lunes, 3 de octubre de 2011

Confianza, consumo y desafíos en un contexto cambiante (2)


Desde la óptica empresaria, el contexto para la inversión se configura no sólo de acuerdo a variables internas (como los costos laborales) sino también en función del tipo de cambio, en particular las fluctuaciones de la divisa estadounidense y la brasileña; el último mes mostró que el país vecino apunta a corregir lo que entendía como una excesiva fortaleza del real, pero a la vez puso en claro que Brasil no pretende una devaluación muy fuerte (primero alentó la baja del real, pero poco después lo sostuvo). Para los argentinos, un real más débil implica productos más baratos en el país vecino (que podrían llegar a volcarse en el mercado nacional) y dificultades crecientes para colocar la producción argentina en ese país, lo que impulsa las presiones devaluatorias fronteras adentro.

En este marco, muchos analistas económicos creen que el gobierno nacional apuntará a moderar la inflación y las subas salariales para sostener la competitividad sin tener que hacer una fuerte devaluación. En esa línea de análisis, destacan la negociación del salario mínimo vital y móvil, ya que los gremios querían un 41% de incremento y el Poder Ejecutivo "alentó" cerrar en un 24%. Otro indicio lo dio el discurso de Cristina Fernández en el acto conmemorativo del Día de la Industria, cuando admitió la necesidad de cambios con vistas a un entorno global más enrarecido: "si hay distorsiones, vamos a hacer todas las correcciones necesarias", fue la frase.

Por otra parte, la línea oficial del gobierno representada por la ministra de Industria, Débora Giorgi sigue resaltado el papel clave de la inversión, tal como lo hizo recientemente al destacar que el crecimiento de las inversiones en la Argentina fue el más alto del Mercosur, con una tasa sobre PBI que registró un incremento interanual del 19,5 por ciento. "La inversión acompaña el crecimiento a tasas altas de Argentina, y los inversores son tanto locales como extranjeros. Nadie invierte donde no hay rentabilidad y eso se puede hacer porque hay un mercado interno pujante", afirmó Giorgi. Según las cifras oficiales de los organismos estadísticos de cada país, Argentina lidera el crecimiento de inversiones en el bloque del Mercosur, superando por más de diez puntos porcentuales a Brasil, cuyo crecimiento fue del 8,8%, mientras que el de Uruguay fue del 13,2% y Paraguay 12,5%. Asimismo, Argentina ocupa el segundo lugar en toda América Latina, sólo superada por Chile con una diferencia menor a un punto porcentual (20,4%), indicó un comunicado oficial.

También la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) remarca que la inversión extranjera directa creció un 54% el año pasado en el país: "En todo el mundo apuestan a la Argentina, porque tenemos una economía previsible, un contexto macroeconómico solvente y un mercado interno demandante", sostuvo Giorgi, y destacó el desarrollo de inversiones provenientes de Estados Unidos, Suecia, China, Brasil, entre otros países del mundo, en muchos casos con proyectos a desarrollar hasta 2015.

No obstante, además del componente cuantitativo de las inversiones, también interesa su dimensión cualitativa. Respecto a este punto, Giorgi destacó que la calidad de las inversiones se verifica en que desde 2003 los anuncios en formación de capital crecieron casi al doble que los destinados a la adquisición de empresas (840% contra 460%), a diferencia de lo que sucedía en la década del '90, cuando predominaba la compra de empresas locales por parte de capitales extranjeros. Asimismo, la funcionaria señaló que la Argentina registró el récord desde la década del ´40 en inversión de equipo durable de producción, alcanzando 10,1% del PBI, afirmando que la inversión es el componente de la demanda agregada que más crece y señalando que que "más del 40 % de la misma está destinada a bienes de capital, lo que asegura un crecimiento sustentable de la actividad industrial en la Argentina. Esto genera más capacidad productiva, más trabajo y más ingresos; un círculo virtuoso donde la inversión amplía el mercado interno y a su vez responde al aumento de la demanda".

La información oficial también enfatiza que el entramado de las Pyme (pequeñas y medianas empresas) también crece en materia de inversiones: en la primera mitad del año, el 34,2 % de las pequeñas y medianas empresas industriales ya realizó inversiones y, de acuerdo a una encuesta realizada por la Secretaría Pyme (Sepyme), en este año 9 de cada 10 pymes aumentarán o mantendrán los niveles de inversión de 2010.

Sin embargo, una investigación de la Unión Industrial Argentina revela que pese al contexto de certidumbre política (se descuenta un triunfo del oficialismo en octubre) y al positivo desempeño de las ventas en shoppings, casas de electrodomésticos, concesionarias de autos y otros comercios, los ejecutivos sienten temor de cara a los próximos meses. Es decir, si bien reconocen que venden más, también plantean preocupaciones: los empresarios argentinos prevén que sus márgenes de ganancia disminuirán en los próximos 12 meses y no creen que el actual sea un buen momento como para invertir.

La investigación de la fundación Observatorio Pyme -dependiente de la UIA, revela que en agosto, 6 de cada 10 afirmaron que sus márgenes de ganancia se achicaron respecto a un año atrás. En cuanto a las perspectivas, 7 de cada 10 sostuvieron que la rentabilidad esperada para 2012 será peor o igual que la actual. A contrapelo del buen humor social y del optimismo (y los objetivos) del Gobierno, apenas 4 de cada 10 empresarios industriales planea invertir en este trimestre del año y la mayoría (61%) considera que es un "mal momento" para desembolsar dinero en equipos y en maquinarias.

Los analistas atribuyen esto a que el incremento en las remuneraciones que sostiene la dinámica del consumo les genera a las empresas una reducción en sus márgenes de ganancias, mientras que la inflación en dólares, del orden del 15% anual, los ha ido dejando fuera de carrera para ubicar sus productos en el mundo y más expuestos a la competencia importada. De hecho, según la investigación de la Unión Industrial los principales problemas expresados por los empresarios son el fuerte aumento de los costos salariales (señalado por un 93% de los entrevistados), el incremento en las cotizaciones de las materias primas (88%) y la consecuente caída en la rentabilidad (82%).

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