Sin duda, en los últimos años creció la preocupación por la inclusión, entendida como favorecer la igualdad de oportunidades para personas o grupos que tiempo atrás no eran atendidos adecuadamente. Este cambio se expresa en distintos terrenos.
Tecnologías inclusivas
· Educación especial. El ámbito educativo es clave para la inclusión, como saben los docentes que enseñan a chicos con necesidades especiales. En el último año, la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (Cessi) trabajó en conjunto con la Asociación Argentina de Usuarios de la Informática y las Comunicaciones (Usuaria) y los padres de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra) para proporcionar herramientas que acompañen esos procesos de aprendizaje, labor en la que participaron desde Pymes hasta firmas como Globant, Microsoft y Google. Así, surgieron aplicaciones para ser descargadas sin costo desde las tiendas Google Play, el App Store de Apple, la tienda Windows de Microsoft y el BlackBerry World.
· Tablets. Según estos desarrolladores, la tablet es un dispositivo de uso intuitivo que favorece las aplicaciones diseñadas para chicos con necesidades educativas especiales.
· Limitaciones físicas. Para personas con limitaciones motrices permanentes, la multinacional Indra desarrolló aplicaciones gratuitas que les permiten escribir textos, navegar en Internet y utilizar redes sociales sin asistencia ajena: el Headmouse es un “ratón” virtual, que permite que aquellos que no pueden mover sus brazos o manos controlen el cursor mediante movimientos y gestos faciales captados por una cámara web; en tanto, el Virtual Keyboard permite escribir textos vía un teclado virtual que aparece en la pantalla de la PC. Ambas apps han registrado más de 300 mil descargas en el mundo.
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