Recapitulemos: el resultado electoral del 22-O generó una suerte de euforia oficialista, que dio lugar a la profundización de la agenda de “cambio” ya no entendida solamente como anti-kirchnerismo (cambio de signo político) como vector principal, sino con un paquete de medidas económicas que fue etiquetado como “reformismo permanente”. Dos de esas reformas centrales eran la previsional y la laboral. En diciembre, cuando se lanzó la nueva fórmula de movilidad previsional, las protestas que originó su debate marcaron el inicio del “trimestre negro” para el oficialismo, en el que no sólo cayó la imagen (entre 10 y 15 puntos porcentuales, según los estudios), un inconveniente que Cambiemos ya supo sortear exitosamente, sino (y este es el dato nuevo) de las expectativas. Acusando ese impacto, el discurso con el que el presidente Mauricio Macri inauguró las sesiones legislativas el 1 de marzo tuvo dos ejes bien definidos. En primer lugar, hizo foco en enunciar algunos resultados sobre indicadores que muestran un leve crecimiento de la economía (+ 2,8% en el 2017 respecto al recesivo 2016), destacó el crecimiento en la construcción y en algunos rubros de la industria y un leve mejoramiento del salario real por encima de la inflación. El problema, como apuntó oportunamente el sociólogo y consultor Carlos de Angelis, es que “algunos números oficiales invitan a un optimismo que la mayoría de los ciudadanos no comparte. Por el contrario, las encuestas indican una caída en las expectativas económicas y el comienzo de la pérdida de la ilusión de un derrame que llueva sobre el electorado. Es decir, que mientras el presidente Macri señala cifras que hablan bien de su administración, gran parte de la sociedad está mostrando los dientes”.
Eso se puso en evidencia en algunos datos clave que arrojó la última entrega del Monitor del Humor Social y Político que D'Alessio Irol/Berensztein dio a conocer el 5 de marzo, justo después del discurso presidencial (ver datos abajo; click para agrandar). Realizado sobre una muestra de 1.408 adultos en todo el país, el estudio muestra que para un 59% de los electores argentinos la situación económica está peor que hace un año, mientras que apenas un 36% consideró que se encuentra mejor. Es el guarismo más bajo en esa variable en los últimos 15 meses, y está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Macri en la primera vuelta presidencial del 2015: 34,15%. En la misma línea, la proyección sobre una mejoría dentro de un año retrocedió al 43% de las opiniones, y uno de cada dos observa un peor horizonte económico, lo que confirma la caída de las expectativas que ya vimos en otros estudios. Según el especialista Eduardo D´Alessio, "la inflación es un telón que parece cubrir todos los síntomas que están detrás de las estadísticas de mejora de la economía real (…) lo malo es que no hay mejora que pueda verse si el fenómeno inflacionario no disminuye". En ese marco, la preocupación por la inflación viene en ascenso: 9 de cada 10 consultados la ponen al tope de los temas más preocupantes, en mayor proporción que la inseguridad (67%) y los ajustes tarifarios (64%) que impactan sobre el índice de precios. Para un 73%, bajar la inflación se asocia directamente a la posibilidad de reducir los niveles de pobreza y un 52% lo considera clave para alentar la llegada de un mayor flujo de inversiones extranjeras. Sin embargo, un 65% considera que el gobierno nacional es incapaz de manejar la inflación, porque carece de conocimientos o poder para lograrlo.
Otro sondeo conocido en la misma fecha muestra resultados aún peores. Se trata de una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la consultora que lidera Roberto Bacman, sobre una muestra de 1.120 personas de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico y ciudades grandes vs ciudades chicas. Realizado de manera telefónica, el sondeo se terminó de procesar el viernes 2 de marzo, al día siguiente del discurso presidencial. Como datos clave, el 70,2% de los electores argentinos califica la situación económica del país como negativa (ver datos arriba; click para agrandar), contra un 27% que la ve positiva, un guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Macri en las PASO del 2015: 24,5%. Así, se podría interpretar que sólo el núcleo duro macrista de Cambiemos avala la marcha de la economía. Asimismo, un 71,8% evalúa como negativa la gestión del gobierno respecto de la pobreza (una de las principales promesas de campaña era su reducción “a cero”), 71,4% dice que son negativos los resultados de la política del gobierno respecto de la inflación (otra promesa de campaña) y el 61,7% afirma estar preocupado por el aumento del dólar. Respecto al “metro cuadrado” cotidiano, el 66% por ciento considera negativa la situación económica de su propio hogar.
Según el sociólogo Roberto Bacman, “todo parece indicar que la gestión que conduce Mauricio Macri está atravesando una importante crisis en su relación con la opinión pública. Las promesas no alcanzan y es más que evidente que los argentinos no se arreglan con voluntarismo futurista: a esta altura de la gestión es más que evidente que el oficialismo debe mejorar la economía, aquí y ahora. Se acabaron los tiempos de promesas, llegó la hora de realidades concretas. El riesgo es que los argentinos concluyan que el porvenir, la esperanza, no es viable. Hay un dato importante en nuestra encuesta: por primera vez, el núcleo duro que apoya a Cambiemos está por debajo del 10%. Llegó a estar muy por encima del 20% (…) Cuando se profundiza en la cuestión económica, los resultados desnudan la marcada insatisfacción existente. Los valores son realmente alarmantes. En primer lugar sólo basta señalar que, globalmente, 7 de cada 10 argentinos señalan su insatisfacción. Tampoco se debe tomar a la ligera la percepción de que los ‘ingresos no me alcanzan para llegar a fin de mes’, no sólo porque ya surge como una de las principales preocupaciones de manera espontánea, sino que cuando se pregunta con mayor especificidad, las tres cuartas partes de los entrevistados afirman que sus ingresos no les alcanzan, o bien a lo sumo, ‘apenas llegan a fin de mes’. Tan sólo 1 de cada 10 argentinos responde que sus ingresos le resultan suficientes. Sobre llovido mojado, las promesas de campaña y hasta el discurso del presidente en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso son puestos en tela de juicio. Ya no alcanza con proyectar hacia un país futuro, sin reconocer las dificultades del presente y proponer un plan concreto para enderezar una economía que, según la amplia mayoría, sigue sin arrancar”. En síntesis, los datos disponibles muestran un nítido contraste entre el optimismo y el bienestar que el presidente intentó proyectar en su discurso y el pesimismo y malestar socioeconómico predominantes en el electorado.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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Esta bueno analizar esta encuesta nacional: empate tecnico Cristina-Macri.
ResponderEliminarhttps://drive.google.com/file/d/1t77Er_V3UC2KWc5BLBAb36HmBAgMCKDg/view
¡Gracias por el aporte, Claudio, la tendré en cuenta!
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