Con un paréntesis de datos (hasta que se agreguen nuevas encuestas a las últimas tres revisadas y, por qué no, esperando que pase el contexto de ambiente enrarecido), podemos bucear en algunos datos previos. Apenas terminadas las primarias del 9 de agosto, la consultora González y Valladares realizó una encuesta para tratar de detectar el nivel de fidelidad del voto, sobre un muestreo de 600 casos telefónicos en todo el país (con un margen de error de 4,08%). En ese estudio hizo la siguiente pregunta: "Más allá de que haya o no decidido su voto, ¿cree que hasta el próximo domingo 25 de octubre podrá cambiar su decisión?". Sobre el total general, un 74,8% respondió que no; un 20,4% que podría cambiarlo y 4,8% se atajó en el "no sabe" (ns).
Luego, el análisis pasó al terreno de cada postulante: “Si eligió en las PASO a tal candidato, ¿puede cambiar su voto en octubre?". De eso, se obtuvo el siguiente ranking de fidelidad para los tres candidatos más votados en las PASO: en el caso de Daniel Scioli, 75,3% de sus votantes dicen que no cambiarán, 19,5% que podría cambiar y 5,2% ns. En el caso de Mauricio Macri, el 79,9% dijo que no cambiaría, el 17,2% que podría cambiar y 2,9% ns; en Sergio Massa, 80,2% que no cambiaría, 15,9% que podría cambiar y 3,9% ns. Dado que el error muestral es de 4,08%, de estos datos resulta que no hay diferencias estadísticamente significativas entre el nivel de fidelidad de los electores de cada candidato, dado que la brecha entre el valor de fidelidad más bajo (75,3%) y el más alto (80,2%) es de 4,9, apenas mayor al error muestral.
Sin embargo, el promedio de las tres primeras encuestas posteriores a las PASO ubica a Daniel Scioli (FPV) en el orden del 40%, a Mauricio Macri (Cambiemos-PRO) en torno al 32% y a Sergio Massa (UNA) con 17%. Si comparamos esa intención de voto con los resultados obtenidos en las primarias por los frentes que cada candidato representa, Scioli crece 1,6% y Macri 1,9%. En cambio, Massa obtiene 3,6 puntos porcentuales menos que UNA, considerado ese espacio como sumatoria de los votos de Massa (14,2%) y José M. De la Sota (6,4%) en las PASO. Si estas 3 encuestas que citamos están midiendo correctamente, entonces el nivel de fidelidad de Scioli y de Macri es del 100%, ya que retienen todo el caudal obtenido en las PASO y además suman entre 1 y 2 puntos más que lo que alcanzaron sus frentes en agosto.
En el caso de Massa, ponderar el nivel de fidelidad se complica un poco: si comparamos el 17% que obtiene como promedio de las 3 encuestas con el 14,2%, efectivamente retiene el 100% de su caudal y además le agrega 2,8 puntos adicionales. En cambio, si consideramos el voto del frente UNA (20,6%), Massa logra una fidelidad del 82,6%. Entonces, esto implica que un 17,4% de los votos de ese espacio no estarían acompañando a Massa para la primera vuelta de octubre. Como el tigrense retiene el 100% de su caudal, hay que buscar la explicación de esa merma entre los electores del precandidato que salió derrotado en su espacio en las PASO, José De la Sota.
Según la encuesta de González y Valladares, el nivel de fidelidad entre los electores de De la Sota es: 69,2% de sus votantes no cambiarán, 23,3% podrían cambiar y 7,5% ns. Como De la Sota obtuvo 6,4% en las PASO, si el 69,2% se quedara dentro del espacio UNA y se sumara a Massa, serían algo así como 4,4 puntos. De ser así, Massa debería rondar los 18,6 puntos, pero está obteniendo, según el promedio de las encuestas, 17%, esto es, 1,6 puntos porcentuales menos. Esto sugiere que, aunque Massa pueda resistir con su caudal propio, un escenario de incipiente polarización y su efecto combinado con el “voto útil” le hará más difícil que pueda retener para sí los votos obtenidos por De la Sota, parte de los cuales migrarían a alguno de los dos candidatos más votados: a Scioli los electores más cercanos al oficialismo y a Macri los electores más netamente opositores.
Concepto acuñado por el filósofo inglés Joseph Glanvill, el clima de opinión nos rodea. Existen ciencias para medirlo, pero también hay lugar para lo inesperado, tal como el aleteo de una mariposa en Pekín puede desatar un huracán en México que contraríe el pronóstico del tiempo. Este blog de tendencias de opinión pública e influencia social pretende aportar elementos al "sensor cuasiestadístico" con que sondeamos el ambiente y ser un foro para intercambiar puntos de vista.
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