voto positivo (descartando abstenerse, anular o impugnar el voto, o votar en blanco): votar efectivamente al candidato triunfante del FAU (el objetivo de máxima de la coalición sería encolumnar todos los votos dispersos), o bien votar por otros candidatos opositores (Massa, Macri, Altamira, por ejemplo). 

De ahí que Massa y Macri ensayen estrategias de cooptación y seducción hacia el armado político del FAU, pues saben que captar parte del electorado de ese espacio es necesario para construir una coalición mínima ganadora. Y aquí volvemos a citar a Carlos Fara: “Al obturarse el libro de pases del peronismo a Massa, tampoco fluirán hacia Macri, desde ya. Al secarse la fuente justicialista, obliga a Macri y Massa a ir por los radicales. Pero los radicales acaban de crear su propia fortaleza de protección con el Frente Amplio Unen. Resultado: la autodefensa del Gobierno ha frizado todo el escenario. Los bloques básicamente ya están armados. En los últimos días lo que se ve son más pases entre los opositores que desprendimientos del oficialismo: Massa atrae a Cristian Ritondo, “Pechi” Quiroga y los macristas de Entre Ríos; Macri atrae a Facundo Moyano; Luis Barrionuevo y Darío Giustozzi molestos con Massa, y así sucesivamente”.

20 comentarios:

  1. En esta se refleja la clara intención de voto que tiene la población, ya que todas las encuestas realizadas por los distintos consultoras, arrojan resultados parecidos, solo diferenciándose en un que otro punto.
    Creo que las cifras ayudan a entender como es el panorama que se presentara en el 2015 y que evidencia que los votantes tienen la intensión de provocar un cambio.
    Este tipo de análisis cuantitativo ayudan no solo a ver la intensión de voto, sino también el cansancio de la gente de un mismo modelo político que viene desde hace años y que en cierta forma no se condice con lo que el pueblo quiere.
    Las próximas elecciones serán como una "carrera de caballos" en donde el que mejor entrenado este para afrontar los desafíos que se le presenten en el terreno de juego y en donde el que el llegue a la meta sea por el apoyo solido de lo conduzca hacia aquello que se desea como pueblo.
    La clara división de votos y los bajos porcentajes hasta el momento, evidencian que los votantes no tienen bien en claro que cambio es el que se pretende, como así también puede deberse a la falta de confianza que se tiene en los políticos.
    Creo que con los últimos acontecimientos sobre la economía, los candidatos del oficialismo vivirán un nuevo revés y quedaran aun mas lejos de seguir al mando.
    El mayor impacto sera en los grandes conglomerados, que serán ellos que marquen la diferencia en esta intensión de voto y que como vienen marcando las tendencias en las encuestas, se cambiara el viejo modelo de voto tradicionalista, para apostar a un cambio en las estructuras políticas.
    Es importante resaltar que en los momentos que se están viviendo como país, en cuanto a la desestabilidad, la falta de apoyo a las esferas publicas básicas (como lo son la salud y la educación) y la inseguridad, son una evidente influencia a la hora de pensar en que candidato sera el elegido en las próximas presidenciales.
    Es necesario comprender que hoy por hoy, el voto significa mucho mas que la simpatía por determinado partido político como solía ser en otras épocas.

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  2. En el texto se presentan encuestas (que son métodos cuantitativos, miden las percepciones globales de la realidad, a diferencia de las técnicas cualitativas, que buscan información a nivel de la intimidad del individuo), distintas, realizadas por diferentes consultoras, de las cuales cada una tiene su propio interés, y elige porqué quiere publicar esos datos; este es un ítem necesario a considerar antes de continuar con el desarrollo del análisis. Todas miden la intención de voto de cara a las futuras elecciones de 2015; pero las variaciones son importantes en algunos casos; por ejemplo, Scioli encabeza una de las encuestas, pero aparece en el tercer lugar en otras; no hay que olvidar que entre las funciones de las encuestas, además de diagnosticar, se encuentran el estratégico y el propagandístico; las diferentes difusiones de los datos tienen en cuenta esto, así como también el efecto que pueden producir. Sin embargo, en personas que tengan un modelo de voto psicológico (vota al candidato por conexión psicológica con el partido) o sociológico (por una pertenencia social, por ejemplo, siguiendo las preferencias de su familia) no variaría mucho la difusión de los datos, pero sí en la perspectiva de voto racional, y aún más, en el modelo del clima de opinión (en donde el individuo teme al aislamiento y sufre la presión del entorno). El “efecto del carro ganador” podría verse manifestado en algunos votantes que miren y observen alguna de estas encuestas. Sin embargo, uno de los puntos clave es la oposición al oficialismo; se ve repartida en 4 partes, por lo que es posible que se produzca alguna coalición antes de las elecciones, para unir fuerzas. En el FAU hay muchos nombres, todos con cierto peso específico, lo que lleva a pensar en las posibles acciones que tome el partido, o estrategias que implemente, para hacerle fuerza al oficialismo. EN el FR y el PRO, en cambio, Massa y Macri aparecen como los grandes referentes. La pregunta es si les alcanzará para llegar al poder; como muestran las encuestas, ninguno de los candidatos a sacado una gran diferencia con respecto a otro en intención de voto, y el efecto del carro ganador, con números tan ajustados, quizá no sea tan determinante, al menos en esta primera etapa (aún queda un largo trecho hasta las elecciones, y múltiples escenarios posibles). Cómo plantea el texto, habrá que observar si el votante que elige a Carrió votaría a otro integrante del FAU, como Binner; al ser candidatos que tienen un cierto reconocimiento, tal vez o Macri o Massa busquen captar a alguien del FAU para ganar más votos. Las encuestas no especifican el error muestral que siempre está presente, pero sí se puede afirmar que queda mucho hasta las elecciones (quizá a los candidatos les serviría, para planificar su campaña y observar aspectos para su candidatura, ver resultados de alguna técnica cualitativa, como un focus group, grupos de discusión o entrevistas en profundidad, para ir apreciando las necesidades y demandas de la gente a un nivel más profundo) y que el panorama, si bien hay indicios, aún no es muy claro sobre quien tiene más posibilidades de obtener un triunfo.

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  3. De acuerdo a lo expuesto en la nota de más arriba, si nos guiamos por una serie de encuestas recientes, Massa se ubicaría a la cabeza de los precandidatos presidenciales. Sin embargo, cabe aclarar, en consonancia con la apreciación de Norman Berra, que la encuesta realizada por la consultora W de Guillermo Oliveto junto a Trial Panel, no sería del todo atinada, al menos metodológicamente hablando. Esto se debe a que se recolectó información en períodos de tiempo un tanto largos, lo que dificulta tener un diagnóstico certero, ya que las circunstancias políticas y sociales juegan un papel relevante al momento de tomar la muestra.

    Aclarado esto, no significa que haya que subestimar dicha encuesta, pero sí, en todo caso, no atribuirle una significativa influencia al comparar los resultados de las 4 encuestas de intención de voto individual. Dichas mediciones darían, futbolísticamente hablando, a Massa como el vencedor por 3 – 1 sobre Scioli. En todo caso, el resultado entre las encuestas podría presentarse como una victoria de Massa en dos de ellas, mientras que Scioli lidera la punta en el estudio de Poliarquía, ya que, según creo, el estudio de la consultora W y Trial Panel no sería del todo determinante.

    En cuanto al comentario de Analía Gigena, coincido con su apreciación acerca del cambio que estaría demandando una parte de la población argentina. De todas formas, tal como expone Norman Berra más arriba, no hay que dejarse engañar por el hecho de que el 55% de los encuestados votaría a un candidato opositor. Si bien es un dato significativo, dicho porcentaje se dividiría en 4 facciones, representadas por Massa, Macri, la liga Binner-Cobos-Carrió-Sanz-Solanas, y luego Altamira.

    Si bien hay una significativa porción social opuesta al kirchnerismo, sus preferencias no estarían unificadas, sino más bien diluidas, lo cual podría redundar en una aún sólida masa electoral proclive al oficialismo.

    Ya que estamos hablando del tema, es bueno traer a colación la diferencia en torno al cambio que explica Berra en un post anterior. En dicha publicación, Norman aclara que, ante una demanda de cambio, debemos distinguir entre un cambio con continuidad (un candidato oficialista cambiará algunas cosas que no se lograron o no gustaron en la gestión anterior) y un cambio del signo político del gobierno (cambios sustanciales, de líder y/o partido).

    En este último caso, se genera un espacio vacante para que el candidato opositor más despierto ocupe ese lugar y prometa aquellos cambios que demanda el pueblo. A su vez, el/los candidatos del oficialismo en cuestión, en este caso Scioli, se mostrará como una opción moderadora de los intereses tanto del partido como del pueblo, por lo que se presentará como un cambio (para aquellos disconformes) pero con continuidad (para los partidarios del modelo).

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  4. Luego de leer las tres últimas notas, creo que no se va a poder obtener más respuestas de las últimas encuestas aparte de lo ya dicho, al menos por un tiempo, hasta que se empiecen a asentar mejor los candidatos y las propuestas. La premisa es básica: Scioli lleva la delantera, aunque no sea el preferido del oficialismo y la oposición deberá elegir un solo candidato para que pueda aunar los votos repartido entre todos los candidatos existentes (por cierto, algunos deberían entender que no tienen chances luego de los intentos fallidos anteriores y observando las encuestas actuales) si quieren dar pelea en 2015.

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  5. Los datos publicados por cada consultora muestra la intención de voto: ¿a quién votaría usted si las elecciones presidenciales fueran hoy? Es una foto de este momento, un diagnóstico que a algunos candidatos los puede ayudar a cambiar algún aspecto de su campaña, pero faltan extensos meses para las elecciones y como se miden opiniones tan volátiles como la sociedad misma, algo puede cambiar.
    Cabe destacar que los resultado que aquí se muestran son parecidos entre las consultoras, a excepción de Poliarquía quién midió a Scioli 22% por sobre Massa con 20%, Macri 16%, Binner, Cobos y Carrió 7%. Además comparado con publicaciones de encuestas anteriores, no hay variación significativa en los números porcentuales de cada candidato. Scioli va primero por el lado del oficialismo, aunque sea el “menos K de todos los K”, Massa también lleva la delantera en algunas encuestas, Macri lo sigue por uno puntos debajo y Binner, Cobos y Carrió que continúan detrás.
    La cuestión es qué pasará con la oposición que presenta un abanico de candidatos, cómo juntará los votos para darle pelea a Scioli, cómo logrará que la gente ante la caída de uno de sus candidatos traslade sus votos a alguno de los candidatos de la oposición y no se pase al bando contrario votando a Scioli, candidato que propone cambio y continuidad, algo tan aclamado por gran parte de la población argentina: cambiar lo malo pero mantener lo bueno que hizo el gobierno actual (éstas cuestiones sólo podríamos conocerlas mediante una técnica cualitativa, para profundizar en cuanto al estado de ánimo, demandas, problemáticas, el proceso político, expectativas de cara a las elecciones 2015, que ayudaría y alertaría a varios candidatos -aún perdidos- a fijar propuestas y dejar de hacer sólo denuncias).
    Ante la publicación de estas encuestas y su incidencia en algunos votantes, creo que se podrá ver el “efecto del carro ganador”, aquellos indecisos y poco motivados que por no ser minoría prefieren –por ejemplo- votar al candidato que va segundo en las elecciones, a la fuerza opositora, porque al ser opositor, no quiere que de ninguna manera gane el oficialismo pero para estar en sintonía con la mayoría y mediante los “sensores cuasiestadísticos” saben o alertan que el candidato opositor al cual iban a votar, no tendrá chances de pelarla de cara al 2015. También se podría producir el efecto del “candidato menos favorecido” en el cual comenzarían a correr riesgos los candidatos que ven primeros en las encuestas, ya que si a este factor se le suma que alguno de éstos tiene alta imagen negativa puede jugarle muy en contra, por ejemplo: Massa 20% de intención de votos y 80% jamás lo votaría.
    El panorama actual refleja que podría darse una segunda vuelta, ya que no hay un candidato preferido por un amplio porcentaje y tanto Scioli, Massa, como Macri están tratando de fortalecerse y con el tiempo se podrá ver qué propuestas asientan para su candidatura y qué tipos de alianzas deben realizar (de las más variadas) para pelear la presidencia.

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    1. A. Gracias por tu aporte, Anabella! Una observación, que Massa (o cualquier otro candidato) tenga 20% de intención de voto, no quiere decir que el 80% restante jamás lo votaría (si fuera así, ningún candidato tendría chances de crecer). Para medir pisos y techos de hace una pregunta distinta a la de intención de voto. Saludos!

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  6. Con respecto a lo expuesto en esta publicación me gustaría centrarme en lo relativo al estudio de la consultora W de Guillermo Oliveto, junto a Trial Panel, el cual podría evaluarse como "no apto" dado el extenso tiempo entre ambos períodos de recolección de la información, teniendo en cuenta lo cambiante y fluctuante de la realidad sociopolítica.
    Lo anteriormente expuesto me lleva a reflexionar acerca de la responsabilidad que deben asumir la consultoras de opinión pública o cualquier otro organismo que trabaje con estadísticas sosteniendo que las mismas deben ser utilizadas como una herramienta para exponerle a la sociedad la información de una manera que le sea comprensible (en este caso, la estadística descriptiva, utilizada para resumir la información, para presentarla de manera accesible a la lectura y para extraer conclusiones de ella). Por lo tanto, encuentro destacable el hecho de que en esta nota haya sido aclarada y señalada la impertinencia metodológica de uno de los sondeos presentados en lugar de haber omitido esta información dándole a entender al lector que el mismo había sido realizado de manera correcta.

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  7. Gastón Pedano (Colegio Universitario de Periodismo, Turno Mañana)28 de junio de 2014, 14:00

    Las consultoras Poliarquía, Raúl Aragón & Asociados, Polldata, y la W de Guillermo Oliveto, junto a Trial Panel, realizaron encuestas para obtener una representatividad estadística sobre las percepciones globales acerca de lo que serán las elecciones presidenciales en el 2015. Lo que se buscó con esta técnica cuantitativa es dar un pronóstico de lo que serán los resultados de las próximas elecciones. Sin embargo, es importante destacar que, en el caso del estudio de la consultora W junto a Trial Panel no fue muy seria la metodología usada para llevar a cabo la medición debido a que se basa en 1200 casos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe que fueron recolectados entre septiembre de 2013 y abril de este año, es decir, que el período es muy largo por lo fue atravesado por situaciones y acontecimientos políticos muy diferentes, por lo tanto, los resultados no son lo suficientemente "uniformes". Con respecto a las demás encuestas realizadas por las otras consultoras, es importante tener presente que se trata de "aproximaciones", de pronósticos, que pueden sufrir cambios en el resto de los meses, de acuerdo a los cambios que se den en la coyuntura política. Nunca (o casi nunca) la divulgación de los resultados de las encuestas tienen fines simplemente electorales (para estimar resultados), si no que también tienen fines estratégicos, con el fin de cambiar la tendencia de la opinión pública y, propagandísticos con el fin de favorecer a un candidato en detrimento de otros. De todas formas, se trata de proyecciones, la verdad, la tendremos en el 2015.

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  8. Agostini Gabriel

    En el marco de un análisis general, según el texto de Martín D´Alessandro, podemos apreciar gracias a la información y las relaciones planteadas en el post: que efectivamente hemos entrado en la era de la “democracia de audiencia”, es decir “las personas parecen votar de modo distinto de una elección a otra dependiendo de la persona en particular que compita por su voto” y ya no por el partido. Si planteamos esta perspectiva podríamos suponer y pensar en el voto de una persona que elige por ejemplo a Julio Cobos en las PASO. Si el ex vicepresidente no formara parte de la segunda instancia es improbable que el votante elija al representante de la FAU que haya sido seleccionado en las PASO.
    Otro elemento teórico aquí relacionado es el modelo de voto: Clima de opinión, en relación a los indecisos. El número de estos aumentaría luego de las PASOS ya que se agregarían algunos votantes de Cobos si este no quedara, o los votantes de Carrió si la misma no quedara. ¿Qué sucedería con ellos? ¿Votarían a la persona o votarían al partido? Nada es seguro pero apoyándonos en los dos fundamentos teóricos antes mencionados (“democracia de audiencia” y “voto de opinión) podríamos sostener que algunos de los votantes darían su apoyo a un candidato-posible ganador, por los fenómenos de: presión social y miedo al aislamiento.
    El método utilizado aquí es de carácter cuantitativo ya que tiende a “numerizar” la variable o las variables, en este caso la intensión de voto, de diversas personas. Debido a que en este caso el universo a analizar es infinito es imposible censarlo, por eso, se recurre a la encuesta por muestreo. De allí ya sabemos que debemos tener en cuenta un error muestral que puede potenciar una u otra variable. Al trabajar con la intención de votos debemos tener en cuenta que puede variar de aquí a un año pero no de manera desmedida. Este post refleja una foto, pero la misma nos ayuda a entender y descartar ciertas opciones. Y por sobre todo, la nota periodística nos ofrece un lugar desde donde leer las estrategias y movidas políticas de parte de todos los actores.

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  9. Demian Altamirano
    Me parece que las mediciones que se tienen hasta el momento son buenas para ir delimitando las posibilidades reales que cada uno de los candidatos posee. Como demuestran la mayoría de las consultoras el candidato K mas firme es Scioli y que la diferencia actual de intención de voto entre éste y los principales opositores (Massa y Macri) no es significativa.
    La transmisión del mundial de fútbol esta siendo utilizada diarimente para mostrar los trofeos del modelo K y puede ser un gran impulso para que Scioli aumente su posible electorado (dejando de lado que no es un kirchnerista puro, pero captaría a los seguidores del modelo).
    Por otro lado, tuve la posibilidad de visitar Buenos Aires y me sorprendio la gran cantidad de propaganda política de Massa, en comparación a la practicamente nula campaña llevada adelante en Córdoba. No me sorprendería que analizándolo con nuevos sondeos, el candidato del FR decida bajarse e ir por Buenos Aires.
    En fin, falta mucho pero ya parecen ir definiéndose las intenciones.

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    1. Delupi Baal


      Es claro que influye la intención de voto que se obtiene de la encuesta. Sirve para entender un panorama aproximado de lo que se desarrollará en las elecciones, y todas las consultoras coinciden en sus resultados.
      Lo que se buscó con esta técnica cuantitativa es visualizar un panorama de lo que serán los resultados de las próximas elecciones.
      Hay un claro desgaste del gobierno actual por parte de varios sectores, pero a su vez se ve como se aplicaría en cuatro candidatos diferentes. De todas formas no es la primera vez que el oficialismo cae en una encuesta negativa, y luego resurge con una intención de voto favorable.
      Esta encuesta les sirve a los candidatos para tener un panorama, y saber en qué situación estan parados. Poliarquía marca la diferencia con las otras consultoras posicionando a Scioli con un 22%, frente a Massa que posee un 20%. La cuestión a resolver es cómo se repartirán los candidatos de la oposición ese porcentaje del 55%. Deberán planear una estrategia para fortalecer esos números, y contra restar el posicionamiento del oficialismo.
      Lo que se buscó con esta técnica cuantitativa es visualizar un panorama de lo que serán los resultados de las próximas elecciones.

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    2. A. Gracias por tu aporte, Demian, saludos!

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    3. Gracias por sus aportes, Demian y Baal, saludos! (AA)

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