El efecto contagio del envejecimiento prematuro de la marca Cambiemos hacia Vidal es un dato clave, por la incidencia electoral de PBA en el total nacional (37% de los votos del país) y por la eventualidad de que la gobernadora pudiera ser el plan B de Cambiemos ante un escenario en el cual se evaluara que el riesgo de que Macri pudiera perder la presidencia en 2019 fuera elevado. Por supuesto, la clave de factibilidad de un plan B como ese depende de que el desgaste no afecte a Vidal en la misma medida en que lo está haciendo con Macri. Ya con el mes de mayo corriendo, una encuesta de la consultora Analogías detectó que el presidente registraba un diferencial negativo amplio de imagen entre los bonaerenses al momento de evaluar su desempeño al frente del gobierno nacional, con una valoración negativa del 60,1% y una positiva del 38,8%, de lo que resultaba un diferencial negativo en 21,3 puntos porcentuales. La calificación favorable aparecía concentrada en la opción menos intensa (imagen “regular positiva”), mientras que la negativa se concentraba en la opción más intensa (“imagen muy mala”), en la que convergen el 30,3% de los electores bonaerenses (ver datos arriba; click para agrandar).
Así, Macri acusaba una suba de 8,1 puntos porcentuales en la valoración negativa y una baja de 7,8% en la imagen positiva, lo que constituía el cambio negativo más brusco desde el pico máximo de octubre pasado, punto a partir del cual registraba una pérdida de casi 20 puntos porcentuales de aprobación (ver datos arriba; click para agrandar).
Por su parte, la gobernadora Vidal también mostraba un deterioro marcado, en función del cual perdía el diferencial positivo amplio de imagen que poseía en noviembre de 2017 para pasar a mostrar una imagen dividida en mitades iguales entre la favorable (49%) y la desfavorable (49%), coincidiendo en ese sentido con los datos de M&F (ver datos arriba; click para agrandar). De esa manera, la gobernadora bonaerense registraba un descenso mayor a 10 puntos en la evaluación positiva desde el pico de imagen de octubre pasado, coincidente con la victoria del oficialismo en las legislativas de medio término (ver datos abajo; click para agrandar). Como venimos analizando, el malestar socioeconómico está en el núcleo del desgaste del oficialismo; la devaluación de la moneda y la corrida bancaria de mayo se afectaron de manera estadísticamente significativa las expectativas económicas y la confianza en la capacidad del gobierno para hacer frente a la situación. Así, casi el 57% de los bonaerenses desconfiaban de que el gobierno logre solucionar la corrida.
"La caída de la imagen del presidente y la gobernadora tienen su clavija bien marcada en la expectativa económica. Los vecinos de la provincia de Buenos Aires desconfían de la capacidad del gobierno para llevar a buen puerto y lograr terminar esta corrida cambiaría y están aumentando sus expectativas de inflación y de desempleo para fin de año", remarcó oportunamente Sebastián Senlle, referente de la Consultora Analogías. Las expectativas económicas se mostraban en descenso al evaluar los puntos de impacto en el cotidiano de las familias, como lo son la inflación y la falta de empleo, en relación a un estudio previo de Analogías del mes de abril (ver datos abajo; click para agrandar). Se registraban aumentos en los porcentajes de entrevistados que esperan que el incremento de precios supere el 30% (35,3%) o se ubique entre 25 y 30% (25,7%). Esto sugiere que la factibilidad de un plan “B” con Vidal como candidata a presidente en 2019 en lugar de Macri depende de que el desgaste no la siga afectando al mismo ritmo que lo hizo en el último semestre. En caso contrario, lo más probable es que el envejecimiento prematuro de la marca arrastre a los dos principales referentes del oficialismo.
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