lunes, 19 de marzo de 2018

Un cambio de agenda difícil de capitalizar (2)

El estudio de D´Alessio /Irol que citamos en el post anterior no es el único que muestra opiniones divididas respecto de la despenalización del aborto, factor que limita las posibilidades de que el oficialismo pueda capitalizar el cambio de agenda (aunque sí pueda operar como distractor temporal de otros temas). En la misma línea, una reciente encuesta nacional de OpinaArgentina realizada sobre una muestra de 1.000 casos a electores mayores de 18 años arroja que el 44% está a favor, el 41% está en contra y un 15% dice no tener posición tomada (ver datos arriba; click para agrandar). El cruce por datos etarios muestra un corte generacional: buena parte de los menores de 50 años avala la despenalización (45 a 49%), en tanto que los mayores de 50 son reacios a la idea (46%). 



Recordemos que el primer segmento etario es el más cercano al FPV, mientras que el segundo es el más fuerte para Cambiemos; es decir, el electorado cercano a la principal fuerza opositora tiene una postura más favorable al tema que el electorado pro-oficialista. En el cruce por sexo, el estudio revela que el 44% de las mujeres se opone a la medida, contra el 43% que la apoya (un empate técnico). Los hombres, en cambio, se oponen en un 38% y respaldan en un 46%. Si se hace foco en los votantes K y anti K, la encuesta revela que el 46% de los votantes cristinistas están a favor, frente a un 40% que lo rechaza. Del otro lado de la grieta, el 42% de los macristas apoya la despenalización, mientras que el 44% la rechaza (nuevamente, un empate técnico): aunque las diferencias en este nivel no pueden considerarse estadísticamente significativas, hay mayor permeabilidad respecto al tema entre los electores del FPV que entre los de Cambiemos (ver datos abajo: click para agrandar). Entre los electores de Massa, la tendencia es más similar a la que se ve entre los del FPV que entre los de Macri, siempre con diferencias estadísticamente no significativas (es decir, menores al error muestral involucrado).  


En síntesis, el gobierno nacional puso en la agenda legislativa un tema con pocos “sixties” claros a nivel general y donde la opinión a nivel de electores está dividida: por esas razones, la posibilidad de que el oficialismo pueda capitalizarlo políticamente es muy limitada. En el mejor de los casos, la apuesta es que el tema compita parcialmente con los issues que le resultan desfavorables al gobierno (inflación, desempleo, pobreza) en la agenda, pero con mucho menor pregnancia en el metro cuadrado de los electores. Visto en contexto, esto se debe a que el tema entró en la agenda legislativa desde la sociedad y no desde el gobierno. Oportunamente, el sociólogo Carlos de Angelis trajo a colación un modelo clásico para explicar el flujo de la producción de los “issues” en la opinión pública, desarrollado por el politólogo checo Karl Deutsch: el modelo de la cascada. Según esa teoría, las grandes discusiones de la sociedad surgen en una comunicación hacia abajo en cinco niveles: 1) la elite socioeconómica 2) la elite político-gubernamental, 3) los medios de comunicación 4) los líderes de la opinión y, finalmente, 5) la población en general. 

"Desde este punto de vista las decisiones principales surgen desde las elites, y buscan su legitimación mediante la circulación y la retroalimentación. Sin embargo, en los casos de aborto y cobro a los inmigrantes por atención médica y educativa, la elite político-gubernamental ha tomado dos demandas preexistentes en sectores antagónicos de la sociedad, lanzándolos a una discusión interminable, que no pareciera tener como finalidad auténtica la elaboración de políticas públicas. En el caso del aborto, las principales espadas del Gobierno ya declararon su oposición (…) si la directiva política es extender las discusiones hasta el Mundial, se puede predecir que lo que se busca es producir otro cambio de agenda (como fuera días atrás el debate sobre la actuación de Chocobar), a la espera de la generación de buenas noticias en el plano económico. Pero más allá de la poca probabilidad de que concluya en una ley, la sola introducción de la palabra ´aborto´ trajo una nueva sacudida entre Macri y Elisa Carrió, en la que el Presidente logró correr por izquierda a la fundadora del ARI, y ésta última respondió: `Es un momento de purificación: entonces es demasiado violento no respetar las creencias`, lo que constituye una rajadura más en el débil armazón de Cambiemos”, apuntó el consultor. En conjunto, esto refuerza nuestra línea interpretativa en el sentido de que Cambiemos difícilmente capitalice el giro.  

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