lunes, 10 de agosto de 2015

PASO: entre los promedios Nate Silver y las hipótesis


Con el 97,84% del total nacional escrutado, repasemos los promedios de las últimas encuestas calculados la semana pasada contra los resultados: Scioli (FPV) 38,4%, contra un promedio de 37,1%; Macri (Cambiemos-PRO) 24,2% (promedio encuestas 25,7% ); Sanz (Cambiemos-UCR) 3,4% (promedio encuestas 2,5%), Elisa Carrió (Cambiemos-RLI) 2,3% (promedio encuestas 2,1%); Sergio Massa (UNA-FR) 14,2% (promedio encuestas 15,1%), José De la Sota (FR-DC) 6,4% (promedio encuestas 6,0%) y Margarita Stolbizer (Progresistas) 3,5% (promedio encuestas 4,3%). 

Así, Scioli sacó 1,3 puntos porcentuales más que el promedio, Macri 1,5 menos, Sanz 0,9 puntos más, Carrió 0,2 más, Massa 0,9 menos, De la Sota 0,4 más y Stolbizer 0,8 menos. Se puede decir, entonces, que “la gran Nate Silver” que ensayamos la semana pasada logró una aproximación óptima al resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de ayer domingo. Mejor aún, las hipótesis también estuvieron bien orientadas: dijimos que considerando el resultado de las primarias del FPV en las presidenciales del 2011 y las legislativas del 2013, un resultado esperable para esa fuerza era 38,6%: aquí, el desvío se reduce a apenas 0,2. ¡Más que bueno!

En cuanto al resultado en Cambiemos, también arriesgamos que el 2,5% que le daba el promedio de las encuestas a Sanz era demasiado bajo, considerando que el peor resultado histórico de la UCR en presidenciales anteriores era el 2,3% de Leopoldo Moreau en 2003, en pleno efecto pos-crisis del 2001. Y Sanz mejoró ese resultado, aunque de manera magra: casi un punto más. Del mismo modo, anticipamos que una mejora de Sanz se daría a costa de Macri, y ahí tenemos que el líder del PRO obtuvo 1,5 puntos porcentuales menos que el promedio de encuestas previas (casi un punto de ello atribuible a Sanz, dado que el acumulado total de Cambiemos se mantuvo). 

En el caso de Sergio Massa, decíamos que en 2013 había obtenido 17% de los votos a nivel nacional gracias a su performance del 42% en la provincia de Buenos Aires, y que el  promedio de las últimas mediciones a nivel país le daba 15%. Sin antecedentes de otros comicios por su carácter de fuerza nueva, una performance entre 14% y 17% parecía plausible, y obtuvo 14,2%. 

Finalmente, pasando del análisis de precandidatos individuales al de los principales frentes opositores, decíamos que Cambiemos (PRO+UCR+Coalición Cívica o República de Libres e Iguales) rondaría los 30% y obtuvo el 30,07%, en tanto que UNA como sumatoria lineal de los votos de Massa y De la Sota rondaría entre 17% y 20%: obtuvo 20,6%. Sin, duda, la elección da tela para un análisis de los resultados más allá del contraste con los pronósticos previos al que dedicaremos prontas entradas, pero hay dos datos preliminares que cabe retener y destacar: 1) las primarias ratifican una ventaja para el oficialismo, tal como venimos viendo en las diversas elecciones ejecutivas hasta ahora, donde en la mayoría de los distritos se mantuvo la fuerza que estaba en el poder 2) ahora se abre una instancia electoral que amerita nuevas mediciones, pero el despliegue territorial del oficialismo a lo largo de todo el país, comparado con la débil implantación distrital de la oposición (ver infografía arriba, donde el FPV sólo pierde en Córdoba, CABA, San Luis y Mendoza; obtenida en sitio web de LaVoz.com.ar), junto con la brecha de 8,34 puntos porcentuales por frente contra la sumatoria lineal de Cambiemos, representan una ventaja clave a favor del FPV.   

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