lunes, 5 de marzo de 2018

Oficialismo y oposición ante la bisagra en la opinión pública

 Según la encuesta de Rouvier que citamos en el post anterior, si hoy hubiera elecciones presidenciales casi el 30% votaría a Macri, un guarismo que está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por los tres precandidatos de Cambiemos en la PASO del 2015: 30,12%. Esta tendencia actual, por supuesto, no puede tomarse como intención de voto de cara al turno electoral del 2019, para el que falta mucho, pero sí es una opinión preelectoral que pone en otra dimensión el desgaste del oficialismo en estos meses. Puestos a comparar, recordemos que según una encuesta de Management & Fit, un 20,6% de electores que votaron a Mauricio Macri en el ballotage del 2015 hoy desaprueban su gobierno; detraer esos electores del porcentaje obtenido por el actual presidente el 22-N  (51,34%) daría como resultado 10,6 puntos porcentuales menos, es decir, un 40,8% de caudal electoral. Ese guarismo está en el orden de magnitud de los votos obtenidos por Cambiemos en las legislativas del 2017 (alrededor del 40%). Ese 41% es un resultado que, de darse en 2019, le podría permitir al oficialismo ganar en primera vuelta si ningún candidato opositor alcanza el 30% + 1 voto.

En cambio, un resultado como el que arroja la encuesta de Rouvier, casi 11 puntos porcentuales por debajo, abriría un escenario muy diferente y más competitivo. No implica per se una derrota del oficialismo, pues si bien un 40,1% tiene una opinión electoral favorable a votar a un candidato opositor, si ese 40% se dispersa en varios el oficialismo podría seguir siendo la primera minoría electoral, y un cuarto de los electores no se pronuncia hoy ni por el oficialismo ni a favor de la oposición. Pero, y no es un detalle menor, estaría más de 10 puntos por debajo del guarismo que le permitiría evitar una segunda vuelta, que sería de pronóstico incierto si Macri como candidato no superara el 30% en la primera vuelta (más allá de qué candidato se ubicara como el segundo más votado en la primera ronda). Implicaría, asimismo, que al menos en términos de opinión electoral el oficialismo perdió 10 puntos porcentuales desde el resultado de las legislativas del 2017 y ya no 20,6% de electores como en el estudio de M&F sino un 42% respecto al ballotage del 22-N (51,34%-21,04=29,7%).  



Más allá de estas hipótesis, la encuesta de Rouvier arroja otros datos de interés. Por ejemplo, muestra que el actual presidente y su antecesora ya tienen niveles de adhesión y rechazo similares: Macri cuenta con una imagen positiva del 44%, mientras que la ex mandataria alcanza casi 40%; la brecha entre ambos no puede considerarse estadísticamente significativa. Asimismo, con respecto a la imagen negativa, el presidente roza el 53%, en tanto que CFK alcanza el 56%. Nuevamente, no puede considerarse a esa diferencia estadísticamente significativa (ver datos arriba; click para agrandar). Otra clave que destaca el informe de Rouvier: “La imagen de la ex Presidenta Cristina Kirchner se afirma en una tendencia que ya habíamos observamos en enero y que tiene que ver con el decrecimiento leve de su imagen negativa y una pequeña mejora en su calificación positiva. Habrá que observar la evolución”, dice Rouvier. Esto sugiere que el desgaste de Macri podría estar siendo capitalizado, si bien levemente hasta ahora, por la principal opositora, y refuerza la hipótesis de que el 2019 podría reeditar una lógica polarizadora en torno a dos consensos negativos: Cambiemos como antítesis del kirchnerismo y a su vez este como oposición nítida al oficialismo, acotando el espacio para las terceras vías, candidatos moderados, peronistas “republicanos” o dirigentes de la “avenida del medio” (tal como vimos en el turno electoral del 2017, si bien con una polarización asimétrica). 

Otra consultora que coincide con Rouvier en detectar una mejora en la imagen de CFK es Synopsis, que observa en su informe que “desde noviembre se registró una fuerte caída en la imagen de la mayoría de los dirigentes oficialistas, al tiempo que se registra una recuperación en la imagen de la expresidenta CFK”, señala el informe. Así, el presidente Mauricio Macri tiene una imagen positiva de 40,3% contra un 39,1% de negativa (empate técnico). Por su parte, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, obtiene 54% de positiva y 31,2% negativa (con un diferencial positivo de casi 23 puntos porcentuales). La diputada oficialista Elisa Carrió registra 44,8% de opiniones positivas y un 36,8% de positivas (diferencial positivo de 8 pp). Entre los dirigentes opositores medidos, la de mejor performance es CFK, con 32,7% de positiva y 56,3% de negativa, lo que arroja un diferencial negativo de -23,6 puntos porcentuales. El senador Miguel Ángel Pichetto, de la línea dialoguista del peronismo, obtiene un diferencial negativo apenas menor, de -21,6 pp, al igual que Sergio Massa (-23,4 pp), pero ambos tienen una imagen positiva muy inferior a la de la ex presidenta, que además viene en recuperación. Esto refuerza la hipótesis de que el desgaste oficialista reposiciona mejor a quien es la opositora más nítida a Cambiemos, en detrimento de los opositores moderados u “opo-oficialistas” como Pichetto o Massa: en este último caso, las urnas de PBA en 2017 validaron la hipótesis expuesta. 

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