viernes, 14 de septiembre de 2018

Ajustados: el sinceramiento, del metro cuadrado de los electores a la imagen de Cambiemos

En el posteo anterior comparamos datos de la encuesta provincial de Delfos con la nacional de CEOP y planteamos el hallazgo de una regularidad estadística: actualmente, sólo 1 de cada 10 cordobeses/argentinos tiene capacidad de ahorro. El resto vive con lo justo (49% de los cordobeses y 41% de los argentinos) o no le alcanzan sus ingresos (41% de los cordobeses y casi 47% de los argentinos), con lo cual necesitan alguna “ayuda”, préstamo o financiación para afrontar los gastos de su economía doméstica. Ese ajuste, decíamos, es un efecto socioeconómico de gestión de Cambiemos que explica el actual malestar y el deterioro de todos los indicadores del gobierno en las diversas encuestas que venimos citando en este blog. Profundizando en el análisis, Delfos detectó que el 45% de los cordobeses tiene deudas actualmente, una proporción similar a la que se registraba en 2016 (ver datos arriba; click para agrandar). Si bien la variación de 3 puntos porcentuales desde entonces no es estadísticamente significativa, la suba es cualitativamente ilustrativa, habida cuenta de que 2016 fue el primer año de gestión neta de Cambiemos, con una economía que cayó 2,3% y una inflación en torno al 40%. Las actuales estimaciones para 2018 preven una inflación mayor y también mayor caída de la actividad.

Expectativas sobre la situación económica para lo que resta de 2018





En ese marco, el estudio realizado por CEOP entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre de 2018 a más de 1.200 argentinos de manera telefónica detectó que las expectativas económicas siguen en terreno francamente negativo: casi 65%, contra apenas 31,2% de positivas, un guarismo que está en el orden de magnitud del voto duro de Cambiemos, el cual oscila en torno al 30% (ver datos arriba; click para agrandar). El director de la consultora, Roberto Bacman, apunta que “se vive un clima de época que requiere de hechos y conducción.  Por los resultados obtenidos en esta última encuesta, todo sugiere que los argentinos esperan un cambio de orientación del actual modelo económico”. En ese marco, se confirma que el malestar socioeconómico predominante arrastra a la imagen positiva del gobierno nacional sigue en el piso de la serie evolutiva (en torno al 31% desde julio pasado), mientras que la negativa llegó al pico, con 68,1% (ver datos abajo; click para agrandar).  



La imagen del presidente Mauricio Macri se mueve en torno a similares niveles, con apenas matices. El 60,9% de los argentinos lo evalúa negativamente, mientras que el 34,4% tiene una visión positiva del mandatario. El quiebre, tal como ya ha sido señalado, se dio en diciembre de 2017: la imagen negativa superó a la  positiva, y desde entonces ya no hubo vuelta atrás. La serie evolutiva muestra picos negativos del 64,8% y positivos del 34,4% (ver datos abajo; click para agrandar). El presidente aún obtiene diferenciales positivos de imagen entre electores oficialistas e independientes, pero está en franca zona negativa entre los electores que se definen como opositores. 





Así, el capítulo de imagen de dirigentes arroja que sólo el ex ministro Roberto Lavagna tiene un diferencial positivo estadísticamente significativo: 14,5 puntos porcentuales. El de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ya es negativo (4,3 pp) y el de los demás referentes de la oposición y el espacio panjusticialista medidos también es negativo en todos los casos  (ver datos abajo; click para agrandar). 



El análisis de la imagen de Lavagna por perfiles de electores (oficialistas, independientes y opositores) no muestra matices estadísticamente significativos  (ver datos abajo; click para agrandar). 



En cambio, en la imagen de Vidal sí se advierte que es muy negativa entre los electores opositores (ver datos abajo; click para agrandar). 



En el caso de CFK, su imagen positiva se asienta netamente en los electores opositores (ver datos más abajo; click para agrandar). 



En resumen, según Bacman, “la imagen de Mauricio Macri viene cayendo sistemáticamente. Lo mismo ocurre con la imagen de María Eugenia Vidal. El Presidente tenía un superávit de imagen positiva (las opiniones positivas menos las negativas) de 21 puntos en diciembre de 2015. Hoy tiene un déficit de 26,5 puntos (la resta de 60,9% de opiniones malas o muy malas, menos 34,4% de opiniones buenas o muy buenas). Sólo el 31,6% aprueba su gestión y finalmente la percepción de que el país marcha por un rumbo correcto apenas alcanza un 26%. Estos bajos valores, especialmente la confianza en la gestión, se convierten en la demostración de una percepción mayoritaria: la crisis es más profunda y ha trascendido lo estrictamente económico. En conclusión, la asociación existente entre desconfianza y desaprobación de gestión decanta en la expresión del mal humor de una sociedad en tensión. A menos de un año de la realización de las primarias para elegir, entre otros cargos, nada más ni nada menos que el candidato a próximo presidente, el oficialismo ha perdido la ventaja competitiva que le permitió imponerse en las elecciones legislativas de medio término, incluyendo la crucial provincia de Buenos Aires”. Esto confirma que, pese a que el relato de Cambiemos trata de eludir los significantes de “ajuste” y “crisis” apelando a metáforas metereológicas como "tormentas", ambos conceptos ya están en el centro del malestar ciudadano.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario