viernes, 16 de marzo de 2018

Un cambio de agenda difícil de capitalizar (1)

Cerrábamos el post anterior planteando que el oficialismo en las últimas semanas trató de correr el eje de la agenda centrado en el reformismo permanente (que le resultó desfavorable en las encuestas) hacia los temas de género, con la despenalización del aborto y la equiparación salarial como temas fuertes. El problema, sin desmerecer la importancia de esas cuestiones, es que la agenda de la opinión pública claramente hoy no pasa por ahí. Como apuntó la consultora Mariel Fornoni, de Management & Fit, “temas como el aborto o la igualdad de género son distractores: las preocupaciones pasan por otro lado”. Ese “otro lado” tiene que ver con el malestar socioeconómico que venimos marcando en sucesivas entradas en este blog y que el estudio de Gustavo Córdoba & Asociados realizado a nivel nacional el 5 marzo sobre una muestra de 1.200 casos también confirma: el 49,5% de los electores argentinos menciona problemas de índole socioeconómica como los principales del país (ver datos arriba; click para agrandar). Hay un empate técnico entre inflación (18,80%) y pobreza (18,30%). En segundo término se ubican inseguridad (15,60%) y educación (15,20%), también en paridad, mientras que en tercero empatan corrupción (13%) y desempleo (12,4%). Es decir, más allá de los vaivenes de la coyuntura, se mantiene la premisa de que a mediano y largo plazo son los efectos socioeconómicos los que construyen las tendencias de opinión pública.

Otro factor que limita la posibilidad de que el oficialismo pueda capitalizar el cambio de agenda desplazando al reformismo permanente en favor de cuestiones de género es que en temas como el aborto los electores pro-oficialistas están tanto o más fragmentados que los electores favorables a la oposición, lo cual impide que Cambiemos pueda “fidelizar” su base electoral echando mano a esos "issues" y menos aún reforzarla con nuevos adherentes. Asimismo, tampoco puede beneficiarse del “divide et impera” respecto a la oposición, dado que la discusión alrededor del cruza horizontalmente a los votantes oficialistas y opositores, como arrojó una encuesta realizada por la consultora D’Alessio Irol en febrero pasado, sobre una muestra de 1.005 casos relevados de manera online entre mayores de 18 años en todo el país; eso, sin mencionar que en el propio gabinete de Cambiemos la postura mayoritaria es contraria a la despenalización (lo que está a contrapelo del reclamo de género). 




Oportunamente, el consultor Carlos Fara recordaba que el célebre colega Dick Morris le aconsejaba al ex presidente norteamericano Bill Clinton que se expresara públicamente en todos aquellos temas en los cuales hubiera un alto porcentaje de opinión pública a favor: los denominaba “the sixties”, es decir, los issues que obtuvieran un 60% % de apoyo en la sociedad. Según D’Alessio Irol, el 70% de los electores argentinos dijo estar de acuerdo con el que Congreso debata la despenalización del aborto, contra un 21% que se manifestó en contra y un 9% que evitó responder. Según la consultora, hubo coincidencia en la necesidad del debate entre electores de distintas edades, niveles socioeconómicos y posiciones ideológicas. Y aquí se acaban las mayorías transversales, pues en las demás cuestiones medidas, las posiciones no muestran un alineamiento de electores favorables al oficialismo, sino una división similar o mayor a la que se advierte entre los votantes opositores. Por caso, casi 6 de cada 10 (el 58%) sostienen que la mujer que decide abortar por causas no contempladas hoy en el Código Penal no debería ir a la cárcel, frente a un 31% que evaluó que sí “porque existe una persona desde el momento de la fecundación”. Aunque las posturas son casi un “sixtie” a nivel general, entre los votantes de Cambiemos en el ballottage presidencial de 2015 la relación fue de 49% (no debe ir a la cárcel) contra 38% (sí debe tener pena de prisión), mientras que entre los del Frente para la Victoria (FPV), fue de 67% a 24%. Es decir, los votantes de la principal fuerza opositora están más alineados que los del oficialismo en este issue (ver datos arriba; click para agrandar). 




Asimismo, un 61% consideró que la despenalización del aborto “puede evitar muertes de mujeres, en especial en los niveles (socioeconómicos) más bajos” (53% entre los votantes de Macri y 69% entre los de Daniel Scioli). En el extremo opuesto, un 23% cree que “traerá como consecuencia mayor número de embarazos involuntarios” (28% y 18%, respectivamente), y un 11%, que “no traerá cambios (14% y 8%, respectivamente; ver datos arriba, click para agrandar). Por otro lado, el 56% respondió que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, y uno de cada tres (el 34%), que “el Estado debe regular la vida del niño por nacer”. También en este punto, los resultados varían según posición ideológica: los votantes al FPV se muestran en su mayor parte a favor de la libertad de elección de la mujer”. El único “issue” en el que los votantes de Cambiemos se muestran más alineados que los opositores es precisamente contrario al aborto, es decir a contramano del reclamo de género: cuando se pregunta si hay acuerdo con que “se legisle la adopción del niño por nacer” y que “en  lugar de abortar, la mujer acepte que en el nacimiento se encuentren ya los padres adoptivos y el Estado le brinde un subsidio y atención médica hasta el parto”. Un 60% lo consideraron una opción superadora (69% entre los votantes de Cambiemos), con un 33% que se mostraron en desacuerdo (42% entre los votantes del FPV). En síntesis, los datos muestran que existen bajas chances de que el oficialismo pueda capitalizar estos temas. 

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