miércoles, 7 de marzo de 2018

Un trimestre “negro” para el oficialismo

El estudio nacional de Synopsis que comenzamos a citar en el post anterior coincide con Rouvier en detectar una mejora en la imagen de CFK y una merma en la de las figuras del oficialismo, pero no en la intensidad de esa mejora ni en la cuantía del desgaste de la imagen del presidente Mauricio Macri. En la encuesta de Rouvier no hay diferencias estadísticamente significativas en la imagen de ambos: el presidente tiene una positiva del 44%, mientras que la ex mandataria alcanza casi 40%; en negativa, el Macri roza el 53%, en tanto que CFK alcanza el 56% (brechas menores a 5 puntos porcentuales). En el de Synopsis, ambos tienen similar imagen negativa (Macri alcanza 39,1% y CFK 41,3%), pero el presidente obtiene una brecha un poco más sustantiva en la imagen positiva (40,3% versus 32,7%), lo cual en conjunto aún lo deja un poco mejor parado que su antecesora en el cargo (ver datos abajo; click para agrandar). 

En otra de las variables claves medidas, la imagen del gobierno, la encuesta de Synopsis muestra que sigue en descenso: en febrero cayó por tercer mes consecutivo y la negativa alcanzó el 40% (ver datos arriba; click para agrandar). Por otro lado, un 35,9% de los argentinos tiene una opinión positiva del gobierno, lo que le deja un diferencial negativo de 4,1 puntos porcentuales. En la serie evolutiva, el informe de Synopsis arroja que tras las elecciones de octubre la imagen de la gestión nacional cayó en apenas un trimestre más de 15 puntos porcentuales, como producto principalmente de la reforma previsional y la marcha de la economía: así, se puede hablar de un trimestre "negro" para Cambiemos. La inflación aparece como la preocupación clave: 3 de cada 10 electores (29,4%) la señalan como el principal problema a resolver. Junto con el desempleo (18,6%), casi la mitad de los argentinos (48%) ven con preocupación la problemática económica, dimensión que se confirma como el principal driver del malestar actual, como venimos señalando en este blog desde hace un tiempo. 

Para más datos, el 50% de los encuestados señala que la situación económica actual es peor que hace un año y la percepción de la situación económica propia muestra números similares: el 52,2% cree que su situación personal (es decir, el metro cuadrado) empeoró respecto a 2017. Eso va en línea con las principales problemáticas percibidas, pero el dato central es que las expectativas a futuro también son negativas: el 44,1% cree que dentro de un año estará peor. Este quiebre coincide con el que ya vimos en otros estudios: antes, más allá de los vaivenes de la coyuntura, se percibía una “esperanza” o una perspectiva positiva a futuro, elemento que era capitalizado por el oficialismo (junto con su matriz antiK constitutiva). Ahora, las expectativas se sitúan en terreno negativo y las positivas marcan un nuevo piso para la serie evolutiva: menos del 30% cree que el país estará mejor en 2019 y menos del 25% cree que su situación personal estará mejor en un año. 

En contexto, ese pesimismo es quizá el principal dato desfavorable para el oficialismo: ya antes había sufrido caídas en la imagen y pudo recuperarse (y hasta ganar las elecciones de medio término del 2017), pero nunca como ahora las expectativas estuvieron tan bajas. Sobre la premisa analítica de que a mediano y largo plazo son los efectos socioeconómicos los que construyen las tendencias de opinión pública más allá de los vaivenes de la coyuntura, es poco probable que el gobierno logre repuntar su imagen sólo con sucesivos cambios de agenda o golpes de efecto (mano dura a partir del caso Chocobar, confrontación con Hugo Moyano y otros gremios, debate por la despenalización del aborto, por ejemplo) si no genera alguna mejora palpable en el “metro cuadrado” de los electores, es decir, sus condiciones de vida cotidiana, determinadas sobre todo por una dimensión socioeconómica que hoy aparece en crisis. 



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