La argumentación de Artemio López, contraria al perfil de Daniel Scioli como precandidato del FPV, no se agota en los puntos que vimos en el anterior post. Agrega lo siguiente: “Su perfil tranquilo, moderado y dialoguista se supone (falsamente) está más en sintonía con estado de opinión del ´votante medio e independiente´, lo que le permitiría ampliar aún más el caudal electoral del FpV por fuera de sus fronteras. También se ´señala´en especial en los medios opositores que CFK finalmente hará primar la “racionalidad política” por sobre sus preferencias ´ideológicas y de modos de gestión´ y no tendrá más remedio que nombrar a Daniel Scioli como su heredero, aun desconfiando de su fidelidad política y considerando que no representa al kirchnerismo en toda su extensión (…). Estos supuestos ´datos de la realidad´ son, cuanto menos, CUESTIONABLES: la valoración de la gestión bonaerense es mala y más baja que la del resto de las provincias, su eje de gobierno centrado en la inseguridad tiene bajos niveles de conocimiento y de aceptación (…) Daniel Scioli posee una mayor intención de voto en el interior del país que en su propio distrito, lo que permite afirmar que su caudal electoral no le es propio, y depende casi exclusivamente de su identificación con CFK-. En efecto, Scioli por fuera del espacio del FPV mide 6% y, agregando complejidad a su situación electoral, se detecta claramente que un sector del electorado - 5% a 7% - podría votar indistintamente por Scioli o por Massa. Sucede que los atributos diferenciales de DOS respecto al líder del FR son francamente difusos”.
Nuestro punto de vista al respecto es el siguiente: a diferencia de López, sí creemos que existe un segmento de electores “independientes”. Entendemos este término de la siguiente manera, en este contexto: ni adherentes-simpatizantes K (núcleo duro de 30-33% del electorado), ni tampoco netamente opositores (otro tanto). Es la teoría de los tres tercios, expuesta varias veces en este blog y por otros analistas, ciertamente. Ese tercio oscilante es el que define las elecciones: en 2009 y 2013 (elecciones de medio término), no votó al oficialismo, por lo cual el FPV se quedó con su núcleo duro y nada más. En 2007 y 2011 (elecciones presidenciales), ese segmento se inclinó más por el oficialismo que por la oposición, y por ello el FPV obtuvo 45% y 54%, respectivamente. Hoy, para ese electorado es más atractiva una figura ni K pura ni anti k pura; por ello, Scioli (y, con matices, Massa) es una opción competitiva allí. Efectivamente, hay un cierto solapamiento entre ambos precandidatos, pero esa condición, lejos de ser perjudicial para el gobernador bonaerense, le puede significar una ventaja, toda vez que tiene el potencial de permitirle captar votos por fuera del núcleo duro (33%) indispensables para vencer sin necesidad de un ballotage (llegar al 40% más uno de los votos y con más de 10 puntos porcentuales de ventaja sobre el opositor más votado).
Con respecto a si en CFK primará la “racionalidad política” o el “purismo ideológico”(especulación mediática que López cita, aunque no suscribe), no abrimos juicio; el nuestro es un análisis de opinión pública, no de psicología política. Lo que sí resulta claro para nosotros es que "la gran electora" (CFK) nunca puede transferirle a ningún candidato (ni a Scioli, ni a Randazzo, ni a Urribarri, ni a Domínguez, etc., etc.) más capital político que el que tiene el FPV (33% por ciento, el núcleo duro) o de mínima el 27% que midió Management & Fit con la pregunta de “si Ud votaría al candidato de la presidenta”. Ya sea 27% o 33%, es un caudal muy potente, pero insuficiente para ganar en primera vuelta. Si, como dice López, el caudal de Scioli se debe al FPV (hipótesis plausible), de sus mismas cifras surge que es la figura más cercana en términos porcentuales a lo que mide el sello o el espacio pan-oficialista: 28,5% de intención de voto en todo el país, contra 18,2% de Florencio Randazzo, el precandidato alternativo del FPV más cercano a Scioli. El 28-S es mucho más que el 18-F; una certeza matemática. A mayor abundamiento, cuando se los mide a ambos en el distrito más decisivo (el metropolitano en la encuesta de Carlos Fara y provincia de Buenos Aires en la de Equis), Scioli supera holgadamente a Randazzo (según Fara, 18,7% a 5,8%, según López, 14,4% a 8,5%). Si esa es la performance de Randazzo donde más impacta su gestión como ministro de Transporte, es más que probable que en el resto del país el gobernador bonaerense lo aventaje aun más en términos de intención de voto (admitido esto por López, tácitamente). Esto no quiere decir que Randazzo no pueda ser candidato del FPV; puede serlo, lo que no se desprende de los números es en qué sentido o de qué manera podría "rendir" mejor que Scioli.
Abordemos otros puntos del argumento de López: “La real situación de la opinión pública que muestra hoy un estado de polarización inédita desde el año 2003 y de fácil constatación (…) Optar por Daniel Scioli no solamente es comenzar la lucha electoral asumiendo como propios los valores del adversario, sino que además, y aún siendo el precandidato del FpV “mejor posicionado”, Scioli es incapaz de polarizar con sus rivales probables (Massa o Macri) por las propias características consensualistas extremas de su figura construída ya durante un cuarto de siglo (… ) Scioli está muy lejos de un triunfo en primera vuelta, tendría muy pocas chances en un eventual ballotage e, inclusive, podría poner en riesgo el piso electoral histórico del espacio político kirchnerista por el doble camino de apartamiento de la visión tradicional del kichnerismo sobre grandes temas de agenda y su frontera difusa con el electorado del Frente Renovador”. Nuestro punto de vista: hoy, la mejor perspectiva del oficialismo no es polarizar, sino apostar a ganar en primera vuelta, con 40% de los votos y más de 10 puntos porcentuales de ventaja sobre el opositor más votado. Eso requiere de una situación de dispersión, con más de un candidato opositor competitivo, que es exactamente lo que vemos hasta ahora, ya que no se abrió la boca del yacaré entre Massa y Macri. Al mismo tiempo que ambos mantienen chances competitivas, el FAUNEN se ubica en cuarto término; la persistencia de todas estas opciones electorales para los electores anti-K impide la polarización, y esa fragmentación es la base de la única hipótesis de triunfo visible hoy para el FPV, toda vez que las proyecciones de polarización de segunda vuelta (hoy, un mero ejercicio intelectual) resultan desfavorables no para Scioli, sino para cualquier candidato del FPV que se mida. Por otro lado, de la propia encuesta de Equis surge lo cercano que está Scioli del piso histórico del FPV (28,5% sin proyectar a 33% de resultados finales en elecciones), con lo cual no se advierte por qué pondría en riesgo el piso del espacio.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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